Acompañar y perfumar… tan simple y tan difícil

10 de Noviembre de 2020

[Por: Rosa Ramos | Cristianisme i Justicia]
 




 

Internada, en una cama que no es la suya, yace una mujer que acaba de cumplir ochenta y dos años que no representa, por su rostro y manos sin arrugas. Hasta hace diez días era “la señora de la casa” que cocinaba para toda la familia, aunque confiesa que se sentía un poco cansada y “desanimada”, con poca voluntad para hacer algo más allá de la rutina doméstica

 

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