Lecturas bíblicas en contextos actuales dan razones de esperanza

23 de Marzo de 2021

 [Por: Isabel N. Iñiguez]
                                                                              

 




 

Leemos las lecturas bíblicas en el marco de la cuaresma y la preparación a la Semana Santa 2021 teniendo en cuenta varios elementos: comenzamos una semana muy significativa para nuestro pueblo: la Memoria del 24 de marzo de 1976 y con ello hacemos presente a los 30.000 desaparecidos por la violación a los Derechos Humanos, (Jorge Novak y la Pastoral de los DD.HH. Fidelidad a los signos de los tiempos, entre otros); para la Iglesia latinoamericano el mismo 24 de marzo pero de 1980 hacemos memoria de Mons. Romero, arzobispo, profeta y mártir de San Salvador, proclamado “San Romero de América” por el Papa Francisco; y los contextos locales de realidad socio-política actual de nuestros territorios. Resalto algunas significaciones:

 

Lectura de Daniel 13,1-9.15-17.19-30.33-62

 

Invito a la lectura de Daniel para releer desde nuestros contextos. Puedo rescatar con asombro a los personajes en sus contextos y ver a una mujer, Susana, esposa de Joaquín, acusada por dos Ancianos jueces con la inventiva de la trama para sentenciarla a muerte escondiendo el móvil de tal acusación en función de sus deseos e intereses, (no deje de leer la lectura)

 

No es acaso, lo que hoy se conoce con el término inglés lawfare. La expresión trata de una contracción gramatical de law (ley) y warfare (guerra), que refiere a una “guerra judicial” o “guerra jurídica”.

 

“Lawfare” significaría la utilización de la ley y de los procedimientos jurídicos como arma de guerra, por los agentes públicos como una forma de perseguir a aquellos que fueron estigmatizados como enemigos.

 

La expresión se suele acuñar para señalar que el Poder Judicial es utilizado como un actor partidario, para desprestigiar la carrera política de un opositor o trabar una política pública, entre muchos otros casos.

 

Este neologismo aparece por primera vez en un artículo de 1975, escrito por los humanitaristas australianos John Carlson y Neville Thomas Yeomans, titulado “Whither Goeth the Law: Humanity or Barbarity”. Ambos consideraron que la búsqueda de la verdad había sido sustituida por una especie de “guerra” llevada adelante en los tribunales. 

 

El primer estudio político sobre el término fue realizado por Charles J. Dunlap Jr., en un ensayo del año 2001 para el Harvard’s Carr Center. En ese trabajo, Dunlap definió el “lawfare” como “el uso de la ley como un arma de guerra”.

 

En síntesis y volviendo a la lectura en la lapidación precedida de la imposición de manos, intervenía toda la comunidad. Pero, la voz profética de Daniel, logra desenmascarar la mentira y la construcción de sentencias falsas.

 

Ya, el antropólogo de Harvard, John Comaroff, en su libro “Colonialismo, cultura y ley”, analizó el uso por parte de los países de Europa en África durante los siglos XIX y XX. En su análisis, concibe al “lawfare” como el uso de la ley para lograr la subordinación, la conquista o el control de poblaciones subalternas o, en general, de grupos menos poderosos, definiéndolo como “el esfuerzo por conquistar y controlar a los pueblos indígenas mediante el uso coercitivo de los medios legales”. 

 

El Evangelio de hoy, nos presenta otra mujer en (Juan 8,1-11). Jesús va más a fondo en las cuestiones que atentan contra la vida de las mujeres acusadas de adulterio, la sentencia de lapidación y de sectores cómplices de mantener esa dominación que tienen como base el pecado social.  

 

“La dignidad de la persona es lo primero que urge liberar y allí tenemos el Evangelio, yo no encuentro una figura más hermosa de Jesús salvando la dignidad humana, que este Jesús que no tiene pecado, frente a frente con una mujer humillada que piden para ella sentencia de lapidación y Jesús, después de cuestionar a fondo los pecados de sus jueces les devuelve la pregunta de sus actos: _ El que no tiene pecado que tire la primera piedra_  y le pregunta a la mujer: _ ¿Nadie te ha condenado?_, nadie Señor, _pues yo tampoco te condeno, pero no peques más!.  Fortaleza, pero ternura, la dignidad humana, ante todo, frente al problema legal en el tiempo en su tiempo.

 

También los testigos han comprendido que la redención comienza por la dignidad humana y que antes de ser jueces que administran justicia tener en cuenta la honra, la conciencia limpia del buen obrar y juzgar porque serían los primeros en aplicárselas si cometieran esos crímenes, (Cfr. Mons. Romero, 1980).

 

Hoy, el listado de sentencia de femicidio y el silencio cómplice de muchos y sobre todo de los jueces que no aplican la justicia que debieran (ver todos los casos de denuncias de mujeres), como así también la sociedad que no se mira hacia si misma para comprometerse con las transformaciones ante el conflicto de lo oculto de la vida cotidiana de las mujeres ante la desigualdad, el machismo patriarcal, cultural, institucional.

 

Deconstruir lo patriarcal, colonial hegemónico desde las mujeres  en los espacios educativos, comunitarios e institucionales se vuelve un desafío que no puede hacerse esperar, porque como dice Rita Segato:  “la violencia que sufren las mujeres, violencia corporativa se desata contra el cuerpo de las mujeres victimizadas por la conflictividad informal al hacer de sus cuerpos el bastidor en el que la estructura de la guerra se manifiesta y que la autora denominó "la escritura en el cuerpo de las mujeres"(Cfr.Segato, 2006; 2013)  

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