27 de Noviembre de 2021
[Por: Mauricio López Oropeza | Vida Nueva]
Recuerdo cuando era muy pequeño cómo mi madre y mi abuela me llevaban a la Iglesia con gran ilusión; querían que se fuera sembrando poco a poco en mi corazón, a pesar de mi limitado entendimiento, la certeza de la presencia de un Dios Padre y Madre todo amoroso que acompañaba cada paso en mi vida, y que estaría conmigo en todo momento si le abría mi corazón…
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