Durante el aislamiento social: qué leer y cómo leer (1)

28 de Marzo de 2021

[Por: Leonardo Boff | Texto en español y portugués]




Durante el aislamiento social forzado para el bien de cada persona y de los otros ante el ataque del coronavirus, se nos pide recogernos en nuestras casas o habitaciones.

 

La convivencia física con los próximos nos hace conocer las diferencias, el modo de ser de cada uno, de pensar y de leer el mundo. No es fácil. La primera cosa que descubrimos es aquello que, con fina percepción, formuló Caetano Velloso: “de cerca nadie es normal”, frase que recorrió el mundo. De hecho, la normalidad va siempre junto con cierta anormalidad.

 

Nos damos cuenta de la luz y de la sombra, de lo sim-bólico (que une) y de lo dia-bólico (que separa) que habitan en cada uno de nosotros. No como defecto de nuestra creación, sino como nuestra condición humana real. Esta polaridad está en todo: en el universo (caos y cosmos), en la vida (salud y enfermedad), en la naturaleza (nacimiento y muerte), en la sociedad (individualismo y solidaridad). El desafío es cómo articular estas polaridades de forma que la dimensión de luz y de lo normal no permita la dominación de la sombra y de lo anormal, lo que nos quitaría la felicidad y la convivencia pacífica.

 

Hay muchas maneras de ocuparnos durante este tiempo, para todos bien penoso. Una de ellas es la lectura de libros espirituales o religiosos que pueden abrirnos nuevos sentidos especialmente ante las inquietudes e interrogaciones que la irrupción de la Covid-19 ha traído a cada persona y a la humanidad. Es un contraataque de la naturaleza a toda la humanidad: ¿Qué señal es esta y que nos quiere decir?

 

Fuentes espirituales o religiosas escritas hace miles de años, pueden quizás darnos alguna luz, no sólo para la dramática coyuntura actual, sino también para la propia vida. Sugiero aquí empezar a leer la Biblia judeocristiana, el Primer Testamento (Antiguo Testamento) y el Segundo (Nuevo Testamento), textos escritos a lo largo de 3-4 mil años. En ellos se encuentra de todo, por eso, conforme a la situación existencial en la cual se vive, se escogen las partes más adecuadas.

 

Es bueno recordar que cada uno lee los textos con los ojos que tiene, de ahí que leer es siempre interpretar. Interpretamos a partir del punto de vista personal, pues cada punto de vista es la vista desde un punto. Además la cabeza piensa desde donde pisan los pies. Si mis pies pisan una favela y yo leo a partir del punto de vista de la favela, selecciono los textos que más se refieren a esta situación. Esto no significa negar los otros textos, sino dar vida a los textos a partir de los con-textos en que vivimos y con pre-texto de tal y tal situación. También puede leerse a partir de quien vive en el centro de la ciudad con todos los servicios funcionando y dándole seguridad en la vida. Este lugar social permite otro tipo de lectura.

 

Ahí los viejos textos del pasado nos revelan novedades. De modo general, podemos decir que hay tantas lecturas como lugares sociales. Los campesinos expulsados de sus tierras leerán los textos bíblicos de manera diferente y hasta opuesta a la del latifundista que los expulsó. Así podríamos multiplicar los ejemplos.

 

Conclusión: no debemos cerrarnos en nuestra propia lectura, lo que sería exclusivismo y hasta fundamentalismo, sino abrirnos a otras lecturas que relativizan y enriquecen la nuestra.

 

Nunca se debe poner el libro delante de los ojos, escondiendo la realidad desnuda y cruda. Esa es la equivocación de los fundamentalistas que solo ven el libro y sus frases tomadas en sí mismas.

 

No fue escrito para eso. Fue escrito para iluminar la realidad. Es inspirado porque nos inspira a comprender más y a vivir mejor. Por eso debe ser puesto detrás de la cabeza, para iluminar la realidad con todas sus contradicciones.

 

El primer libro que Dios nos dio es el libro de la creación. En él está toda la sabiduría que nos hace falta para vivir bien. Lamentablemente hemos perdido la capacidad de leer bien este libro. Vemos la creación no como un valor en sí misma, sino utilitariamente, como un baúl de recursos para ser explotados a nuestro gusto, sin preocuparnos de las demás personas ni de los daños que les hacemos, no dándole tiempo para regenerarse.

 

Entonces se nos dio otro libro, la Biblia, que nos ofrece las claves de lectura para el primer libro, el de la creación.

 

Este es el sentido profundo de la lectura de la Biblia: entender mejor el mundo, nuestra vida personal, el sentido de nuestras tribulaciones, la necesidad de la esperanza y, sobre todo, la vivencia concreta del amor, de la solidaridad, del cuidado y de la compasión.

 

No quiere ser ni puede ser un libro de ciencia. Es un libro de sabiduría de vida que responde a las búsquedas humanas.

 

Cada uno escoge los libros de la Biblia que le parecen mejor. Yo recomiendo del Primer Testamento todos los libros sapienciales: Job, los Salmos, especialmente el 23 y el 103; Proverbios, Eclesiastés, Eclesiástico, Cantar de los Cantares, libro de alto erotismo, que nunca habla de Dios, ni lo necesita, pues Dios es amor; Lamentaciones.

 

Del Segundo Testamento aconsejo empezar por los Hechos de los Apóstoles, verdadera saga que narra cómo san Pablo y compañeros anduvieron más de mil kilómetros por el imperio romano para anunciar los valores predicados y vividos por Jesús (el amor incondicional, la apertura a Dios como el Dios bueno y misericordioso, el cuidado hacia los pobres y los que sufren, la capacidad de perdón y la certeza de nuestra resurrección, que es más que solo la inmortalidad del alma). Después, la Primera Carta a los Corintios, en la cual se ven los grandes valores éticos a ser asumidos. De los evangelios, empezar por el de san Marcos, el más conciso y más cercano al Jesús histórico; el evangelio de san Lucas, en el cual Jesús muestra su inmensa compasión con los que sufren y con los pobres, y amonesta a los poderosos y ricos; el evangelio de san Juan, lleno de espiritualidad; la Epístola de Santiago en la que se predica una moral bien concreta y actual.

 

Aconsejo en portugués la Biblia de la editorial Vozes por sus excelentes introducciones y comentarios (vendas@vozes.com.br).

 

Déjense tomar por las palabras bíblicas que, junto con otros libros sagrados de otros caminos espirituales, nos propician un encuentro con la Palabra que nos ilumina el camino en las noches sombrías de la vida, como en los tiempos actuales.

 

*Leonardo Boff es teólogo y ha hecho estudios bíblicos especiales en Alemania en la Universidad de Munich.

 

Traducción de Mª José Gavito Milano

 

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Durante o isolamento social: o que ler e como ler (I)

 

Durante o isolamento social forçado para o bem da própria pessoa e dos outros face ao ataque do coronavírus somos instados a nos recolher em nossas casas ou habitações.

 

A convivência física com os próximos nos faz conhecer as diferenças, o modo próprio de cada  um de ser, de pensar e de  ler o mundo. Não é fácil. A primeira coisa que descobrimos é aqulo que Caetano Velloso, com fina percepção, formulou:“de perto ninguém é normal”,frase que correu o mundo. De fato, junto com a normalidade caminha sempre  junto certa anormalidade Damo-nos conta da luz e da sombra, do sim-bólico (que une) e do dia-bólico (que separa) que habitam em cada um de nós. Não como defeito de criação mas como a nossa condição humana real. Essa polaridade está em tudo: no universo (caos e cosmos),na vida (saúde e doença),na natureza (nascimento e morte), na sociedade (individualismo e solidarismo). O desafio é como articular estas polaridades de forma que a dimensão de luz e do normal não permita a dominação de sombra e do anormal, o que nos tiraria a felicidade e a convivência pacífica.  

 

Há muitas formas de ocupar-se durante este  tempo para todos bem penoso. Uma delas é a leitura de livros espirituais ou religiosos que podem abrir-nos novos sentidos especialmente face às inquietações  e interrogações que a intrusão do Covid-19 trouxe à humanidade e a cada pessoa.É um contra-ataque da natureza à toda a humanidade: que sinal é este e que ele nos quer dizer? Fontes espirituais ou religiosas escritas há milhares de anos, podem, quiçá, nos trazer alguma luz, não só para a atual conjuntura dramática, mas para a própria vida.

 

Sugiro aqui  começar a ler a Bíblia judaico-cristã, do Primeiro Testamento (do Antigo Testamento) e do Segundo (Novo Testamento), textos escritos ao longo de 3-4 mil anos. Neles se encontra de tudo, por isso, conforme a situação existencial na qual se vive, escolhem-se as partes mais adequadas.

 

Cabe recordar que cada um lê os textos com os olhos que tem, daí que ler é sempre interpretar. Interpretamos a partir do ponto de vista pessoal, pois cada ponto de vista é a vista de um ponto.Ademais a cabeça pensa a partir de onde os pés pisam. Se meus pés pisam numa favela e eu leio a partir do ponto de vista da favela, já seleciono os textos que mais dizem respeito a esta situação. Não significa negar os outros textos, mas dar vida aos textos a partir dos con-textos em que vivemos e a pre-texto de tal e tal situação. Ou pode-se ler a partir de quem mora no centro da cidade com todos os serviços funcionando e lhe dando segurança. Esse lugar social permite outro tipo de leitura. Em todos os casos, os velhos textos do passado nos revelam novidades. De modo geral, podemos dizer: há tantas leituras quantos são os lugares sociais. Camponeses expulsos da terra lerão os textos bíblicos de modo diferente e até contrário do latifundiário que os expulsou. Assim poderíamos multiplicar os exemplos. Conclusão: não devemos fecharmo-nos em nossa própria leitura o que seria exclusivismo e até fundamentalismo, mas abrir-nos a outras leituras que relativizam e enriquecem a nossa.

 

Nunca se deve pôr  o livro diante dos olhos, escondendo a realidade nua e crua. É o equívoco dos fundamentalistas que apenas veem o livro e suas frases tomadas em si mesmas. Não é para isso que foi escrito. Foi escrito para iluminar a realidade. É inspirado porque nos inspira a compreender mais e viver melhor. Por isso deve ser posto atrás da cabeça para iluminar a realidade com todas as suas contradições.

 

O primeiro livro que Deus nos deu é o livro da criação. Nele está toda a sabedoria que precisamos para o bem viver. Infelizmente perdemos a capacidade de  ler este livro. Vemos a criação, não como valor em si mesma, mas utilitariamente apenas como um baú de recursos a serem explorados  a nosso bel-prazer, sem preocupação com as outras pessoas e com os danos que fazemos à natureza, não lhe dando tempo para se regenerar. Por compaixão divina  foi-nos dado o outro livro, a Bíblia, que nos oferece as chaves de leitura para o primeiro livro, o da criação. Esse é o sentido profundo para ler a Bíblia: para entender melhor o mundo, a nossa vida pessoal, o sentido de nossas tribulações,a necessidade da esperança e, acima de tudo, a vivência concreta do amor, da solidariedade, do cuidado e da compaixão.Não quer ser nem pode ser um livro de ciência. É um livro de sabedoria de vida que responde às perenes buscas humanas.

 

Cada um escolhe os livros da Bíblia que lhe parecer melhor. Eu recomendo do Primeiro Testamento: todos os livros sapienciais (Jó,os Salmos especialmente, os números 23 e 103; Provérbios, Eclesiastes, Eclesiástico, Cântico dos cânticos,livro de alto erotismo e que nunca fala de Deus, nem precisava, pois Deus é amor; Lamentações).

 

Do Segundo Testamento aconselho começar pelos Atos dos Apóstolos, verdadeira saga que narra como São Paulo e companheiros andaram mais de mil km pelo império romano para anunciar os valores pregados e vividos por Jesus (o amor incondicional, a abertura a Deus como bom e misericordioso,o cuidado para com os pobres e sofredores e a capacidade de perdão e a certeza de nossa ressurreição mais que apenas a imortalidade da alma); depois a Primeira Carta aos Coríntios, na qual se veem os grandes valores éticos a serem assumidos; dos evangelhos começar pelo de São Marcos, mais enxuto e mais próximo do Jesus histórico; o evangelho de São Lucas no qual Jesus  mostra sua imensa compaixão pelos pobres e as advertências aos poderosos e endinheirados; o evangelho de São João, cheio de espiritualidade; a Epístola de Tiago na qual se prega uma moral bem concreta e atual.

Aconselho a Bíblia da Vozes pelas excelentes introduções e comentários (vendas@vozes.com.br). Deixem-se tomar pelas palavras bíblicas que, junto com outros livros sagrados de outros caminhos espirituais, nos propiciam um encontro com a Palavra que nos ilumina o caminho nas noites sombrias da vida como nos tempos atuais.

 

Leonardo Boff é teólogo e fez estudos bíblicos especiais na Universidade de Munique na Alemanha.

 

 

https://leonardoboff.org/2021/03/23/durante-o-isolamento-social-o-que-ler-e-como-ler-i/

 

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