Resistencia Indígena: ¿una alternativa revolucionaria?

03 de Julio de 2021

[Por: Margot Bremer]




En el último encuentro bimensual de CONAPI mayo pasado, las Hermanas Siervas del Espíritu Santo nos contaron de un desalojo recién ocurrido el 13 de mayo, de una comunidad avá  guaraní lel Cerrito/Arroyo Guasú, Distrito Minga Guasú/Alto Paraná, realizado por policías paraguayos, pagados por una asociación de agro-empresarios. La acción de los policías fue bien protegida por un representante del Ministerio Público y el Oficial de Justicia. Echaron con violencia a las 85 familias de la comunidad, de su ancestral territorio. Además destruyeron su templo y sus casas y después quemaron todo, incluyendo su cosecha y su semilla. Las Hermanas completaron con un video esta dramática escena. 

 

La reacción indígena fue sorprendente: ellos no gritaron, no huyeron, no se defendían ni con flechas,  piedras o palos, sino se acercaron a los mismos policías, saliendo de su templo en disposición de cantar y danzar (jeroky ñembo´e), su forma tradicional de oración. En la danza, tocando la tierra con pies descalzos, suelen expresar su agradecimiento a  los dioses por este pedazo de tierra que les ha posibilitado transformarlo en su territorio para vivir en él su cultura propia y adecuada al medioambiente que les rodea según la  convicción guaraní que  lo que Ñande Ru nos dejó, no dejamos”. Las plumas en la cabeza  (guyrá porá ragüe) son elementos que les permiten comunicarse con los espíritus buenos que les rodean en el aire. Con este rito querían incluir también a los policías los que estaban acercándose, bien armados con escudos y yelmos, pero sin comprender y apreciar el mensaje de tal ritual1. 

 

Estos hechos son una triste repetición de lo que ocurrió repetidas veces;  ya desde hace más de 500 años en este “país de abundancia” en Abya Yala. En aquel momento histórico había un gran desencuentro entre los colonizadores y los habitantes de estas tierras. Parece que no cambió nada hasta hoy. Hoy el neo-colonialismo está conquistando el Continente latinoamericano. Bartomeu Meliá, si hubiera escuchado lo ocurrido, repetiría su propio comentario que pronunció hace años sobre aquellos tiempos de la Colonia: "es un buen paradigma de lo que eran los movimientos de liberación guaraní y del lugar que en ellos ocupaba la danza"2. 

 

El video demostraba una forma de resistencia de los guaraníes amenazados igual que ocurrió a sus antepasados en época de la Conquista. En aquel tiempo intentaron  defender su autonomía cultural y religiosa frente a los invasores, para continuar viviendo en su propio territorio. Tanto hoy como entonces, parecían convencidos que las oraciones y bendiciones a todos,  iban a ser  otro camino de llegar a una convivencia respetuosa en esta tierra con una extraordinaria bio-diversidad y de numerosas culturas diferentes. 

 

Hoy, sin embargo, la renovada ideología neocolonial es un espíritu maligno que aliena de los principios de convivencia en estas tierras. Ya hace años dijo un líder espiritual, proféticamente: “los blancos no saben convivir con nuestra tierra ni con nosotros”.

 

Desalojos de tierras indígenas  evidencian  Colonialidad 

 

El concepto de Tierra es clave en un encuentro entre diferentes culturas con diferentes estilos de vida, cosmovisiones y religiones. Para los pueblos originarios la tierra es sagrada y es Madre, mientras sus nuevos dueños hoy tienen una visión neo-colonial; para ellos es una mera mercancía. 

 

Los frecuentes desalojos de los verdaderos hijos de la tierra evidencian que todavía no hemos salido de la colonialidad. Hoy los conquistadores son los agro-empresarios: latifundistas, sojeros, ganaderos, trasnacionales, y políticos3. Dos cosmovisiones, dos culturas siguen confrontándose con ausencia de diálogo lo que manifiesta la presencia de un nuevo colonialismo. Sin embargo, el ritual de inclusión que celebraron los primeros dueños de estas tierras frente a los policías en aquel desalojo, nos cuestiona, nos problematiza, nos descoloniza: impulsados por el sueño de Dios que es  el nuestro, resistimos también nosotros los misioneros, al colonialismo aún imperante. A pesar de haber quemado los “agentes de seguridad” el templo, las casas, la cosecha y semilla, no podían impedir que la ceniza abone el brote de nuevos sueños alternativos y que se expanda por toda la Casa Común, despertando muchas conciencias. Esta elocuente resistencia de la comunidad guaraní del Cerrito es una silenciosa invitación alternativa al diálogo.

 

  Diálogo como mejor Resistencia

 

Hoy, en medio del cambio de  época, la presencia del colonialidad parece anacrónica, pues lo que más necesitamos en buscar nuevos caminos, es el diálogo para no perpetuar modelos ya superados. Sin embargo, después de medio milenio había muy pocos intentos de diálogo respetuoso con los primeros habitantes de estas tierras.

 

Ya en Puerto Maldonado, el papa Francisco expresó que el reconocimiento y el diálogo siempre son el mejor camino para transformar las históricas relaciones, marcadas por la exclusión y la discriminación.

 

Quizás en este momento kairótico de cambio, será más factible que otras potencias como el capitalismo y la explotación –ya bastante agotadas- puedan ser reconocidas, escuchadas y acogidas como las de los desconocidos indígenas. El papa Francisco advierte que “así como hay potencialidades en la naturaleza que podrían perderse para siempre, lo mismo puede ocurrir con culturas que tienen todavía un mensaje no escuchado y hoy están amenazados” (QA 28). Con esas palabras nos invita a buscar “con sumo respeto” caminos de encuentro que puedan enriquecer ambas parte, si dejemos ser a los indígenas - por primera vez-  los principales interlocutores en un diálogo.

 

Nosotros, misioneras y misioneros hemos sido y somos los más adecuados para este diálogo necesario. A lo largo de los años, nos hemos hecho amigos de ellos y sentí-pensamos más que nadie sus sufrimientos y sus reclamos justos desde sus propias raíces culturales. Hacerlo escuchar en oídos del gobierno y la sociedad entera, sería nada menos que hacer jopoi por el profundo enriquecimiento que hemos recibido de ellos a través de muchos diálogos.  

 

Diferencias esenciales entre las culturas indígenas y las europeas

 

Dialogar no es fácil, porque hay grandes conceptos diferentes entre las culturas. Si queremos entrar en un diálogo intercultural necesitamos respetar las reglas del juego: cada interlocutor debe respetar y ser respetado por el otro en su propia cosmovisión, su diferente estilo de vida y su modo de ser, de pensar y relacionarse. Cada uno de los interlocutores tiene una mirada específica sobre las cosas y los temas, sellada por su cultura. Será un proceso lento, y costoso  introducirse respetuosamente en el mundo del Otro. 

 

Las culturas de los Pueblos originarios son marcadas por el bioma5 del lugar geográfico en donde viven y donde vivieron sus antepasados. Una cultura se  desarrolla en un proceso largo adecuándose al pedazo de tierra que habitan así que lo transforman en su “territorio”, lugar de su identidad, de su cultura, de su espiritualidad y religión, de su cosmovisión, del descanso de sus antepasados, de su organización, de su modo de pensar y vivir. Lógicamente entre los mismos pueblos indígenas hay una inmensa diversidad cultural según la diversidad de biomas en los están arraigados. 

 

Sin embargo, nuestra cultura hoy tiene una fuerte tendencia de homogeneizarse. Vivimos en una aldea planetaria. No olvidemos que la pluralidad y variedad de pueblos con sus culturas propias es un gran tesoro de la humanidad ya que cada cultura forma parte enriquecedora de la humanidad. Y si se muere una cultura, se muere una faceta de la multifacética humanidad. Así como hay que cuidar las raíces de las plantas y de los árboles, así también hay que cuidar y cultivar las raíces de la propia cultura “porque de las raíces viene la fuerza que nos va a hacer crecer, florecer y fructificar”6.

 

Los pueblos indígenas se sienten, junto con las plantas y animales, hijos de Dios y desde esta pertenencia identidaria están estrechamente vinculados con la tierra también; se sienten verdaderos  hijos de la Tierra, don de Dios entregado a ellos. Con mucha preocupación el papa recuerda “si las culturas ancestrales de los pueblos originarios nacieron y se desarrollaron en íntimo contacto con el entorno natural, difícilmente puedan quedar indemnes cuando este ambiente se daña” (QA 40). Conste que así como la vida, las culturas  y el mundo entero son dinámicos, así también debe ser el cuidado de la vida en la naturaleza, en las culturas y en el mundo entero (cf.LS 144). Las milenarias culturas indígenas hoy son amenazadas  por la reciente  “imposición (global) de un estilo hegemónico de vida, ligado a un solo modelo de producción” (cf. LS 146).  

 

En busca de un nuevo rostro local con dimensión universal

 

Quiero recordar aquí un diálogo que tuve hace años  con un guaraní Paí Tavyterá. Él me  dijo en forma amistosa que le atrae mucho la persona de Jesucristo, el que ha manifestado en plenitud los valores humanos que son los que todos los humanos aspiramos y esto le confirma que él es divino, es verdadero Hijo de Dios. Pero por esa razón no se haría católico, porque nuestra Iglesia tiene una cultura que no es la suya. Y él ama profundamente su cultura paí tavyterá que los Dioses han entregado a su pueblo como un precioso tesoro. Él quiere ser fiel a los Dioses y vivir agradecido en su cultura hasta la muerte.  

 

Hoy en un momento de cambio de época, la misma Iglesia quiere reconocer su nueva identidad en la pluriformidad de culturas y procura dejar atrás “una tradición colonial monocultural, clericalista e impositiva que sabe discernir y asumir sin miedos las diversas expresiones culturales de los pueblos” (I.L.110). Reconoce7, apoyándose en la encíclica Evangelii Gaudium, que “ciertamente la realidad sociocultural compleja, plural, conflictiva y opaca impide que se pueda aplicar “una doctrina monolítica defendida por todos sin matices” (EG 40).  De este modo será posible que la universalidad/catolicidad de nuestra  Iglesia, al ser enriquecida con las diferentes culturas de las iglesias particulares, podrá conformar una Iglesia “poliédrica”  (cf. EG 236)8.

 

Aceptando al otro en su modo de ser, de pensar y de expresarse, hará  posible “asumir juntos el deber de servir a la justicia y la paz que debería convertirse en un criterio básico de todo intercambio” (EG 250). No debemos olvidar que la verdadera apertura implica mantenerse firme en las propias convicciones más hondas, con una identidad clara y gozosa, pero abierta a las del otro.

 

Conclusión

 

Lastimosamente las  denuncias de ilícitos acaparamientos de tierras de poderosos, desalojando a otros indefensos, últimamente están abundando. Hay muchas protestas, pero faltan las propuestas. Hemos constatado que la vinculación entre Tierra y cultura es inseparable.

 

Pero existe una propuesta humana que no corresponde a la espiral de violencia. 

 

Los avá guaraníes del desalojo en el Cerrito nos demostraron otro camino: un acercamiento humano, expresado en la propia cultura de la danza oración que invita atraer disponibilidad para un diálogo respetuoso. La tierra es don de nuestro Creador común para todos los pueblos lo que exige una organización socio-política con permanentes renovaciones en su distribución comunitaria-solidaria. Totalmente contrario a esta concepción, actúa el  aún vigente sistema neo-colonial, que busca la concentración de tierras para la agroindustria en manos de empresas multinacionales. Es el resultado de siglos de dominación colonialista. ¿Será posible resistir contra esta tendencia apocalíptica con propuestas alternativa?

 

La forma de resistencia de la comunidad avá guaraní con una danza oración a los policías que les querían desalojar, parece paradójica para nuestros tiempos. Sin embargo, nos ilumina la investigación de León Cadogan sobre el simbolismo de la danza “chiripa” para el día de ara pyahu. Podríamos aplicar aquel instante a nuestro momento de cambio de época y de clima  como un kairós. Este comienzo de nuevos tiempos  es el momento de Dios a quien deberíamos dirigirnos como ellos y pedirle valor a resistir y  afrontar los “seres invisibles que habitan la noche” que amenazan a nosotros y a nuestros opositores. Esta petición danzada siempre está acompañada por el humo ritual del tabaco, que  simboliza la tatachina, elemento original que recrea y renueva la vida, que les empuja arrojarse a la caminata con los mismos pies que seguirán danzando en la Madre Tierra, convencidos que es de todos. Hoy, la comunidad indígena del Cerrito nos está dando un mensaje con este gesto.

 

El pueblo de la Biblia comenzó con la salida (Éxodo) de un sistema hegemónico de diferentes grupos socio-culturales (finalmente 12 tribus). Todos tenían en común haber sido despojados de sus tierras y de su dignidad. Llenos de hambre y sed de justicia, se desvincularon interiormente del proyecto “faraónico” alienante y se aliaron entre sí, soñando y planificando en asambleas una convivencia alternativa. Entonces se percibían acompañados por Dios. 

 

La memoria de aquella resistencia avá guaraní y la del Pueblo del la Biblia nos pueden despertar hoy a des-intoxicarnos de las engañosas ideologías del sistema vigente para solidarizarnos con todos aquellos que buscan vivir este sueño humano que es de Dios. Lo revolucionario es la forma alternativa de resistencia.  Manifiesta  la presencia de un Dios al lado de los que buscan y se organizan. Resistiendo juntos como ellos, seremos tantos como las estrellas que iluminan la noche y  tú “cuenta las estrellas, si es que puedes….(Gen 15,5).

 

Notas

 

1 Los policías les hablaron a los guaraníes en su propio idioma que era también el suyo,, ya que el idioma guaraní es una de las dos lenguas oficiales en el Paraguay, pero ya no comprenden la cultura que había parido este idioma.

2 Meliá, Bartomeu, El Guaraní, conquistado y reducido, CEADUC, Asunción 1986, p.113.   

3 En la cámara de diputados ya se aprobó la ley de una "Reforma agraria" con que quieren apropiarse muchos políticos de la Cámara  ilegalmente mediante tierras malhabidas desde la dictadura. Falta la aprobación del Senado y del Ejecutivo.

5 Bioma es un conjunto de una inmensa diversidad de organismos biológicos armónicamente interrelacionados   

6 Videomensaje para el Encuentro Mundial de la Juventud indígena, Panamá, enero 2019

7 cf. Instrumentum Laboris de la Asamblea Especial para la Región Amazónica 2019

8 Con este horizonte abierto podemos interpretar en nuestra hermosa e inagotable leyenda mítica-profética (Mons. Acha) sobre la Virgen Inmaculada de Caacupé un anuncio mítico-profético como resultado de un dialogo interreligioso. Gracias a su súplica a la Inmaculada  un indio fue salvado por la protección de un árbol. En gratitud a ella tallaba de la madera del árbol protector dos imágenes de ella. Una grande (1.10) para la parroquia de los europeos  y otra pequeña (40 cm) para la capillita de los indios. ¿Acaso no esconde este relato mítico-profético una advertencia teológica que con el primer encuentro de entonces entre la cultura occidental y había llegado un momento  nuevo para la Iglesia?  El protagonista en esta leyenda es el paradigma del indio salvado -por la Virgen y la naturaleza, simbolizado en el árbol, mediador entre cielo y tierra- que propone la posibilidad de transformar la  iglesia universal (católica) con rostro monocultural de cultura europea en iglesias particulares con rostros pluriculturales, es decir que cada iglesia sea vivida por los creyentes en su propia cultura, iglesia autóctona-local con horizonte universal. 

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