21 de Marzo de 2022
[Por: Ilka Oliva Corado]
Son las 11 de la noche, llevan 16 horas entre la basura, montañas y montañas de basura, buscando cobre, vidrio, cartón y plástico. Cuando tienen suerte encuentran galletas y golosinas empaquetadas, se las comen de un bocado, aunque muchas veces se han intoxicado pero la necesidad puede más, es la vida de los recolectores de basura, piensa Catalino Sixto que también le ha escuchado decir lo mismo a sus papás y a los vecinos de la colonia donde viven. Tiene las manos y los pies llenos de cicatrices de cortadas que se ha hecho con pedazos de vidrios cuando busca el material para la venta. Los días más difíciles son cuando llueve porque el agua acumulada entre la basura no lo deja ver los chayes y además a cada rato se llena de hongos los pies y se enferma de gripe porque el agua acumulada durante días le llega a los tobillos. El dengue es lo que abunda en su colonia para los días de invierno y también mueren bastantes recién nacidos. Tiene impregnado el olor del basurero en la piel, aunque se bañe a cada rato no se lo puede quitar, es lo que mejor conoce, toda su vida la ha pasado metido ahí. Ha visto cómo los derrumbes se llevan entre las correntadas a familias enteras…
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Imagen: https://www.elquintopoder.cl/sociedad/el-anhelo-de-catalino-sixto/
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