22 de Abril de 2021
[Por: Marcelo Barros]
Este año, el tema de la Agenda Latinoamericana Mundial 2021 es la cura de la Madre Tierra. Este tema fue expresado por el título: ′′Regreso o no regreso Es tarde, pero es nuestro momento ". Se llama ′′no retorno′′ el punto en el que el planeta Tierra ya no puede recuperar las mínimas condiciones de supervivencia. De hecho, desde hace unos años, los científicos han estado alertando que, si continúa a este ritmo, la destrucción ecológica puede convertir a la Tierra en un planeta desértico y sin vida
Aunque nadie está seguro de cómo el Coronavirus ha aparecido en la sociedad humana, está comprobado que su aparición tiene algo que ver con la destrucción de la naturaleza. Este virus existía hace miles de millones de años, durmiendo en la naturaleza, sin hacerle daño a nadie. Destrozado el ecosistema, él despierta y se multiplica desordenadamente infligiendo a la humanidad una tragedia que parece sin fin.
Tenemos que abrir los ojos para ver la relación entre una cosa y otra. En el mundo, más de dos tercios de los grandes bosques están destruidos, o en grave amenaza de destrucción. Se calcula que cada año 50 especies vivas desaparecen de la Tierra. En la última década, la temperatura media de las aguas de los océanos ha aumentado en más de un grado.
Diariamente, se lanzan al aire, a la tierra y al agua nuevos productos químicos que envenenan los procesos de la vida. Todavía por muchos años después de lanzarse, siguen causando muerte. Por eso, el agujero de ozono que protege la atmósfera terrestre ha aumentado y amenaza la vida de poblaciones enteras y de muchas especies animales.
El cambio climático que en otras eras geológico venían de mutaciones atmosféricas, ahora son provocados por la propia sociedad humana, específicamente por el sistema social y económico dominante que transforma la tierra en mercancía y se preocupa solo por su beneficio.
Hay que cambiar el sistema de valores subyacente a la economía mundial para hacerla compatible con la dignidad humana y con la sostenibilidad ecológica. El Papa Francisco ha repetido que este sistema (El Capitalismo) mata. Asesina a los seres humanos y también a la madre Tierra. El problema no es tecnológico Es cultural, social y político. Para rehacer este camino de la reintegración y de una nueva comunión de la humanidad con la Tierra y todo el universo no basta con la conciencia de la gravedad de la situación. Ni el problema se resolverá solo con leyes que protejan la tierra, las aguas, los bosques, los animales y el aire del planeta. Por más importante e incluso urgente que todo esto sea, es importante reencontrarnos con una nueva forma de relacionarnos con la Tierra, el agua y el conjunto de la naturaleza. En todo el mundo, la humanidad redescubre la actualidad de los cultos indígenas y afrodescendientes que profundizan la intimidad con Dios en la relación con la Tierra, el agua y los elementos del universo.
Anualmente, la ONU consagra el 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra. Por feliz coincidencia, para las iglesias cristianas, esta conmemoración siempre se produce durante el tiempo pascal, en el cual las comunidades celebran la resurrección del Cristo para ser testigos de que la vida vence a la muerte y el amor tendrá la última palabra en este mundo.
En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo habló del Cristo Resucitado como el Cristo Cósmico. Hoy, para nosotros, la presencia del Cristo se da en el otro humano, pero también en la vida que late en el conjunto del universo y en la resistencia de la Madre Tierra. Aún en la primera mitad del siglo XX, el padre Theilhard de Chardin afirmaba: ′′Hasta ahora los cristianos han buscado a Jesucristo en su forma humana y divina. Ahora, Él se presenta para nosotros en su cuerpo cósmico que es la Tierra. Esta tercera naturaleza del Cristo (ni humano, ni divino, sino cósmico) no ha atraído sensiblemente la atención explícita de fieis o teólogos".
Imagen: https://redamazonica.org/2020/04/la-comunion-con-nuestra-hermana-madre-tierra/
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