Lo que sigue causando dolor a Dios

18 de Febrero de 2022

[Por: Diego Pereira Ríos]




En un mundo cada vez más fragmentado –por no decir destrozado-, muchos hombres y mujeres siguen provocando cada vez más dolor y sufrimiento a sus semejantes. De las últimas noticias podemos traer lo que sigue sucediendo con la pandemia del Covid 19 y todas sus variantes, la crisis económica a causa –o como aprovechamiento- de ella, el conflicto entre Rusia y Ucrania que amenaza con un guerra, la muerte en Brasil de un niño de 9 años por causa de la falta de humanidad de hacendados que desde siempre matan para poseer las tierras, la muerte a golpes de Moïse Kabagambe en Río de Janeiro, por parte de un grupo de hombres. Hace unos días en mí país un niño de 8 años fue alcanzado por una bala en un enfrentamiento entre bandas, mientras un joven de 18 años fue golpeado por 5 hombres jóvenes por “tener apariencia delictiva”, abalados por la nueva LUC.

 

La cuestión en este sentido es la siguiente: ¿cómo nos colocamos los cristianos ante esta realidad tan dolorosa? ¿Cómo construimos ambientes y situaciones de paz y justicia, contribuyendo con nuestras palabras y acciones concretas para alcanzarlo? Sería esperanzador creer que todos tenemos claro que el seguimiento de Jesús implica la renuncia a los propios ideales y caprichos, en pos de hacer presente su reino que es amor, compasión, justicia y fraternidad. En un tiempo de sinodalidad, donde en Latinoamérica procuramos que TODA la Iglesia camine unida para dar razones de nuestra esperanza, aún hay muchas cosas que cambiar para construir un mundo más humano. 

 

Refiero este pensamiento al hecho que, con motivo de la fiesta de Iemanjá laDiosa del Mar venerada por los hermanos afroumbandistas; el pasado 1ro de febrero, un joven sacerdote de la diócesis de Montevideo, se atrevió a escribir en su muro (para lo cual tiene total libertad), una advertencia a los fieles cristianos –a los cuales dice respetar en libertad- de que Iemanjá no tiene nada que ver con la Virgen María, sino que es un ángel caído del cielo. Textualmente declaró: “Iemanja es una entidad espiritual maligna, por más que se quiera vestir como "ángel de luz"...Para decir esto se basa en su “sólida identidad cristiana, pero sobre todo, a partir de mi experiencia pastoral y misionera”…

 

Planteo mi incomodidad en modo de preguntas: ¿Cuánta experiencia en cuestiones religiosas puede tener alguien con 31 años de edad? ¿Qué formación ha recibido el sacerdote en cuestión para escribir tal disparate que más que eso es una ofensa al mundo Afroumbandista? Quien conoce la parroquia de la cual salió esta “vocación” sabe que avergüenza el honor de nuestro querido padre Julio César Elizaga, quien trabajó mucho en vida por el diálogo religioso y el ecumenismo en Uruguay, y que nunca sería capaz de decir tal disparate. Otra gran preocupación que tengo es la libertad de palabra que siguen teniendo los sacerdotes que se creen dueños de la verdad, basándose en su experiencia, y la cantidad de laicos y laicas que siguen diciendo “Amén” a todo lo que los sacerdotes expresan.

 

Al respecto afirma el Papa Francisco en Fratelli Tutti: “Las distintas religiones, a partir de la valoración de cada persona humana como criatura llamada a ser hijo o hija de Dios, ofrecen un aporte valioso para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad. El diálogo entre personas de distintas religiones no se hace meramente por diplomacia, amabilidad o tolerancia. Como enseñaron los Obispos de India, «el objetivo del diálogo es establecer amistad, paz, armonía y compartir valores y experiencias morales y espirituales en un espíritu de verdad y amor»” (n.271).

 

¿Hay que explicar o decir algo más? Solo me queda la gran preocupación de la formación que están recibiendo los sacerdotes en los seminarios (lo cual depende de los obispos), o por donde pasan sus preocupaciones pastorales (lo cual depende de ellos mismos) y la ignorancia e inmadurez de tantos laicos y laicas (lo cual dependen de sí mismos). Si para “ganar” adeptos una religión debe demonizar a las demás, vamos por muy mal camino. No hay fraternidad posible por esta vía. Esto sigue haciendo sufrir a Dios tanto como la violencia y la muerte.

 

**Foto personal donde compartí el homenaje a Iemanjá junto con los hermanos Afroumbandistas (2 de febrero de 2022).

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