Enrique Dussel, la filosofía de la liberación y el giro decolonial

11 de Junio de 2021

[Por: Juan José Tamayo]




Enrique Dussel es uno de los pensadores más originales de nuestro tiempo en las diferentes disciplinas que cultiva: filosofía, teología, historia y ciencia política, una de las figuras clave de la teología y la filosofía de la liberación en América Latina y uno de los principales referentes del giro decolonial. Lo viene demostrando a través de su extensa, rigurosa e ininterrumpida producción literaria a lo largo de seis décadas.

 

Viene a confirmarlo ahora en su libro Siete ensayos de filosofía de la liberación. Hacia una fundamentación del giro decolonial (Trotta, Madrid, 2020, 176 páginas), que recoge una serie de ensayos escritos en los últimos años en los que muestra y demuestra cómo la filosofía de la liberación, desde su nacimiento a finales de la década de los sesenta del siglo pasado, ejerce la función filosófico-metafísica y ética del giro decolonial a través de su crítica de la Modernidad, al tiempo que abre caminos para su superación. 

 

De entonces para acá Dussel viene dialogando y discutiendo con los principales pensadores que han desarrollado dicho giro, entre los que cabe citar a Aníbal Quijano, Walter Mignolo, Boaventura de Sousa Santos, Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel, Karina Bidaseca, María Lugones, etc., en los sucesivos diálogos Sur-Sur, Sur-Norte y Norte-Sur, este último con Karl-Otto Apel entre la ética de la liberación y la filosofía de la liberación a lo largo de tres décadas desde la simetría de los dos interlocutores.

 

La principal aportación de Dussel al giro decolonial es su propuesta de la transmodernidad, desarrollada en este libro en oposición a la posmodernidad de algunos intelectuales del Norte. Dussel no cree posible aplicar, imitar o desarrollar la Modernidad en otras culturas, ya que ella es inseparable de la colonialidad y se constituye en la dominación de las culturas periféricas y coloniales. En un diálogo enriquecedor con el filósofo marroquí Taha Abdulrrahman, marca distancias también con su teoría sobre las múltiples modernidades. Cree necesario superar radicalmente la Modernidad y converger en una nueva Edad de la humanidad donde las culturas habrán de respetarse como iguales y en una cultura mundial pluriversal que pueda articular todas las culturas existentes en la semejanza.

 

Para ello propone un diálogo filosófico Sur-Sur y Sur-Norte, sin caer en el fundamentalismo que niega la Modernidad en su totalidad, ni en la colonialidad del saber, del ser, del existir y del poder. El resultado es la descolonización de la cultura, de la epistemología y de la tecnología

 

Dussel aboga también por la descolonización epistemológica de la teología que, a su juicio, fue compañera de viaje de la descolonización de la filosofía y de la historia desde el principio con el nacimiento de la teología latinoamericana de la liberación y de la que él fue uno de sus principales inspiradores y más importantes cultivadores. En continuidad con la afirmación de Marx en su obra de juventud Introducción a la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel  “la crítica de la teología se torna en crítica de la política”, muestra la importancia de una crítica de la teología como momento de la crítica de la política liberal y de la economía capitalista, tal como la practicó Marx, pero extendiéndola a otros campos de la existencia humana, como el patriarcado, el racismo epistemológico, el eurocentrismo y los fundamentalismos religiosos. 

 

Dussel cita un texto de Marx en La lucha campesina en Francia como anticipo de la teología de la liberación y en su defensa, que, bien seguro, resultará provocativo para determinados marxistas que se han quedado con la frase catequética “La religión es el opio del pueblo”: “Por lo tanto (pensaba Thomas Müntzer, el líder de la Guerra de los Campesinos), el cielo no es una cosa de otro mundo; hay que buscarlo en esta vida, y la tarea de los creyentes consiste en establecer aquí, en la tierra, ese cielo que es el reino de Dios”.

 

En continuidad con la afirmación de Marx en su obra Introducción a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel –“la crítica de la teología se torna crítica de la política”-, Dussel muestra la importancia de una crítica de la teología como momento de la crítica de la política liberal y de la economía capitalista, tal como la practicó Marx.

 

Una crítica que hay que extender a otros campos de la existencia humana y a otros sistemas de dominación como el patriarcado, el colonialismo, el eurocentrismo, el racismo epistemológico, el supremacismo blanco, los fundamentalismos religiosos, sobre todo en su modalidad actual: el cristoneofascismo, que es la mayor perversión del cristianismo y su sometimiento a los dictados de la extrema derecha y al ultra-neoliberalismo económico.

 

Un aspecto importante del libro es la crítica que hace a los analistas políticos que, ante el avance del neoconservadurismo político, el neoliberalismo económico y el integrismo religioso, dan por terminado el “ciclo progresista-liberador” en América Latina. Dussel cree que el sufrimiento de los oprimidos impide dicho final y que “nuevamente brota la vida a través de la violencia dominadora que intenta destruir los cambios creativos que se han producido en la izquierda todavía en estado de crecimiento en el ejercicio delegado del poder” (p. 23).

 

Los cambios creativos a los que se refiere Dussel se han producido también, y de manera muy significativa e influyente, en el terreno político, por mor del cristianismo liberador que viene fraguándose y desarrollándose desde hace más de medio siglo en América Latina y sigue vivo y activo a través de las comunidades de base, la inserción de los cristianos y cristianas en los movimiento de liberación y la teología de la liberación en sus diferentes tendencias: feminista, queer, afrodescendiente, indígena, ecológica, campesina, intercultural, interreligiosa, interétnica, interdisciplinar y decolonial. 

 

Una aportación luminosa y nueva de Dussel en este libro son sus hipótesis para una estética de la liberación que cuestionan la “estética eurocéntrica” por negar valor a las otras estéticas y calificar los mundos culturales no europeos de primitivos e incluso de bárbaros. Es lo que Boaventura de Sousa Santos llama esteticidio y Dussel necro-estética. El libro termina con la recuperación de la dimensión ético-política de la estética y la propuesta de una estética decolonial cuyo ulterior desarrollo anuncia y espero lleve a cabo con la competencia cultural y el rigor filosófico que caracterizan todos sus análisis. 

 

Con este libro, Dussel vuelve a demostrar, a sus ochenta y seis años, la creatividad y el sentido crítico de su pensamiento, que no se ha quedado anclado en los comienzos de la filosofía y la teología de la liberación, sino que avanza e ilumina los nuevos climas culturales y los nuevos escenarios políticos, tanto latinoamericanos como globales, en el horizonte del giro decolonial, que intenta fundamentar filosóficamente con rigor aquí.

 

Imagen: https://www.unidiversidad.com.ar/el-filosofo-enrique-dussel-se-presenta-en-la-paz 

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