18 de Setiembre de 2020
[Por: Juan José Tamayo]
El mensaje de Galeano grabado en el imaginario popular, que se mantiene vivo y activo especialmente en momentos dramáticos, y muy especialmente en estos tiempos de grave crisis sanitaria, económica y social, es el de la utopía, que Eduardo Galeano formulara en un emblemático poema motivador de la esperanza:
“Ella está en el horizonte.
Me acerco dos pasos,
y ella se aleja dos pasos.
Camino dos pasos y
el horizonte se corre
diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine,
nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar”.
Delirio por Otro Mundo Posible
Pero su afirmación de la utopía no es vaporosa, intemporal, genérica o abstracta. Su propuesta de Otro Mundo Posible no se queda colgada de las nubes sin hacer pie en la realidad, ni vaga por los aires, sino que aterriza en la vida, en las relaciones sociales y se traduce en propuestas concretas de la vida cotidiana como la limpieza del aire, , la comunidad y la comunicación como derechos humanos, la eliminación de fronteras, el amor a la naturaleza, la reforestación de los bosques, una alimentación adecuada sin hambre ni indigestión, la armonía entre razón y corazón, la consideración de la estupidez como delito, la negación de los poderes mágicos del dinero y de la muerte, la imperfección, el fin de las fronteras geográficas y temporales, el compatriotismo frente al patrioterismo, la unión inseparable entre justicia y libertad. Y todo ello en un acto de delirio e imaginación, que expresa en este poema soñador con sueños despiertos:
“Qué tal si deliramos por un ratito
qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia
para adivinar otro mundo posible
El aire estará limpio de todo veneno que no provenga
de los miedos humanos y de las humanas pasiones
En las calles los automóviles serán aplastados por los perros
la gente no será manejada por el automóvil
ni será programada por el ordenador
ni será comprada por el supermercado
ni será tampoco mirada por el televisor
El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia
y será tratado como la plancha o el lavarropas
Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez
que cometen quienes viven por tener o por ganar
en vez de vivir por vivir no más
como canta el pájaro sin saber que canta
y como juega el niño sin saber que juega
En ningún país irán presos los muchachos
que se nieguen a cumplir el servicio
sino los que quieran cumplirlo
Nadie vivirá para trabajar
pero todos trabajaremos para vivir
Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo
ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas
Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas
Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos
Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas
La solemnidad se dejará de creer que es una virtud
y nadie nadie
tomará en serio a nadie
que no sea capaz
de tomarse el pelo
La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes
y ni por defunción ni por fortuna
se convertirá el canalla en virtuoso caballero
La comida no será una mercancía
ni la comunicación un negocio
porque la comida y la comunicación son derechos humanos
Nadie morirá de hambre
porque nadie morirá de indigestión
Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura
porque no habrá niños de la calle
Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero
porque no habrá niños ricos
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla
y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla
La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas
volverán a juntarse bien pegaditas espalda contra espalda
En Argentina las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental
porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria
La santa madre iglesia corregirá algunas erratas de las tablas de Moisés
y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo
La iglesia dictará también otro mandamiento que se le había olvidado a Dios:
amarás a la naturaleza de la que formas parte
Serán reforestados los desiertos del mundo
y los desiertos del alma
Los desesperados serán esperados
y los perdidos serán encontrados
porque ellos se desesperaron de tanto esperar
y ellos se perdieron por tanto buscar
Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan
voluntad de belleza y voluntad de justicia
hayan nacido cuando hayan nacido
y hayan vivido donde hayan vivido
sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo
Seremos imperfectos
Porque la perfección seguirá siendo
el aburrido privilegio de los dioses
pero en este mundo
en este mundo chambón y jodido
seremos capaces de vivir cada día
como si fuera el primero
y cada noche
como si fuera la última”.
Ah, y sin olvidar el festejo del cuerpo como nuevo mandamiento, como expresar en el poema “Espejo sobre el cuerpo”, de Las palabras andantes (Siglo XXI), con el que termino este homenaje a quien despertó en mí, siendo un joven veinteañero allá por la década de los setenta del siglo pasado, la conciencia liberadora de toda opresión:
“La Iglesia dice: el cuerpo es una culpa.
La ciencia dice: el cuerpo es una máquina.
La publicidad dice: el cuerpo es un negocio.
El cuerpo dice: yo una fiesta”.
El día en que los dirigentes religiosos, confesores, pastores, predicadores, padres espirituales, rabinos, clérigos, imames, gurús, lamas, etc., dejen de considerar el cuerpo como enemigo del alma y obstáculo para la salvación, habrán contribuido de manera muy positiva a la felicidad de los seres humanos. Mientras lo consideren como culpa y pecado, hasta Dios se dará de baja de las religiones, y con él no pocos de sus seguidores y seguidoras. Y las primeras, las mujeres, cuyos cuerpos han sido abusados, violados, destruidos por la violencia de género hasta llegar a los feminicidios y cuyo disfrute de su cuerpo ha sido demonizado, culpabilizado.
Juan José Tamayo es teólogo y director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones “Ignacio Ellacuría”, de la Universidad Carlos III de Madrid. Su último libro es Hermano Islam (Trotta, 2019). En noviembre aparecerá su libro La extrema derecha de Dios: La Internacional (Icaria, Barcelona, 2020).
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