La dignidad del pensamiento

02 de Julio de 2020

[Por: José Neivaldo de Souza]




Es preocupante la ideología del pensamiento puro y único. Es una forma de ejercer el poder, ya que se impone con el objetivo de domesticar, encadenar a individuos o personas a sus propias certezas. El pensamiento es libre y diverso, el respeto por su identidad plural es esencial, porque es donde surgen bienes comunes como la democracia, la participación creativa y el diálogo.

La uniformidad de pensamiento inventa algunos trucos y menciono uno: el truco de lo real. ¿Cuál es la verdad? Cuando se trata de adaptar el pensamiento a un solo sentimiento, vinculado a un poder dado, ya sea político, religioso o económico. Tal posición debe ser repensada: ¿qué es el bien y el mal? ¿Correcto e incorrecto? ¿Quién está interesado en este ajuste, cuando otras narrativas lo contradicen? Sujetos al fanatismo, aquellos que se adhieren a esta alienación, renuncian a su libertad en favor de un liderazgo que dicta qué verdad seguir. ¿Cuál es la verdad que te libera? La canción "Menino", en la voz del cantante brasileño Milton Nascimento, expresa bien esta actitud: "quien guarda silencio sobre su cuerpo, consiente su propia muerte".

 

El pensamiento libre, plural pero no banal, no se deja encarcelar, busca actuar abiertamente, seguro de que no tiene la última palabra. "¡Todo pasa!" dijo Santa Teresa de Ávila. El pensamiento se deja transformar por la acción liberadora del diálogo, en la misma proporción en que busca transformar la realidad donde opera; consciente de su fragilidad, de su dimensión plural, acepta ideas contradictorias sin, por lo tanto, obligarse a elegir una como falsa. Estoy de acuerdo con el autor de El Principito, Saint Éxupéry: "Conozco una sola libertad: la libertad de pensamiento".

 

Al observar el campo bombardeado de Internet, me doy cuenta de que, a pesar de la libertad de expresión, la multitud tiende a pensar de manera absoluta, es decir, ignora el buen pensamiento, sobre el cual el filósofo francés Blaise Pascal dijo: "funda la dignidad humana". Rubem Alves, teólogo de la esperanza, diría que “El pensamiento son las alas que Dios nos ha dado. Por lo tanto, todo lo que prohíbe el vuelo libre del pensamiento es contrario a nuestro destino. El punto no es pensar bien o pensar mal. Después de todo, ¿quién sabe qué está bien y qué está mal? Es esta libertad de pensamiento la que canta Cidade Negra, una banda musical brasileña:

 

"Y pensar es la base 

Gano el mundo sin moverme".

 

 

Imagem: https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Rodin,_El_Pensador-2.JPG

 

 

 

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