Paul Dabezies

07 de Febrero de 2022

[Por: Rosario Hermano]




¿Qué decir de Paul?, no es fácil hablar de un compañero de camino entrañable como lo era Paul. La fidelidad a lo compartido tiene qu e ver con recorridos, afectos y códigos, humor, y sobre todo con sus aportes y con el darse a todos y todas.

 

Paul era sobre todo un hombre de profunda Fe, reflexiva, madura, encarnada, sin renunciar a la complejidad del tiempo actual, sin caer en simplismos, muy lejos de ellos siempre, con una gran capacidad intelectual, y con una profundidad en su reflexión, que nos hacía mirar con ojos nuevos muchas realidades y perspectivas, y no solo mirarlas sino tocarlas y mezclarnos con ellas.

 

Recordarlo desde la Carta Obsur – Hombre en profundo diálogo y apertura

 

Paul se puso al hombre desde siempre la Carta Obsur, pero no sólo en pensarla y diseñarla sino en todo lo que requería hacer una reflexión desde la Fe en cada momento histórico concreto, pudiendo aportar luz, haciendo memoria recordando lo central de las vivencias en el acontecer de la Iglesia y de la sociedad.

 

Paul discutía como uno más con todo el equipo, el se sentía uno más en relación a los temas, al encare, su voz no tenía para él más valor que la de nadie, sólo el valor de la fuerza de sus argumentos.

 

Nunca se puso en el lugar del cura  o de teólogo y como que sus arguentos  tuvieran más valor por el contrario sino que insistía en que todos éramos interlocutores validos.

 

Los que fuimos formados en la PJT en la Iglesia de pos conciliar con toda la renovación que implicó con un pastor como Parteli, tenemos naturalizado nuestro ser Laico, nuestro compromiso con la sociedad y la iglesia desde el paradigma de la reciprocidad. 

 

Naturalización del ser laico: Vivimos como parte de la iglesia de Montevideo el asumir nuestro ser laico con mucha autonomía con corresponsabilidad, con la corrección fraterna y esto lo asumimos con mucha naturalidad aunque uno después ve conociendo la iglesia de América Latina que esto no era tan natural. Yo recuerdo que un día en un encuentro estábamos almorzando con Paul y un obispo canadiense y otras personas y un compañero de Rep. Dominicana del MPC le dice a “Paul yo no se como hacen los uruguayos para ser tan formados, y tan cercanos” y Paul comienza allí a hablarle de lo que significaba ser cristiano en la sociedad uruguaya y  una chica  le dice si yo pienso que tú eres sacerdote y tu obispos y que yo estoy aquí de forma tan natural con ustedes almorzando no me lo puedo creer. Y Paul con su humor característico le dice “no te preocupes que al finalizar la comida le besas el anillo” señalando al obispo y allí todos nos reímos mucho y la chica colombiana nos decía yo pensé que era verdad que tenía que hacerlo. 

 

Algunos jóvenes que estaban en el equipo se asombraban de la posición de Paul tan horizontal.

 

Siempre insistía en ir en general en distintos temas: 

Del prejuicio a la comprensión: tenemos un conjunto de pre-juicios  que nos impiden relacionarnos con situaciones personas y temas, valorarlos y conocerlos. Nos vinculamos poniendo barreras y encasillando conductas dentro de lo esperado; nos cuesta ponernos en el lugar del otro y comprender las causas profundas de sus acciones, especialmente de aquellas que nos parecen más inadecuadas. Toda conducta tiene sus causas, y no podemos condenar sin comprender.

Del individualismo a lo colectivo: La supervivencia favorece la lucha individual, y el establecimiento de una relación predominantemente utilitaria con los otros. Lo colectivo puede construirse cuando hay logros que pueden ser mediatizables, y no cuando se precisa una satisfacción inmediata. Vivimos en una sociedad que favorece el individualismo, y hay pocos referentes colectivos. Debemos generar espacios grupales que permitan crear un clima de confianza, de respeto, de afecto, que supere una visión “peligrosa” de los demás.

 

Paul un cura de FRONTERA – Esa era su posición, abierto a ese diálogo, a lo nuevo que acontece, con una actitud desinstalada nada rígida.

 

Recordarlo desde el Diálogo Interrreligioso – Sus búsquedas en el quehacer, sentir y pensar con otros hermanos de otras tradiciones religiosas

 

Compartimos varias reuniones de armado del Foro Interrreligioso en el marco del Foro Social Uruguay. Recuerdo una vez que estábamos haciendo una oración por la paz, allá por 2001 y entonces era complejo ponernos de acuerdo. Y cuando salíamos íbamos hacia el Cerro a otra actividad del FSU me dice Paul, “nunca pensé que era tan complejo hablarle a Dios desde lo interreligioso”, porque allí aprendimos que algunos lo tutean, otros no, algunos hablan de él desde una percepción antropomórfica y otros no y fue bien complejo poder hacer la oración, si bien estaba claro el sentido y contenido, las formas dicen mucho de sí mismas siempre.

 

Desde el MPC – Internacional – Paul como garante de muchas otras vidas

 

Podríamos hablar del Paul que acompañó a estudiantes y profesionales católicos con una fidelidad impresionante durante 50 años.

 

Podríamos hablar del asesor internacional en Lima en París, que  llegó hasta África o hasta la India, del historiador preciso, puntilloso, sabio, que además se transformó en una pasión por la patrística, algunos de sus alumnos están aquí, ese gusto por ir a la raíz de las cosas.

 

Paul integró con convicción y compromiso el movimiento, con una relación para siempre que formó parte de su identidad.

 

En 1974 en Lima y luego en París. Agradecía y decía que estos moldearon su vida sacerdotal con un determinado estilo 

 

Los llevaron a los tres presos, una pareja con ella embarazada y Paul. No le creían que ese barbado fuera sacerdote, cuando lo confirmaron lo querían liberar y el se negó a irse solo. Exigió que los liberaran a los tres sino no se irán y eso literalmente les salvó la vida a Fortunato y  María Laura y a su descendencia, ya que como argentinos exiliados serían deportados y les esperaba lo peor.

 

Actitudes

 

1. Dispuesto a servir

 

Desde Amerindia siempre lo recordaremos como una persona dispuesta a todo lo que le pidiéramos, un comentario, una charla, un escrito, lo que fuera siempre estaba dispuesto y en cada una de sus reflexiones tenía algo nuevo para aportar, una mirada que abría horizontes y que generaba esperanza y que no seguía la lógica lineal de los acontecimientos, obviamente estaba inspirada también por el Espíritu.

 

2. Escucha atenta e interesada

 

Tenía un carisma que se manifestaba en su extraordinaria disponibilidad a escuchar a los otros y otras y a contemplar la originalidad de su caminar por la vida. Para él la vida entera, pero sobre todo las luchas y sufrimientos de los más indefensos, eran un lugar de revelación, sagrado, en el que había que entrar con cuidado  y despojado de seguridades.

 

3. Fiel al Dios de Jesús y a la Iglesia

 

Paul es el hombre de una tradición como la concibe el Concilio Vaticano II, viva, creativa, fiel que siente que cada vez que vuelve a Jesús descubre con sorpresa, con alegría su mensaje su sentido.

 

Paul reflexionó y nos hizo pensar sobre muchos temas a lo largo de su vida. Vivió y estudió el Concilio Vaticano II, su recepción creativa en América Latina y en Uruguay; las Conferencias de Medellín, Puebla, el perdón desde la perspectiva cristiana y tantos  otros que para él no fueron un tema sino que su vida, su ser sacerdote, su vocación estaba estructurada junto con ellos. Los encarnó vivencialmente abriendo siempre espacio al diálogo a lo nuevo dejándose interpelar por las distintas realidades y situaciones. 

 

El nos impulsa en este momento de la Iglesia de volver a las raíces, esas raíces que no coinciden con tal o cual período de la historia de la  Iglesia, sino que encuentran en Jesús, en el Espíritu que nos ha dejado, en la comunidad, el lugar en donde nos ayudamos mutuamente a no caer en lo que Jesús  advertía, decía, no se equivoquen no cuelen el mosquito y se traguen los camellos, no se queden con el envase y se pierdan el contenido.

 

4. Formación y acompañamiento

 

En la complejidad de la vida lo vimos sereno, reflexivo, critico, constructor de puentes.

 

Las convicciones se viven en la vida misma de las personas. Fe implica discernimiento junto con otros. Nos llevan al compromiso, a pensar como esto sigue generándose, como se baja a tierra,  como logramos que esta escucha sea “un estilo de vida”, una praxis que pueda ir adoptando nuevas formas en nuestras estructuras, que pueda incluir a la hora de tomar decisiones a los mismos que fueron consultados y escuchados.  

 

Esta gran participación, no nos debe dejar satisfechos, sino que nos compromete a la renovación de estructuras “odres nuevos para vino nuevo” y que la misma, se haga realidad, que podamos co-crear experiencias de sinodalidad con libertad para nuevos espacios y articulaciones

 

5. Actitud desinstalada

 

Una actitud “desinstalada” de rigideces, abierta al discernimiento de la presencia de Dios en la realidad cotidiana.

 

Se cuestiona a sí misma, asume sus errores, lejos de certezas.

 

Nos regalo memoria y futuro el don de una fe encarnada y comprometida.

 

Su sensibilidad por la justicia, su indignación frente a la indiferencia lo hizo defender los derechos humanos, aportar al diálogo interreligioso y sobre todo encarnar en su vida la coherencia evangélica que nos propone Jesús. 

 

Rosario Hermano

(PRESENTADO EN FLORESTA, URUGUAY  A 5 MESES DE SU PASCUA)

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