29 de Julio de 2020
[Por: Pablo Richard]
La encíclica Laudato Si’ del papa Francisco sobre cuidado de la casa común (Roma, 2015), y la "carta de la tierra” (Paris, 2000) tal vez sean los dos únicos documentos de relevancia mundial que presentan afinidades.
El documento del Papa tiene 246 números. Hemos seleccionado solo 60 números. No hago ni una síntesis, ni un resumen, sino pongo solo citas textuales.
La intención de este documento es introducir en el pensamiento fundamental de la Encíclica, y facilitar una lectura posterior del documento en su totalidad.
Selección de 60 citas de la Encíclica
1.”Laudato si, mi Signore” «Alabado Seas, mi Señor», cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: «Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba» (cántico de las creaturas).”
2. “Entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que «gime y sufre dolores de parto» (Rm 8,22). Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7). Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura.
13. “Merecen una gratitud especial quienes luchan con vigor para resolver las consecuencias dramáticas de la degradación ambiental en las vidas de los más pobres del mundo. Los jóvenes nos reclaman un cambio. Ellos se preguntan cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la crisis del ambiente y en los sufrimientos de los excluidos.”
16. “Algunos ejes que atraviesan toda la encíclica: la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología, la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad de la política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida. Estos temas no se cierran ni se abandonan, sino que son constantemente replanteados y enriquecidos.”
CAPÍTULO PRIMERO
LO QUE LE ESTÁ PASANDO A NUESTRA CASA
19.Después de un tiempo de confianza irracional en el progreso y en la capacidad humana, una parte de la sociedad está entrando en una etapa de mayor conciencia.
Contaminación y cambio climático
20. La tecnología que, ligada a las finanzas, pretende ser la única solución de los problemas, de hecho suele ser incapaz de ver el misterio de las múltiples relaciones que existen entre las cosas.
21. La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería.
22. Estos problemas están íntimamente ligados a la cultura del descarte, que afecta tanto a los seres humanos excluidos como a las cosas que rápidamente se convierten en basura.
23. Hay un consenso científico muy consistente que indica que nos encontramos ante un preocupante calentamiento del sistema climático.
24. Si la actual tendencia continúa, este siglo podría ser testigo de cambios climáticos inauditos y de una destrucción sin precedentes de los ecosistemas, con graves consecuencias para todos nosotros.
25. El cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad. Los peores impactos probablemente recaerán en las próximas décadas sobre los países en desarrollo.
La cuestión del agua
27. Otros indicadores de la situación actual tienen que ver con el agotamiento de los recursos naturales. Conocemos bien la imposibilidad de sostener el actual nivel de consumo de los países más desarrollados y de los sectores más ricos de las sociedades, donde el hábito de gastar y tirar alcanza niveles inauditos. Ya se han rebasado ciertos límites máximos de explotación del planeta, sin que hayamos resuelto el problema de la pobreza.
29. Un problema particularmente serio es el de la calidad del agua disponible para los pobres, que provoca muchas muertes todos los días. Entre los pobres son frecuentes enfermedades relacionadas con el agua, incluidas las causadas por micro organismos y por sustancias químicas. Las aguas subterráneas en muchos lugares están amenazadas por la contaminación que producen algunas actividades extractivas, agrícolas e industriales, sobre todo en países donde no hay una reglamentación y controles suficientes.
30. Mientras se deteriora constantemente la calidad del agua disponible, en algunos lugares avanza la tendencia a privatizar este recurso escaso, convertido en mercancía que se regula por las leyes del mercado. En realidad, el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos. Este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable.
31. Algunos estudios han alertado sobre la posibilidad de sufrir una escasez aguda de agua dentro de pocas décadas si no se actúa con urgencia. Los impactos ambientales podrían afectar a miles de millones de personas, pero es previsible que el control del agua por parte de grandes empresas mundiales se convierta en una de las principales fuentes de conflictos de este siglo.
Pérdida de biodiversidad
33. Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ver, perdidas para siempre. La inmensa mayoría se extingue por razones que tienen que ver con alguna acción humana. Por nuestra causa, miles de especies ya no darán gloria a Dios con su existencia ni podrán comunicarnos su propio mensaje.
36. El cuidado de los ecosistemas supone una mirada que vaya más allá de lo inmediato, porque cuando sólo se busca un rédito económico rápido y fácil, a nadie le interesa realmente su preservación. Por eso, podemos ser testigos mudos de gravísimas inequidades cuando se pretende obtener importantes beneficios haciendo pagar al resto de la humanidad, presente y futura, los altísimos costos de la degradación ambiental.
Deterioro de la calidad de la vida humana y degradación social
43. Si tenemos en cuenta que el ser humano también es una criatura de este mundo, que tiene derecho a vivir y a ser feliz, y que además tiene una dignidad especialísima, no podemos dejar de considerar los efectos de la degradación ambiental, del actual modelo de desarrollo y de la cultura del descarte en la vida de las personas.
44. Hoy advertimos, por ejemplo, el crecimiento desmedido y desordenado de muchas ciudades que se han hecho insalubres para vivir. No es propio de habitantes de este planeta vivir cada vez mas inundados de cemento, asfalto, vidrio y metales, privados del contacto físico con la naturaleza.
46. El crecimiento de los últimos dos siglos no ha significado en todos sus aspectos un verdadero progreso integral y una mejora de la calidad de vida.
47. A esto se agregan las dinámicas de los medios del mundo digital que, cuando se convierten en omnipresentes, no favorecen el desarrollo de una capacidad de vivir sabiamente, de pensar en profundidad, de amar con generosidad. La verdadera sabiduría, producto de la reflexión, del diálogo y del encuentro generoso entre las personas, no se consigue con una mera acumulación de datos que termina saturando y obnubilando, en una especie de contaminación mental.
Inequidad planetaria
48. El ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social.
49. Quisiera advertir que no suele haber conciencia clara de los problemas que afectan particularmente a los excluidos. Ellos son la mayor parte del planeta, miles de millones de personas.
Pero hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres.
56. Así se manifiesta que la degradación ambiental y la degradación humana y ética están íntimamente unidas.
CAPÍTULO SEGUNDO
EL EVANGELIO DE LA CREACIÓN
67. No somos Dios. La tierra nos precede y nos ha sido dada. Es importante leer los textos bíblicos que nos invitan a «labrar y cuidar» el jardín del mundo (cf. Gn 2,15). Mientras «labrar» significa cultivar, trabajar, «cuidar» significa proteger, custodiar, preservar, guardar, vigilar.
79. La libertad humana puede hacer su aporte inteligente hacia una evolución positiva, pero también puede agregar nuevos males, nuevas causas de sufrimiento y verdaderos retrocesos. Esto da lugar a la apasionante y dramática historia humana, capaz de convertirse en un despliegue de liberación, crecimiento, salvación y amor, o en un camino de decadencia y de mutua destrucción. Por eso, la acción de la Iglesia no sólo intenta recordar el deber de cuidar la naturaleza, sino que al mismo tiempo «debe proteger sobre todo al hombre contra la destrucción de sí mismo»
90. Dejamos de advertir que algunos se arrastran en una degradante miseria, sin posibilidades reales de superación, mientras otros ni siquiera saben qué hacer con lo que poseen, ostentan vanidosamente una supuesta superioridad y dejan tras de sí un nivel de desperdicio que sería imposible generalizar sin destrozar el planeta. Seguimos admitiendo en la práctica que unos se sientan más humanos que otros, como si hubieran nacido con mayores derechos.
CAPÍTULO TERCERO
RAÍZ HUMANA DE LA CRISIS ECOLÓGICA
101. No nos servirá describir los síntomas, si no reconocemos la raíz humana de la crisis ecológica.
104. No podemos ignorar que la energía nuclear, la biotecnología, la informática, el conocimiento de nuestro propio ADN y otras capacidades que hemos adquirido nos dan un tremendo poder. Mejor dicho, dan a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder económico para utilizarlo, un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero. Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo. ¿En manos de quiénes está y puede llegar a estar tanto poder? Es tremendamente riesgoso que resida en una pequeña parte de la humanidad.
106. De aquí se pasa fácilmente a la idea de un crecimiento infinito o ilimitado, que ha entusiasmado tanto a economistas, financistas y tecnólogos. Supone la mentira de la disponibilidad infinita de los bienes del planeta, que lleva a «estrujarlo» hasta el límite y más allá del límite. Es el presupuesto falso de que «existe una cantidad ilimitada de energía y de recursos utilizables, que su regeneración inmediata es posible y que los efectos negativos de las manipulaciones de la naturaleza pueden ser fácilmente absorbido.
109. En algunos círculos se sostiene que la economía actual y la tecnología resolverán todos los problemas ambientales, del mismo modo que se afirma, con lenguajes no académicos, que los problemas del hambre y la miseria en el mundo simplemente se resolverán con el crecimiento del mercado. Pero el mercado por sí mismo no garantiza el desarrollo humano integral y la inclusión social. Mientras tanto, tenemos un desarrollo derrochador y consumista, que contrasta de modo inaceptable con situaciones persistentes de miseria deshumanizadora, y no se elaboran con suficiente celeridad instituciones económicas y cauces sociales que permitan a los más pobres acceder de manera regular a los recursos básicos.
118. No habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano. No hay ecología sin una adecuada antropología.
122. Cuando el ser humano se coloca a sí mismo en el centro, termina dando prioridad absoluta a sus conveniencias circunstanciales, y todo lo demás se vuelve relativo. Hay en esto una lógica que permite comprender cómo se alimentan mutuamente diversas actitudes que provocan al mismo tiempo la degradación ambiental y la degradación social.
CAPÍTULO CUARTO
UNA ECOLOGÍA INTEGRAL
139. No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza.
Ecología cultural
143. Junto con el patrimonio natural, hay un patrimonio histórico, artístico y cultural, igualmente amenazado.
144. La visión consumista del ser humano, alentada por los engranajes de la actual economía globalizada, tiende a homogeneizar las culturas y a debilitar la inmensa variedad cultural, que es un tesoro de la humanidad.
145. La desaparición de una cultura puede ser tanto o más grave que la desaparición de una especie animal o vegetal. La imposición de un estilo hegemónico de vida ligado a un modo de producción puede ser tan dañina como la alteración de los ecosistemas.
146. En este sentido, es indispensable prestar especial atención a las comunidades aborígenes con sus tradiciones culturales. Para ellos la tierra no es solo un bien económico, sino un don de Dios y de los antepasados, un espacio sagrado con el cual necesitan interactuar para sostener su identidad y sus valores.
158. En las condiciones actuales de la sociedad mundial, donde hay tantas inequidades y cada vez son más las personas descartables, privadas de derechos humanos básicos, el principio del bien común se convierte inmediatamente, como lógica e ineludible consecuencia, en un llamado a la solidaridad y en una opción preferencial por los más pobres. Basta mirar la realidad para entender que esta opción hoy es una exigencia ética fundamental para la realización efectiva del bien común.
160. ¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo? Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá.
161. A las próximas generaciones podríamos dejarles demasiados escombros, desiertos y suciedad. El ritmo de consumo, de desperdicio y de alteración del medio
ambiente ha superado las posibilidades del planeta, de tal manera que el estilo de vida actual, por ser insostenible, sólo puede terminar en catástrofes, como de hecho ya está ocurriendo periódicamente en diversas regiones.
CAPÍTULO QUINTO
ALGUNAS LÍNEAS DE ORIENTACIÓN Y ACCIÓN
163. He intentado analizar la situación actual de la humanidad. Intentemos ahora delinear grandes caminos de diálogo que nos ayuden a salir de la espiral de autodestrucción en la que nos estamos sumergiendo.
175. La misma lógica que dificulta tomar decisiones drásticas para invertir la tendencia al calentamiento global es la que no permite cumplir con el objetivo de erradicar la pobreza.
193. Sabemos que es insostenible el comportamiento de aquellos que consumen y destruyen más y más, mientras otros todavía no pueden vivir de acuerdo con su dignidad humana. Mientras unos se desesperan sólo por el rédito económico y otros se obsesionan sólo por conservar o acrecentar el poder, lo que tenemos son guerras o acuerdos espurios donde lo que menos interesa a las dos partes es preservar el ambiente y cuidar a los más débiles.
CAPÍTULO SEXTO
EDUCACIÓN Y ESPIRITUALIDAD ECOLÓGICA
203. Dado que el mercado tiende a crear un mecanismo consumista compulsivo para colocar sus productos, las personas terminan sumergidas en la vorágine de las compras y los gastos innecesarios.
207. La Carta de la Tierra nos invitaba a todos a dejar atrás una etapa de autodestrucción y a comenzar de nuevo, pero todavía no hemos desarrollado una conciencia universal que lo haga posible.
222. La espiritualidad cristiana propone un modo alternativo de entender la calidad de vida, y alienta un estilo de vida profético y contemplativo, capaz de gozar profundamente sin obsesionarse por el consumo. Es importante incorporar una vieja enseñanza, presente en diversas tradiciones religiosas, y también en la Biblia. Se trata de la convicción de que « menos es más ». La constante acumulación de posibilidades para consumir distrae el corazón e impide valorar cada cosa y cada momento.
223. La sobriedad que se vive con libertad y conciencia es liberadora. La felicidad requiere saber limitar algunas necesidades que nos atontan, quedando así disponibles para las múltiples posibilidades que ofrece la vida.
INDICE DE TODA LA ENCICLICA
Presentación (1 – 16)
Nada en este mundo nos resulta indiferente
Unidos por una misma preocupación
San Francisco de Asís
CAPÍTULO PRIMERO
LO QUE LE ESTÁ PASANDO A NUESTRA CASA (17 – 61)
I: Contaminación y cambio climático
II. La cuestión del agua
III. Pérdida de biodiversidad
IV. Deterioro de la calidad de la vida humana y degradación social
V. Inequidad planetaria
VI. La debilidad de las reacciones
VII. Diversidad de opiniones
CAPÍTULO SEGUNDO
EL EVANGELIO DE LA CREACIÓN (62-100)
I. La luz que ofrece la fe
II. La sabiduría de los relatos bíblicos
III. El misterio del universo
IV. El mensaje de cada criatura en la armonía de todo lo creado
V. Una comunión universal
VI. Destino común de los bienes
VII. La mirada de Jesús
CAPÍTULO TERCERO
RAÍZ HUMANA DE LA CRISIS ECOLÓGICA (101 – 136)
I. La tecnología: creatividad y poder
II. Globalización del paradigma tecnocrático
III. Crisis y consecuencias del antroposentrismo moderno
CAPITULO CUARTO
UNA ECOLOGÍA INTEGRAL (137 – 162)
I. Ecología ambiental, económica y social
II. Ecología cultural
III. Ecología de la vida cotidiana
IV. El principio del bien común
CAPÍTULO QUINTO
ALGUNAS LÍNEAS DE ORIENTACIÓN Y ACCIÓN (163 – 201)
I: Diálogo sobre el medio ambiente en la política internacional
II. Diálogo hacia nuevas políticas nacionales y locales
III. Diálogo y transparencia en los procesos decisionales
IV. Política y economía en diálogo para la plenitud humana.
V. Las religiones en el diálogo con las ciencias
CAPÍTULO SEXTO
EDUCACIÓN Y ESPIRITUALIDAD ECOLÓGICA (202 – 246 )
I. Apostar por otro estilo de vida
II. Educación para la alianza entre la humanidad y el ambiente
III. Conversión ecológica
IV. Gozo y paz
V. Amor civil y político
VI. Signos sacramentales y descanso celebrativo
VII. La Trinidad y la relación entre las criaturas
VIII. Reina de todo lo creado
IX. Más allá del sol
Dado en Roma, el 24 de mayo, Solemnidad de Pentecostés, del año 2015, tercero de mi Pontificado. Franciscus
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