27 de Noviembre de 2020
[Por: Marcelo Barros]
Con este domingo, las Iglesias antiguas inician un nuevo ciclo litúrgico. La tradición cristiana llama este tiempo de Adviento y comprende las cuatro semanas que nos preparan para la fiesta de la Navidad. El objetivo presente en las Iglesias antiguas que han creado esta celebración fue fortalecer la esperanza y animar las personas de que está más cercana la realización del proyecto divino en el mundo. Cada año, los cristianos celebran la fiesta de Navidad, no solo como recordación del nacimiento de Jesús y si como signo de renovación para nuestras vidas y para la organización del mundo.
Hace una semana en Asís, Italia, el Papa Francisco se reunió con más de 2.000 jóvenes economistas de todo el mundo. El objetivo de esto encuentro era pensar juntos en un nuevo modelo económico que aportara sostenibilidad ecoplanetaria, justicia social y viabilidad para las ciencias y las nuevas técnicas que se abren al futuro. El Papa afirma que cada día se hace más urgente la formulación de una economía que partiera de la realidad de los empobrecidos del mundo y garantizara a todos y todas, necesidades básicas como tierra, trabajo y techo.
En ese encuentro, quedó claro que una economía más humana y a servicio de todos supone un más grande esfuerzo común de educación comunitaria y un proceso de diálogo social amplio y inclusivo. Allí se han valorado proyectos de economía solidaria, se ha propuesto la institucionalización de una renta básica universal como derecho de todos los ciudadanos y ciudadanas de cada país. Quedó claro que una economía fundamentada en el cuidado de todos con todos supone una cultura del respecto à sacralidad de la vida humana y de todos los seres. La experiencia de las comunidades indígenas y de los pueblos tradicionales puede ayudar toda la humanidad a reencontrar este camino de sabiduría espiritual. Solo en este diálogo, podremos concebir una economía que ayude las personas y comunidades a ser solidarias y a construir un mundo fundamentado en el cuidado recíproco y en la comunión con la madre Tierra y la naturaleza.
En Brasil se ha llamado esta nueva propuesta de “economía de Francisco y Clara”, como referencia al modelo franciscano originario. En estos tiempos de pandemia y de agravamiento de las injusticias sociales, esta iniciativa de diálogo y formulación de alternativas al actual modelo económico dominante puede ayudar la sociedad internacional a posibilitar una fiesta de Navidad no solamente cristiana o en referencia a Jesús Cristo y si el nacimiento de una humanidad renovada.
Imagen: Religión Digital.
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