20 de Noviembre de 2020
[Por: Javier Sánchez]
Hace treinta y un años ya, el mundo despertaba con una trágica noticia: el asesinato en masa de toda la comunidad de jesuitas que vivía en la UCA, en El Salvador, de la mujer que los atendía y de su hija. Y es famosa la frase que en esos días dijo el teólogo, y hermano de comunidad de los asesinados, Jon Sobrino, “han matado a toda mi familia”, que, por casualidades de la vida, no se encontraba en esos momentos con la comunidad, y que simplemente por eso salvó su vida, pese al enfado de los asesinos, que parece ser iban a por él como objetivo fundamental…
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