Testimonio de Rosario Hermano para la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe

27 de Noviembre de 2021

[Por: Rosario Hermano | Amerindia]




Un saludo cariñoso para todas y todos, agradezco el poder compartirme a través de este testimonio.

 

Desde la pregunta por la Buena Nueva que ha traído la Asamblea sentí que estamos Escuchando como Pueblo de Dios lo que el Espíritu Santo le está diciendo a la Iglesia.

 

Y por allí veo la primer Buena Nueva por la Escucha 

 

Una escucha orientada a partir de una experiencia de encuentro humano, desde una experiencia espiritual y de discernimiento de la comunidad cristiana. El proceso de escucha, previo a esta Asamblea no fue una acción aislada sino que es parte de un proceso mayor que germina sueños de un movimiento que de cierta manera intenta rescatar la práctica de los primeros cristianos.

 

En esta Asamblea apreciamos como la dinámica de la escucha se transforma de un evento en un estilo de vida que apunta a la Sinodalidad.

 

Y por eso la Asamblea Eclesial es la segunda Buena Nueva porque en esta asamblea hicimos praxis de ese proceso de Escucha, nos escuchamos, atentamente, intentando senti-pensar lo que las hermanas y hermanos tenían para compartir en los grupos. Virtual o presencialmente logramos generar espacios creativos y ferméntales.

 

Estas buenas nuevas nos llevan al compromiso, a pensar como esto sigue generándose, como se baja a tierra,  a nivel de comunidades de base,  de parroquias,  de diócesis. Es decir como logramos que esta escucha sea “un estilo de vida”, una praxis que pueda ir adoptando nuevas formas en nuestras estructuras, que pueda incluir a la hora de tomar decisiones a los mismos que fueron consultados y escuchados.  

 

Esta gran participación, no nos debe dejar satisfechos, sino que nos compromete a la renovación de estructuras “odres nuevos para vino nuevo” y que la misma, se haga realidad, que podamos co-crear experiencias de sinodalidad con libertad para nuevos espacios y articulaciones. 

 

Como Iglesia A L y el Caribe sabemos lo que es “salir al encuentro del pobre”, nuestra teología lo ha hecho carne desde hace mas de 50 años como resultado del Concilio y del magisterio lationoamricano comenzando por Medellín. Tenemos que seguir generando espacios para seguir saliendo a los márgenes, donde hay tantos y tantas hermanas y hermanos que no tiene autoridad en ningún lado, que no tiene voz, que están sufriendo y tienen algo para decirnos. Y allí estaremos para escucharlos y colaborar en la construcción de la casa común guiados por el Espíritu que nos habita a todos y todas.  

 

Estas buenas nuevas implican cambio de actitudes, cambios que forman parte del proceso de conversión integral del cual nos hablaba Agenor Brighenti el martes. 

Entre las actitudes nos gustaría  señalar, además de la 

 

  • Escucha , Humildad
  • Disposición a empezar de nuevo desde el movimiento de Jesús
  • Libertad y autonomía y creatividad en la práctica comunitaria, 
  • La Reciprocidad desde la acogida y el encuentro
  • Apertura a la interculturalidad

 

Nos invitamos entonces a seguir caminando, aprendiendo dejándonos interpelar, la sinodalidad será posible a partir de asumir la vulnerabilidad compartida  desde nuestros espacios, donde ya lo nuevo está naciendo. 

 

Recordando a Mateo 6, 23 Si tu luz se apaga, habrá mucha oscuridad. Si la luz que ya tiene cada uno, no se enciende, no se anima, habrá mucha oscuridad porque sin esa luz todos/as dejamos de ver.

 

Llevemos esa luz, con esperanza y valentía, desde una iglesia que se descentra de si misma porque el Reino de Dios acontece por doquier. 

 

Rosario Hermano

Secretaria Amerindia Continental

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