29 de Junio de 2021
[Por: Luis Miguel Modino | ADN Celam]
Tres maneras diferentes de comprender la realidad, de vislumbrar pistas. Eso es lo que han llevado a cabo Pedro Ribeiro de Oliveira, Emilce Cuda y Raúl Aramendy en un encuentro virtual promovido por Amerindia, en el que han reflexionado sobre “la geopolítica en América Latina y el Caribe”, una reflexión en el marco del evento virtual 2021 “Teología de la Liberación: tejiendo otros escenarios”.
Estados que van más allá de sus territorios
“La geopolítica es la proyección del poder de un Estado más allá de su territorio”, según Pedro A. Ribeiro de Oliveira, algo que “implica guerra y diferentes formas de dominación o influencia sobre territorios de otros Estados”. Analizando el panorama geopolítico mundial en el Siglo XXI, relaciona la victoria de los Estados Unidos en la Guerra Fría con la victoria del mercado global bajo la hegemonía de las grandes corporaciones transnacionales. Eso convirtió le convirtió en el actor principal, aunque la crisis financiera de 2008 provocó el surgimiento de China como clara alternativa.
Actualmente, la pandemia del Covid-19 está complicando una tensa transición en la geopolítica mundial. Desde 2008 se incrementó la concentración de la riqueza, según el sociólogo brasileño, onde 147 grupos (75% son bancos) controlan 40% del sistema corporativo mundial. El 1% de los habitantes de la Tierra tiene una riqueza equivalente a los 99% restantes. De hecho, Ribeiro de Oliveira insiste em que solo crece el capital financiero y apenas el capital productivo. A esto se une el clima de tensión militar, lo que genera un mal estar generalizado.
La civilización moderna occidental está en crisis
El sociólogo sostiene que la civilización occidental moderna (cristiana, capitalista, colonialista, patriarcal y antropocéntrica) está en crisis. Eso ha provocado movimientos reaccionarios, que quieren salvar la civilización occidental a cualquier precio, pero sin proyecto, considerando el Bolsonarismo como un ejemplo. Advierte que el mal estar resulta en guerras, basadas en una serie de excusas. El resultado actual de todo eso es un cuadro multipolar.
Pedro Ribeiro de Oliveira destacaba el control de los Estados Unidos sobre América Latina, mediante guerras disputadas mediante el control de información a través de internet, con noticias falsas. En esa coyuntura, destaca las regiones o países no controlados, aunque afirma estar lejos de un optimismo ingenuo ante la cruda realidad de los hechos. Resalta el sentimiento de desaliento, el neocolonialismo existente, lo que demanda pensar en algo nuevo desde la periferia, desde los pueblos originarios, insistiendo en la importancia del uso adecuado de las redes sociales.
Tierra, techo, trabajo y tecnología
Emilce Cuda abordaba la geopolítica a partir de la tecnología. Según ella, la clave de la política es la unidad, recordando las palabras del Papa Francisco, en las que dice que “o nos unimos o nos hundimos”. En su opinión el desafío es encontrar el camino que ayude a construir una unidad que tiene que tener presente las necesidades, que el Papa Francisco resume en tierra, techo, trabajo y tecnología.
En sus palabras ha destacado que “la amenaza tecnológica hoy es muy fuerte en América Latina”. Hoy el problema de la tecnología son las vacunas, recordando las recientes palabras del Papa Francisco a la OIT sobre la propiedad privada, que algunos entendieron como una posición ideológica, “pero en realidad responde a los cuatro principios fundamentales de la Doctrina Social de la Iglesia: dignidad humana, destino universal de los bienes, principio de solidaridad y principio de subsidiariedad”.
Libre acceso al desarrollo
La tecnología es vista por Cuda como “el desarrollo de un bien creado, y tiene que tener acceso libre”, lo que es considerado como el destino universal de los bienes hoy, pues “acceder a la tecnología hoy, es uno de los conflictos principales”, insistiendo en que “la tecnología es uno de los modos como se manifiesta la propiedad privada de modo absoluto”.
Al hablar de política, el Papa Francisco habla de “procesos de transición justa”, según Emilce Cuda, que insiste en la necesidad de que no se profundicen las distancias sociales en el continente. Un ejemplo de eso es que mucha gente no ha podido cobrar la ayuda social del Estado por no tener acceso a los aplicativos necesarios para recibirla. Eso pone de manifiesto que la tecnología es una de las grandes cuestiones a resolver, según la teóloga argentina, que citando Fratelli tutti, recordaba las palabras en que dice “vengo a proponer una forma de vida con sabor a Evangelio”.
Sentarnos a pensar qué hacemos con aquel que piensa diferente
“La política como forma implica poder unir la diferencia”, según Cuda, lo que implica “abrir el diálogo social”, que es un dialogo no entre amigos, sino entre dos partes que están en conflicto. Por eso insiste en la necesidad de “sentarnos a pensar qué hacemos con aquel que piensa diferente”, con la participación todos, para que se desarrolle la tecnología que posibilite achicar las desigualdades.
Según la teóloga no hay tiempo para andar debatiendo ideologías, afirmando que hoy en día los cristianos son los que están sosteniendo este continente, porque la política dejó de encantar. En esta pandemia, ella piensa que la Iglesia, de los organismos latinoamericanos, es el más activo. Después de todo lo expuesto, ha insistido una vez más en la necesidad de sentarnos a dialogar para poner en práctica un desarrollo tecnológico.
Crisis que determinan la geopolítica
Toda política es geopolítica en medio de una globalización neoliberal, según Raúl Aramendy, que afirmaba que, por primera vez, la historia humana es abarcadora completamente del Planeta. Ante esa perspectiva defendía la necesidad de “escuchar a los pueblos amazónicos, como fuente de sabiduría, de pensamiento, de sentimientos”. En su visión, es necesario observar la geopolítica siguiendo las crisis que tenemos hoy en América Latina y en el mundo. Por eso hablaba de 9 crisis que deben ser analizadas para pensar geopolíticas cercanas a la práctica.
El profesor argentino, para quien “el mundo está globalizado por el capitalismo, por un neoliberalismo que está en crisis profunda”, afirmando la existencia de una disputa inter imperialista que quieren dominar la globalización, citaba alguna de estas crisis, como la crisis energética, la crisis sanitaria, consecuencia de la privatización de la salud, la crisis ecológica, que nos debe llevar a vernos como hijos y no dueños, como responsables directos de su vida.
En su opinión, la idea de desarrollo es una idea suicida, con gran presencia de monopolios, inclusive en las vacunas. También hablaba de crisis de participación democrática, crisis científica o crisis ética, consecuencia de un sistema hegemónico anti ético. Esto le llevaba a afirmar la necesidad de conocer lo que está por detrás de construir una geopolítica liberadora, viendo la ética y esperanza como categorías fundamentales, siguiendo el pensamiento de Paulo Freire.
Proyectos de futuro con raíces en el pasado
Según Pedro Ribeiro de Oliveira, “para hacer la unidad es necesario hacer memoria”. Eso lo aplicaba a la actual realidad brasileña, donde se ve la necesidad de un frente amplio de izquierdas, siempre mirando adelante. Pero es necesario “mirar atrás, a los sufrimientos que nos unen”. En su opinión, “para que los proyectos tengan futuro, deben tener raíces en el pasado”. Por eso considera que “uno de los problemas actuales es que nos roban la memoria, los poderosos no quieren que sepamos cuales son nuestras raíces”.
Emilce Cuda recordaba que es el Papa Francisco quien habla de memoria. Según ella, “el conocimiento es una construcción colectiva, no es algo que se nos ocurre a nosotros”. De ahí la idea de una construcción colectiva de la identidad, que se especifica en el concepto de Patria Grande. La teóloga reflexionaba sobre la necesidad de distinguir entre teología e ideología, afirmando la necesidad de “desenmascarar la ideología que se nos está vendiendo como teología de la prosperidad, una máscara de una ideología que mata”.
Haciendo una lectura histórica, Cuda afirmaba que antes de la modernidad la guerra era fratricida entre familias ricas, algo que hoy se repite entre familias que concentran el capital mundial, que terminan manejando los gobiernos por medio de negocios mafiosos. Eso desemboca en “una guerra entre pobres que se cobra miles de vidas”. Según ella, política es la pasión en la acción, una idea recogida del Papa Francisco. Por eso, aboga en “convertir los movimientos de economía popular en movimientos de política popular para poder participar en la toma de decisiones sobre los modos de producción, distribución y reinversión de la renta”.
Publicado en: https://prensacelam.org/2021/06/29/emilce-cuda-acceder-a-la-tecnologia-hoy-es-uno-de-los-conflictos-principales/
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