Nuestra Piedra: Pascua del obispo Pedro, en la voz de unxs nietxs

10 de Agosto de 2020

[Miembrxs de la escuelita ‘Bendita Mezcla’ y en nombre de todos los demás]




‘Has movido el tiempo de lugar,
Pascua en NuestrAmérica es hoy’

 

Somos jóvenes que no habíamos nacido cuando Pedro desembarcaba en el Brasil, con sus cuarenta calendarios, unos meses después que ‘El Che’ moría en el sur de Bolivia. La bisagra histórica de mil novecientos sesenta y ocho, lo vio llegar al Matto Groso. Un terrible 2020 de Pandemia lo vio llegar a la tierra sin mal, donde lo esperan su amigo Joao Bosco y el compañero Jesús. 

 

Somos jóvenes que nos comprometimos junto con Pedro, bajo el signo del ‘Tucum’, el anillo de coco, alianza con lxs pobres de la tierra. Somos más de setenta jóvenes reunidos en torno al fuego de la tradición del Dios de Jesús, del compromiso con lxs de abajo, en torno a la vida de la teología latinoamericana y el legado de ‘Pedro de la Araguaia’. 

 

Somos una generación nueva, como cada generación. Y somos una mezcla de viejo y nuevo, como cada generación. Por eso, lxs que no habíamos nacido cuando Pedro desembarcó en Brasil para quedarse hasta su Pascua, nos dejamos interpelar por su vida, nos sentimos convocados por su muerte. 

 

Aquí, algunas resonancias de la Pascua de nuestro Pedro, desde integrantes de la escuelita ‘Bendita Mezcla. Testimonio, verso y carta, en rebelde fidelidad. 

 

Mira el cielo

 

As memórias que guardo de Pedro são memórias de Romaria, de procissão, de êxodo. Nossos encontros marcantes sempre se deram assim.

 

Foi numa Romaria da Terra, aos meus 12 anos, que conheci Pedro através do anel de tucum. Aquele mesmo círculo preto que recebi em 2006 ainda queima no dedo anelar da mão esquerda. Foi a primeira vez que fiz a opção consciente pelo projeto que esse objeto carrega. “Viver o que se proclama até as últimas consequências”.

 

Dez anos depois nos encontramos em outra romaria. Desta vez, na terra dos mártires da caminhada, o nosso encontro foi pessoal. Eu, que tinha ido até Ribeirão Cascalheira pra me conectar com a vida de tantos e tantas profetas do Reino, me encontrei  frente a frente com essa fortaleza – já muito debilitado, sentado em uma cadeira de rodas, mas sem deixar de ruminar a utopia que havia dado sentido à sua vida. Era a festa da esperança misturada com o sangue derramado por causa de um projeto. Um projeto que doa radicalmente a vida para viver pela radicalidade do amor.

 

O corpo de Pedro foi um projeto. Seus olhos, seus pés, sua fraqueza, sua potência. Toda sua existência foi um projeto de liberdade, uma convocação a esperançar contra toda esperança. E a luz que incandesce nossa memória de Pedro é um projeto que não termina aqui. Em toda sua mística e silêncio, o profeta dos pobres não nos deixa viver sossegadas e sossegados até que a civilização do amor seja realidade entre nós. 

 

Ah, Pedro, assim seguimos nessa grande romaria: vivendo o que proclamamos até as últimas consequências. Te pedimos, nos abençoe. E agora pede tu ao Moreno de Nazaré que esta festa da esperança não termine aqui. A marcha final vai ser linda de viver!

 

*      *      *

 

Los recuerdos que guardo de Pedro son recuerdos de romería, de procesión, de éxodo. Nuestros encuentros notables siempre han sido así.

 

Fue en una Romería de la Tierra, cuando tenía 12 años, que conocí a Pedro a través del anillo de tucum. Ese mismo círculo negro que recibí en 2006 todavía arde en el dedo anular de mi mano izquierda. Fue la primera vez que hice una opción consciente por el proyecto que lleva este objeto. ‘Vivir lo que se proclama hasta las últimas consecuencias’.

 

Diez años después nos encontramos en otra romería. Esta vez, en la tierra de los y las Mártires del Camino, nuestro encuentro fue personal. Yo, que había ido a Ribeirão Cascalheira para conectarme con la vida de tantas y tantos profetas del Reino, me encontré cara a cara con esta fortaleza, ya muy débil, sentado en una silla de ruedas, pero aún rumiando la utopía que le había dado sentido a su vida. Fue la fiesta de la esperanza mezclada con la sangre derramada por un proyecto. Un proyecto que dona radicalmente la vida para vivir la radicalidad del amor.

 

El cuerpo de Pedro era un proyecto. Sus ojos, sus pies, su debilidad, su potencia. Toda su existencia fue un proyecto de libertad, una convocación a la esperanza contra toda esperanza. Y la luz que brilla en nuestra memoria de Pedro es un proyecto que no acaba aquí. En toda su mística y silencio, el profeta de los pobres no nos permite vivir tranquiles hasta que la civilización del amor sea realidad entre nosotres.

 

Ah, Pedro, seguimos en esta gran romería: viviendo lo que proclamamos hasta las últimas consecuencias. Te pedimos, bendícenos. Y ahora le pides al Moreno de Nazaret que esta fiesta de la esperanza no termine aquí. ¡La marcha final será hermosa para vivir!

 

Cuentas las estrellas si puedes

 

Pedro como Pedro.

Roca nuestra, Pedro nuestro.

Sin mitra ni zapatos,

Sin oro ni lujos,

sin tronos ni palacios.

Solo con tu corazón lleno 

tan lleno

y en tus labios, 

las palabras de Jesús.

 

Comienza ahora el tiempo de recordarte. 

Contemplando al borde del continente

todas tus andadas llenas de nombres.

 

Allí, desde el borde, sentir el calor de tu vida,

lo radical de tus opciones, lo urgente de tus intuiciones,

la alquimia de tus noches.

 

Para ti nunca fue demasiado tarde.

Pedro,  compañero de comunidades,

te hiciste borde con los desbordados,

te hiciste tierra para los sin tierra.

Te hiciste pan para los hambreados.

Te hiciste puño alzado en la suerte de la multitud.

 

Ahora, que ya sos todo Jesús.

También serás Dios con nosotros,

Lleno de nombres, en cada nombre.   

 

Así será tu descendencia

 

Querido compañero Pedro seguirás enteramente vivo en nuestras vidas y en las venas abiertas de esa América Latina que a fuerza solidaridad hiciste tuya.

Así como tú decías que ‘si Francisco de Asís viviera…’, tú vivirás ‘como un indio o como un favelado o como un oprimido cualquiera del pueblo.’ Estarás día a día, como has estado, apasionadamente acompañando las luchas de liberación en ‘favor de la justicia y de la paz.’

 

Escribiste en un poema

‘Por causa de Tu causa me destrozo…

nunca dejé de amarte en los más pobres.’ 

 

Con esos versos nos invitas a vivir una fidelidad de manera radical para crear procesos donde siempre amemos a las y los pobres, porque injustamente se les niega la vida. 

 

¡Ay don Pedro! tu partida nos deja nuevamente en orfandad de pastores que en cada tiempo de la historia se dejaron impulsar plenamente por el Espíritu de Jesús de Nazareth. Nos dejas trazado   el sueño de ‘una Iglesia vestida solamente de Evangelio y sandalias’.  Y nos dejas la esperanza de  de ‘creer en la Iglesia, a pesar de la Iglesia, algunas veces y de creer en el Reino, en todo caso -caminando en Iglesia- a pesar de tener todo en contra dentro y fuera de la Iglesia’.

 

De un corazón tan amante de la vida puede brotar este criterio profético al cual nos invitas: ‘o se  sirve al sistema o se sirve al pueblo’. Vaya clave de discernimiento  para este peregrinar en la tierra. Hacer todo por el bien común,  al servicio de la libertad, la justicia y la vida. 

 

Cada paso de tu vida, fue entera presencia de Dios y fue para nosotros, una invitación permanente  seguir siempre  al acecho del Reino en cada realidad histórica.  Que sigan resonando tus palabras para vivir la fe de manera reinocéntrica: ‘El Reino está presente ya, pero todavía no lo está plenamente. Nuestra tarea es continuar construyéndolo, con la Gracias de Dios, y tratar de acelerar su venida. Sabemos que no lo podemos ‘identificar con’ ninguna de las realidades de este mundo, pero la fe nos permite ‘identificarlo en’ las realidades de este mundo y nuestra historia.

 

Todo humanidad, todo otrx, todo río, tierra y selva.

Buscador descalzo de la justicia con las armas de la paz.

Fuego y esperanza entre el pueblo y uno más en las luchas por la dignidad vulnerada.

Entendiste el misterio y fue tan transparente en tu vida

y tu poesía que seguirán hablando de vos hasta la eternidad.

¿Quién pretende callar la voz de la profecía si hoy resuena con más fuerza en Nuestra América?

Y es porque tu vida gastada transformó la nuestra y nos lanzó más allá de lo posible.

Por eso escribimos, por eso soñamos, porque sigue doliendo la realidad

pero podemos verla sublimada en el Amor, seguiremos recreando este presente.

Que nuestrx Padre/Madre abrace tu silencio y tu corazón lleno de nombres.

 

Herencia

 

Alguna vez te pensaste eunuco por el Reino.

La Paz Armada fue tu argumento.

Perdona el atrevimiento, en ese poema erraste.

                           Aquí estamos Abuelo Pedro,

Unidos en la fragilidad de esta roca,                                                   

Somos tus nietos. 

 

 

Gabriela (Brasil), Laura y Diego (México),
Pedro Pablo (Chile), Francisco, Lourdes y Diego (Argentina)

Miembrxs de la escuelita ‘Bendita Mezcla’ 

y en nombre de todos los demás

 

 

 

Pie de foto: ultima Romería de los ‘Mártires de la caminada’, donde estuvo con nosotros Dom Pedro, julio de 2016. 

 

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