[Por: Armando Herrera Santana – Laico en salida]
La humanidad entera está encerrada, como los discípulos de Jesús. Temerosa, acosada por la pandemia, los medios e intereses del poder del dinero. Mandan las armas, las drogas, el odio, la avaricia y el egoísmo. Hoy en la fiesta del Espíritu Santo, el dador de vida; el que irrumpe y da sentido a la vida, el que mueve a los discípulos a anunciar que es posible un mundo más humano, fraterno y justo. Con fuerza le pedimos que nos colme de sus dones, que elimine nuestros miedos y que confiemos en su guía...
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