Nueva publicación: “San Romero de América: martirio, esperanza, liberación” (Presentación)

15 de Mayo de 2022

[Por: Donizete José Xavier y Emerson Sbardelotti]




El objetivo general de esta obra es reunir una contribución de teólogas y teólogos, religiosas, religiosos, laicas y laicos sobre la importancia de san Óscar Romero en los últimos 40 años de caminada latinoamericana y caribeña, sobre la necesidad de que la profecía se mantenga viva, de defender la vida a cualquier costo, aun perdiendo la propia. Es buscar comprender el legado de Óscar Romero, 40 años después de su pascua, a partir de las temáticas que lo guiaron en su vida y que apuntalan caminos e intuiciones para los días actuales. Es, sin duda, festejar la vida, donada en favor del pueblo crucificado. Así, esta obra será de gran valor para la reflexión teológica. 

 

Don Óscar Arnulfo Romero Galdamez fue el cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador, capital de El Salvador. Nació en Ciudad Barrios, distrito de San Miguel, el 15 de agosto de 1917, en una familia pobre. En 1930 entró en el Seminario de San Miguel. Sus superiores le mandaron a Roma para estudiar y doctorarse en la Pontificia Universidad Gregoriana siendo ordenado sacerdote el 4 de abril de 1942. El 25 de abril de 1970 fue nombrado obispo auxiliar de San Salvador y el 15 de octubre de 1974, obispo de Santiago de María. El 3 de febrero de 1977 fue nombrado arzobispo de San Salvador por su aparente actitud conservadora. Sin emabrgo, una vez nombrado se adhirió a los ideales de la “no violencia”, posición que lo llevó a ser comparado con Mahatma Gandhi y Martin Luther King. Con la muerte de su amigo, el padre jesuita Rutilio Grande, el 12 de marzo de 1977, Don Óscar Romero pasó a denunciar en sus homilías dominicales las numerosas violaciones a los derechos humanos en El Salvador y a manifestar públicamente su solidaridad con las víctimas de la violencia política en el contexto de la Guerra Civil. Defendía la opción por los pobres.

 

Don Óscar Romero fue convertido a los pobres, a la causa de la justicia y de la verdad, sin duda, debido al martirio del padre Rutilio Grande quien, habiendo hecho innumerables denuncias contra la situación de pobreza del pueblo, la insensibilidad de las élites y la violencia del gobierno, el día en que se dirigía a su tierra natal, en compañía de otros cristianos para preparar una fiesta religiosa, fue asesinado por militares quienes lanzaron sobre él una ráfaga de ametralladora. Don Óscar Romero mismo afirmó que el ejemplo del P. Rutilio Grande y su muerte fue lo que le convenció a colocarse firmemente del lado de los pobres, de los olvidados, de los perseguidos, de todos los que sufrían injusticia en El Salvador. Después de la muerte de su compañero, D. Óscar Romero pasó a acusar abiertamente a los ricos capitalistas, a los gobernantes y a los militares, responsabilizándolos de todos los males que estaban aconteciendo en el país. 

 

D. Óscar Romero era la única voz profética pública en el país. Sus homilías trasmitidas por la radio arquidiocesana eran escuchadas en los poblados más alejados. Por todo eso, por estar de lado de los pobres, pasó a ser perseguido, calumniado y rechazado inclusive por personas de la Iglesia que estaban del lado de los ricos (algo semejante a lo que sufrió D. Helder Camara en el Brasil, cuando era arzobispo de la Arquidiócesis de Olida y Recife durante la dictadura militar). La radio varias veces fue bombardeada, los sacerdotes perseguidos, torturados, asesinados y los líderes de las comunidades desaparecidos. El episcopado salvadoreño, en su mayoría, era aliado de los militares y para no perder sus privilegios estaban en su contra. A las 18 horas del día 24 de marzo de 1980 el arzobispo de San Salvador celebraba misa en la capilla del Hospital de la Divina Providencia -Hospitalito-, hospital de religiosas que cuidaban de enfermos de cáncer. En el momento de la consagración un tiro disparado por un francotirador escondido detrás de la puerta trasera de la capilla acertó en el corazón del pastor y lo mató sellando su testimonio con sangre, como Jesús y todos los mártires cristianos. Pero su muerte no puede ser separada de su vida pues fue el sello coherente de esta. Así se acallaba la voz que defendía a los pobres en el régimen cruel y sanguinario que dominaba El Salvador. Y D. Óscar Romero pasaría a estar vivo a partir de entonces en el corazón de su pueblo, en el que profetizó que resucitaría si lo mataban. Así fue y así es. 

 

No existe un solo salvadoreño en los días de hoy que no hable con cariño y devoción de D. Óscar Romero y que no reconozca en él un padre y un protector. Y no debe haber un cristiano que no conozca la 9 

vida y la trayectoria de este gran obispo, que es ejemplo para todos aquellos y aquellas que hoy se disponen a seguir a Jesús de Nazaret. 

 

Debido a la pandemia de covid-19, este libro no pudo publicarse en 2020, año en que el martirio de Óscar Romero cumplió 40 años. 

 

Agradecemos a todos los autores por los hermosos textos. A través de ellos, esperamos que muchas personas conozcan un poco la vida y obra de san Óscar Romero. Este libro es un homenaje a Don Pedro Casaldáliga, que ahora vive con Dios. Los que quedamos seguimos adelante con sus luchas y sus causas. Que san Romero de América nos bendiga.

 

Donizete José Xavier 

Emerson Sbardelotti

 

Descargue gratuitamente el libro en este enlace.

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