Rosemary Ruether, pionera de la teología feminista

12 de Junio de 2022

[Por: Juan José Tamayo]




La teología feminista vive estos días una experiencia de orfandad por el fallecimiento de la intelectual estadounidense Rosemary Radford Ruether en California el pasado 21 de mayo a los 85 años, tras una larga enfermedad. Fue pionera de dicha teología, así como de la teología ecofeminista y una de las pensadoras más reconocidas e influyentes a nivel mundial en el desarrollo del nuevo paradigma teológico.

 

Un paradigma que cuestiona el carácter androcéntrico del discurso cristiano, la moral de esclavas impuesta a las mujeres, la organización jerárquica-piramidal y patriarcal de la Iglesia católica, el silenciamiento al que han sido sometidas las mujeres cristianas en la reflexión teológica, su no consideración como sujetos religiosos y morales, la negación del acceso directo a lo sagrado, su permanente minoría de edad,  el antropocentrismo que convierte al hombre en dueño y señor de la Creación y, actualmente, depreda la Tierra por mor del modelo de desarrollo científico técnico de la modernidad. 

 

Conocí a Rosemary Ruether en la década de los 90 del siglo pasado en un coloquio celebrado en Madrid con la teóloga feminista española Margarita Pintos de Cea-Naharro sobre los desafíos de la teología a la estructura patriarcal de la sociedad y a la discriminación de las mujeres en la Iglesia católica. Desde entonces he seguido de cerca su trayectoria vital, su pensamiento ecofeminista de liberación y he leído sus obras más importantes que han resultado iluminadoras para mi propia teología interreligiosa e intercultural de la liberación desde la perspectiva de género. A ello debo en buena parte la orientación feminista de mi teología durante los últimos veinte años. 

 

Hija de madre católica y de padre episcopal, tuvo una educación familiar ecuménica y humanista y una formación académica interdisciplinar. Tuvo una sólida formación en estudios clásicos griegos y romanos y obtuvo el doctorado en teología con una tesis de patrística sobre el padre de la Iglesia San Gregorio Nacianceno. Supo compaginar armónicamente la educación de sus hijos, la docencia universitaria, las publicaciones, la investigación y el activismo social.  

 

Ejerció la docencia universitaria durante más de 50 años en diferentes universidades estadounidenses y de otros países, en su mayoría protestantes: Inmasculate Heart College (solo este era católico), Howard University, Garrett-Evangelical Theogical Seminary, Harvard, Divinity School, Princeton Theological Seminar, Yale Divinity School. Al final de su actividad académica fue invitada a dar una conferencia en la católica Universidad de San Diego, pero fue cancelada por las presiones de la derecha.

 

Publicó más de cuarenta libros entre los que cabe destacar por su influencia en los campos de la teología feminista y ecofeminista mundiales: Sexismo y hablar de Dios. Hacia una teología feminista; Gaia y Dios. Una teología ecofeminista para la recuperación de la Tierra; Mujer Nueva, Tierra Nueva. Ideologías sexistas y liberación humana; Mujeres sanando la Tierra. Mujeres del tercer Mundo sobre Ecología, Feminismo y Religión; Mujeres-Iglesia. Teología y práctica de comunidades litúrgicas feministas; Diosas y lo femenino divino. Una historia religiosa occidental; María, el rostro femenino de la Iglesia.

 

Voy a destacar algunas de sus principales aportaciones teológicas feministas, que han inspirado a otras muchas teólogas de los diferentes continentes, iglesias cristianas y religiones

 

Crítica del discurso patriarcal sobre Dios. Rosemary Ruether afirma que el cristianismo nunca ha dicho que Dios sea literalmente masculino, sin embargo, presupone que Dios posee las cualidades de la racionalidad y de la soberanía, que se supone poseen solo los hombres. Por eso la metáfora masculina se ha considerado la más adecuada para definir a Dios. Ahora bien, la masculinidad divina afecta a la interpretación cristiana del ser humano como imagen de Dios. La mayoría de los Padres de la Iglesia, con la  excepción de Gregorio Nacianceno, averaron que el hombre era la imagen de Dios, y las mujeres, no.

 

Rosemary Ruether busca posibilidades alternativas dentro de la tradición judía a la consideración del hombre como el único que posee la imagen divina y las encuentra en dos tradiciones. Cuando la Biblia hebrea habla de la compasión y del sufrimiento de Dios, utiliza imágenes femeninas. En la tradición sapiencial, la inmanencia de Dios está representada en la personificación femenina de la Sabiduría divina.  

 

Liberar a la cristología del patriarcado. La cristología es el tratado de la teología cristiana que con mayor frecuencia ha excluido a las mujeres de la total participación en la Iglesia cristiana. Y, sin embargo, las cuatro tradiciones evangélicas concuerdan en que quienes cerraban la escala social de la época, entre ellas las mujeres, son las que van a permanecer siempre fieles en el seguimiento de Jesús, serán las primeras en la entrada en el Reino, en testificar la resurrección de del Maestro y en anunciarla a los demás, que se declararon incrédulos ante la noticia. Hay también una presencia destacada de las mujeres en Pentecostés, como pone de manifiesto Hechos de los Apóstoles a través de la cita del profeta Joel: el espíritu de profecía se derrama “hasta en los siervos y las siervas” y “vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán”. 

 

Teología ecofeminista. Tras siglos de desencuentro entre Gaia y Dios, Rosemary Ruether muestra que Gaia, la diosa griega de la Tierra, símbolo del planeta concebido como un ser vivo, no es antagónica de la deidad monoteísta de las tradiciones bíblicas. Para ello hace un análisis dialéctico de las fuentes históricas y religiosas de la cultura occidental donde encuentra tanto las ideas y las prácticas del dominio del varón y de Dios sobre la Tierra como elementos importantes para una nueva actitud eco-fraterno-sororal ante la vida, la naturaleza, Dios y los seres humanos.

 

La ecología y el feminismo, unidos en el ecofeminismo, constituyen la perspectiva crítica desde la que Ruether tiene el propósito de recuperar la Tierra, el restablecimiento de una relación sana y armónica entre hombres y mujeres, clases sociales y naciones, los seres humanos y la Tierra. Esta recuperación solo será posible si reconocemos y modificamos la manera en que la cultura occidental, apoyada en parte en el cristianismo, ha justificado la dominación. Ello requiere “transformar nuestras mentes y la forma en que establecemos las relaciones entre el hombre y la mujer, los humanos y la Tierra y Dios y la Tierra”.

 

Es necesario, afirma Ruether, escuchar las dos voces: la de Dios para proteger a las personas y los colectivos más vulnerables: clases sociales explotadas y naciones oprimidas, y limitar el poder de los fuertes, y la de Gaia, que habla desde el corazón íntimo de la materia y no se traduce en leyes o en puro conocimiento intelectual, sino en el cuidado de la Tierra por parte de los seres humanos 

 

Desde muy joven estuvo vinculada al movimiento de derechos civiles, contra la discriminación de la comunidad negra y en defensa de justicia para ella, en el trabajo por la paz, en las luchas del movimiento feminista y a favor del ministerio ordenado de las mujeres. Lo que distinguió a Rosemary de otras feministas blancas fue precisamente la vinculación de las cuestiones de clase, etnia y religión. Junto con dicha lucha hizo un reconocimiento expreso de las teólogas y activistas del Tercer Mundo: asiáticas, latinoamericanas y africanas en el libro citado Mujeres sanando la Tierra. Mujeres del Tercer Mundo sobre Ecología, Feminismo y Religión, que recoge los escritos de 14 de ellas. Prestó un gran apoyo al movimiento LGTBI desde el principio escribiendo y dando conferencias a su favor. 

 

Su compromiso político la llevó a denunciar la violencia estructural y sistemática del Estado de Israel contra el pueblo palestino, a criticar el apoyo de Occidente a Israel y su olvido hacia la comunidad palestina, y a defender su derecho a la independencia. Resultan muy clarificadores algunos de sus textos que enriquecieron la teología palestina de la liberación en plena sintonía con teólogos palestinos como el sacerdote anglicano Naim St. Ateek, cuyo libro Justicia y solo Justicia. Teología palestina de la liberación prologó. 

 

En 1990 impartió con el teólogo judío solidario defensor de la causa palestina Marc Ellis una conferencia sobre teología palestina de la liberación que causó un gran impacto. Es de destacar, asimismo, el texto escrito junto con su esposo Herman J, Ruether sobre el conflicto palestino-israelí: La ira de Jonás: la crisis del Nacionalismo Religioso en el conflicto israelí-palestino. Estuvo muy implicada en el grupo palestino llamado Sabeel, cuyo líder es el citado Naim Ateek, principal cultivador de la teología palestina de la liberación, y en Estados Unidos con la Asociación Amigos de Sabeel.   

 

Nadie mejor que la doctora Mary Hunt, su colega y amiga durante muchos años, para valorar el testimonio de vida, el trabajo intelectual y el compromiso de Rosemary Ruether: "La Dra. Ruether fue una activista académica por excelencia. Era respetada y querida por estudiantes, colegas y colaboradores de todo el mundo. Su legado, tanto intelectual como personal, es más rico de lo imaginable. El alcance y la profundidad de su trabajo, y el testimonio de su vida como feminista comprometida que busca la justicia, brillarán para siempre con un brillo que el tiempo solo mejorará. Demostró que se puede ser una erudita y una activista y ser minuciosa en ambos aspectos. Ese es el legado de Rosemary”.

 

Imagen: https://www.asociaciondeteologas.org/single-post/rosemary-radford-ruether-in-memoriam  

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