[Por: Ancízar Cadavid - KarEd]
Quince meses después del “Bogotazo” y del asesinato de Gaitán empecé mi caminada en Bello (Antioquia) el 9 de julio de 1949. En el calendario litúrgico de la iglesia romana era día de rezarle a Nuestra Señora de Chiquinquirá; era un sábado, día en que el devocionario antioqueño hace pausas para honrar a María la madre de Jesús; y me dice mi madre que estaban sonando las campanas del Ángelus del mediodía en las torres de la iglesia principal. A pesar de esa triple marca mariana de mi nacimiento, poco me gustó la “Virgen María” hasta cuando, a mis 20 años, saboreé por mi cuenta, por primera vez y a mi aire, la rebeldía de su “magníficat”…
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