[Misioneras Cruzadas de la Iglesia]

La vida, que es exuberante, fecunda en la naturaleza y en la humanidad, nunca se ha visto a la vez tan amenazada y defendida. Los grandes progresos de la ciencia, la tecnología, biotecnología y medicina moderna, que nos abren a la esperanza de una mayor calidad de vida humana, no siempre se utilizan al servicio y defensa de la vida. Los países ricos consumen recursos a un ritmo insostenible para el equilibrio ecológico, que hace inhabitables y enemigas del hombre vastas áreas del planeta, provocando la pobreza de las mayorías. Por otra parte, hay muchas personas y organizaciones que se pronuncian hoy a favor de la defensa de la vida y trabajan por conservar los bienes de la creación, que son para todos. Los indicadores de violencia y de muerte son muchos y variados: unos vienen del desprecio de la vida humana desde su concepción hasta la muerte; y otros del exterminio de la vida del planeta al erigirnos dueños y propietarios de ella…

Descargue el suplemento “Bajar a la Calle” donde también se reproduce una síntesis de la entrevista a Mauricio López publicada por Amerindia en el libro “Perspectivas de sinodalidad: Hacia una Iglesia con rostro Amazónico”.