Flor de coco

31 de Diciembre de 2020

[Por: Margot Bremer, RSCJ]




Es costumbre en Paraguay poner ante el pesebre una “flor de coco” para derramar su  precioso perfume al niño Jesús recién nacido. ¿De dónde vendrá esa costumbre? 

 

En busca de su origen, les invito, en medio de la pandemia, abrirse a una pequeña reflexión sobre un antiguo mito guaraní sobre la  recreación. Cuenta el mito:

 

Dios, nuestro Padre Ñamandú, después de haber creado el mundo, vio que los seres humanos no respetaron su orden y ritmo inherentes. Ñamandú  decidió destruir su obra mediante una inundación, pero después de cierto tiempo, concluyó crear nuevamente un mundo nuevo. Cuando las aguas se retiraron y la tierra se secó, brotó un pequeño cocotero  del suelo y después de algún tiempo germinaron cuatro otros alrededor del mismo. Llegaron a ser árboles, aquellos que hasta hoy  sirven a los guaraníes a suportar el techo de su casa, interconectándoles con cuatro vigas en dirección horizontal. Así quieren expresar que  respeten como símbolo de su casa chica, el orden del mundo señalado. Así queda la casa chica, la de familia, como “maqueta” de la Casa Grande; la casa local  proyecta la Casa Universal, la Casa Común de todo lo creado con el  orden inscrito para unirse  en una gran familia. 

 

Cada casa, cada familia , en Navidad está invitada a retomar, con el aroma de la flor del coco, la consciencia  de que ella es parte de la Casa Común , en camino y construcción  de la familiagrande.

 

Jesús, acostado  en un pesebre, tu casa tan chica:

Inspíranos con tu fragancia de flor de coco

Vivir como familia pequeña en  la Casa Grande

Que es tu sueño y el nuestro.

 

Quisiste hacerte parte de esta tierra.

Te pedimos que entres en nuestra casa,

A compartir con nosotros el aroma de tus experiencias,

Y nosotros contigo nuestras angustias, tristezas y gozos,

Buscando siempre  el orden que pusiste en la creación

Señalado en cocoteros como fundamento de nuestra casa.

Danos, Jesús, signos en nuestro caminar con los pies sobre la tierra,

 

En busca de la Casa Grande, de encuentro con otros y todos.

Asumiendo el incierto presente, queremos

Ser fundamento de la Casa Común en nuestra casa chica

Que su techo cobije a pobres, solitarios, rechazados y criminalizados.

Que el aroma a  flor de coco se derrame

Y emita imperceptiblemente

Amistad local y Fraternidad global 

Para que se infiltre bajo puerta cerrada 

En muchas casas que habitan el mismo sueño:

 

Construir contigo la Casa Común desde tu pesebre y desde nuestra casita. 

 

Imagen: https://co.pinterest.com/pin/400046379374748220/ 

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