Naveguemos cantando Laudato si´: meandros para un jubileo en la casa común

19 de Junio de 2020

[Por: Alirio Cáceres Aguirre]




El dato es Laudato. Un interesante sondeo de percepción del Centro Fuego Nuevo de la Universidad Minuto de Dios de Bogotá, arrojó sorprendentes respuestas sobre lo que las personas entienden por la expresión “Laudato Si´”. Un buen porcentaje desconoce la profundidad del término. Me pareció muy lógico que alguien asociara laudato con dato. Lógico y divertido.

 

A la vez, es una voz de alerta. Pese a la popularidad que la encíclica ha alcanzado en estos cinco años, en ámbitos eclesiales, académicos, ambientales, gubernamentales, es claro que aun no logra posicionarse en el imaginario popular cotidiano con todas sus implicaciones.

 

Incluso aun es frecuente escuchar miembros de la Iglesia que siguen relacionando Laudato si´ con prácticas ecologistas o ambientalistas, desconociendo la dimensión social, ética, espiritual del cuidado del planeta. Y mucho más difícil encontrar alguien que explícitamente vincule  Laudato si´ con las etapas del proceso evangelizador. Es un gran reto.

 

Por eso ilusiona que el Vaticano, a través del Dicasterio al servicio del Desarrollo Humano Integral haya promovido la celebración del Año Laudato Si´ hasta el 24 de mayo de 2021 y que la Mesa de Trabajo sobre Ecología Integral haya publicado el documento interdicasterial “En camino para el cuidado de la casa común” con motivo de la celebración, el 18 de junio, de los cinco años de la presentación oficial de la encíclica.

 

El juego de las palabras

 

Para llegar a las profundas implicaciones de la conversión propuesta por el Papa Francisco, es importante abordar el término Laudato Si´ en tres grandes giros de la historia:

 

  1. Uno es en el contexto del Cántico de la Creaturas proclamado por San Francisco de Asís en la Italia de la Edad Media.  Los estudios exegéticos y la hermenéutica de tan precioso himno remiten a una antropología, a una espiritualidad, a un sentido de la vida, que el Papa Francisco ha traído hasta el Siglo XXI como una propuesta para toda la humanidad. 
  2. Otro es el documento como tal. La Carta Encíclica publicada en 2015 como parte de la Doctrina Social de la Iglesia. Su mensaje, estructura, dinamismo ameritan un estudio detallado, sobre todo desde la apropiación de la noción de ecología integral. Realmente cuesta mucho desapegarse, deconstruir, descolonizar una idea superficial de ecología para asumir lo profundo y radical que expresa el término “ecología integral”.
  3. Aun sin lograr una adecuada recepción de la encíclica, en medio de esta inusitada cuarentena, ya estamos viviendo un Año “Laudato si´”, que propone unos “Objetivos Laudato Si´”, “Familias Laudato Si´”, “Universidades Laudato Si´”, “Parroquias Laudato Si´”, entre otros. Pero si no entendemos qué es eso de “Laudato Si´” ¿Qué tipo de familias, universidades, parroquias vamos a generar?  No por sembrar un árbol o recoger plástico, se puede acreditar que una experiencia eclesial es ya “Laudato Si´”. No. Es asunto es muy hondo. Remite a una transformación de las relaciones vitales. Exige un cambio estructural en la cultura, la política, la economía, la tecnología. Implica un cambio filosófico. Invita a una auténtica “metanoia”. No es sólo pintar de “verde” la fachada del quehacer como católicos sino resplandecer con el arcoíris de la alianza en todas las dimensiones humanas.

 

En la canoa de la historia

 

Un ejemplo concreto es la manera como la encíclica Laudato Si´ inspiró el proceso del Sínodo Especial de la Amazonía. El documento final de la Asamblea Sinodal para la  Región Panamazónica debe leerse en correlación con la Exhortación  “Querida Amazonia”. Muy similar a como se lee el Evangelio según San Lucas con los Hechos de los Apóstoles, o respirar con los dos pulmones, tal  como San Juan Pablo II se refería a la conexión entre la Iglesia oriental y occidental. Es un todo. Por eso cuando se entra al “análisis” de un texto particular, no debe perderse el criterio de “síntesis”. No es posible estudiar un árbol de la Amazonía sin tener en cuenta la totalidad del bioma. No es posible hablar de “conversión pastoral” sin referencia al hecho social, cultural o ecológico. 

 

“Todo está interligado” como en la bella melodía y letra del Padre Cireneu Kuhn que cantamos y danzamos en la ruta de navegación sinodal. Y el mismo verbo “navegar” remite a una forma de ser y vivir en medio del bosque húmedo tropical. No es la linealidad cartesiana, la precisión matemática que lleva a líneas imaginarias para explorar el oro de las entrañas de un páramo o delimitar fronteras en medio de poblaciones que tejen vínculos familiares sin distingo de nacionalidades. Son los vericuetos, curvas, sinuosidades que serpentean en medio del territorio.

 

La misma Santísima Trinidad está interligada, es una “comunidad preciosa de amor infinito”. La dinámica de la vida en este frágil globo azul que es nuestra casa común es una trama de relaciones e interrelaciones. El Magisterio Pontificio de Francisco  no está desconectado de la  vitalidad de los dos textos que invitan a “reinventar” la acción evangelizadora de las comunidades eclesiales en el territorio amazónico y en todas las “amazonías” del mundo. Nos referimos a las Conclusiones del Sínodo y la Exhortación Post Sinodal.

 

En esta perspectiva, la primera clave integradora es el Evangelio mismo. La única conversión es a Jesucristo. Él es el faro. Con referencia a su vida, pasión, muerte y resurrección, se podrán desplegar “dimensiones interconectadas para motivar la salida a las periferias existenciales, sociales y geográficas de la Amazonía. Estas dimensiones son: la pastoral, la cultural, la ecológica y la sinodal” (DFSA, 19)

 

El Papa traduce estas cuatro “dimensiones” en cuatro “sueños”. La mayoría de las personas abordan la Amazonía desde una mirada de la ecología ambiental. Ya sabemos que, Laudato si´ incluye en la DSI, la noción de Ecología Integral, cuyo ejemplo por excelencia es San Francisco de Asís quien no separó la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior (LS 10). El Papa recalca el cuidado de lo que es débil y una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad. Ahí hay unas pistas para enlazar el “Buen Vivir” de los pueblos ancestrales con la Vida plena y desbordante que ofrece Jesús.  Es la Alegría del Evangelio.

 

Lo cierto es que, entrando a la Casa Común por la puerta de la ecología, necesariamente hay que abordar la dimensión social, que, a su vez, está conectada con lo cultural y tiene hondas implicaciones en el “sueño eclesial”. La Asamblea recalcó la sinodalidad y en el capítulo 2, lo que particularmente atañe a los cambios en la manera de hacer pastoral. No podemos olvidar que el Sínodo se pregunta por “nuevos caminos”, tanto para la Iglesia como para la promoción de una ecología integral. Y ello, por las características del bioma Amazónico, corazón biológico del planeta, la globalización del paradigma tecnoeconómico y la catolicidad de la Iglesia, no se queda a escala regional, sino que repercute en una escala universal.

 

Desde esta lógica, el marco referencial es el vínculo de amor entre los integrantes de la familia de Dios, llamados a convertir la casa común en un hogar común y como creaturas del Señor, cantarle Laudato Si´ mediante el cuidado de las relaciones consigo mismo, con los demás, con el resto de la obra creada (LS 66, 210; 92, 244)

 

Por eso es fundamental que  la adjetivación no oculte lo sustantivo. La conversión brota del encuentro con Jesús, quien “da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”. Benedicto XVI lo afirma al inicio de Deus caritas est: ser cristiano no es fruto de una idea o una decisión ética. Es una experiencia profunda sentirse amado. “Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él” (1 Jn 4, 16). Tal conversión “tiene consecuencias en nuestra forma de pensar, sentir y vivir” (LS 216) y “en las relaciones con el mundo que los rodea” (LS 217)

 

Es en este entramado de relaciones e interrelaciones, en estos meandros y entretejidos vitales, que nos reconocemos como “Iglesia en salida, pobre y para los pobres” y por tanto Iglesia discípula misionera, samaritana, misericordiosa, solidaria, capaz de diálogo ecuménico, interreligioso y cultural. Al decir Iglesia, hay que entender que se trata de comunidades de fe, que sirven y acompañan a los pueblos amazónicos, encarnan el rostro indígena, campesino y afrodescendiente, viven la comunión con Cristo en el servicio a los migrantes y los jóvenes. Son las comunidades eclesiales que exploran nuevos caminos en la pastoral urbana. Su espiritualidad es la de la escucha y el anuncio. El Papa nos invita a soñar en este tipo de Iglesia. Muchos laicos, religiosos, clérigos ya la viven así en la Amazonía y van mostrando nuevas rutas para caminar y navegar con actitud evangelizadora, que no es colonizadora, sino transformadora.

 

“Descubrimos que las aguas caudalosas del Espíritu, semejantes a las del río Amazonas, que periódicamente se desbordan, nos conducen a esa vida sobreabundante que Dios nos ofrece para compartirla en el anuncio”. ¡Duc in Altum! Hoy en día, evangelizar implica “laudatosificar” y a la par, no es posible “laudatosificar” sin hacer referencia explícita a la evangelización. El producto es alabar, cuidar, reparar vínculos familiares en cualquier lugar de la casa común. En forma análoga, “amazonizar”, significa una comprensión holística de los ciclos de la naturaleza, pero, ante todo, la búsqueda de esa vida buena, desbordante, gratuita, sabia, que Dios nos ofrece. La dimensión pastoral de la conversión requiere de comunidades vivas que trabajen en equipo y en red, al servicio de la evangelización. Que naveguen sinodalmente.

 

Del dicho al hecho

 

No partimos de cero. Ya el texto de la encíclica está suscitando muchos debates, giros, diálogos. Está haciendo lío. 

 

Con sus dos alas, el Sínodo, vuela como una guacamaya por un territorio amenazado por múltiples pandemias. En la Exhortación Querida Amazonia que incorpora las conclusiones del Sínodo, Laudato si´ se concreta, aterriza, se posa sobre el Árbol de la Vida.

 

Pero ahora tenemos el reto del ampliar la mirada, de desbordar la zona de confort, para navegar por las aguas de los ríos y del Espíritu en cada una de las porciones de nuestra Casa Común.

 

El Año Laudato Si´ representa una gran oportunidad para traer al presente la espiritualidad de San Francisco de Asís, conocer e implementar la encíclica y promover una verdadera revolución Laudato Si´, como la Orden Franciscana lo está promoviendo. Quien siga pensando que “laudatosificar” es solo referir a citas de la encíclica o que un colegio “Laudato Si´” es solo una moda o una marca, se queda corto en el alcance de esta propuesta antropológica.  Vivir Laudato Si´ necesariamente es ver el mundo con los ojos de Jesús, tener los mismos sentimientos de Cristo Jesús, es optar, decidir, actuar, soñar con el Sagrado Corazón de Jesús palpitando en nuestro propio pecho. 

 

No es posible guardar el vino nuevo en odres viejos. No podemos llamar “Nueva Evangelización” a prácticas caducas, anacrónicas o poco pertinentes al momento histórico, solo por transmitirlas, por ejemplo, vía streaming.

 

El gran reto es implementar los Objetivos Laudato Si´ en los siete niveles de organización de nuestra Iglesia con planes a siete años. La referencia al número siete, tiene arraigo bíblico, goza del poder del simbolismo de la liberación de la tierra, los esclavos, las deudas. Una acción de una comunidad de discípulos misioneros custodios de la casa común, marcada por el 7x7x7 tiene un significado de globalidad, totalidad, catolicidad.

 

Los Objetivos de Laudato Si’ – OLS son: 

 

1. Respuesta al clamor la tierra (una utilización mayor de energía limpia y renovable y reducción de combustibles fósiles para lograr la neutralidad de carbono, proteger y promover la biodiversidad, garantizar el acceso al agua potable para todos, etc.)

2. Respuesta al clamor de los pobres (defensa de la vida humana desde la concepción hasta la muerte y de todas las formas de vida sobre la tierra, con especial atención a los grupos vulnerables, como las comunidades indígenas, los migrantes, los niños en riesgo de esclavitud, etc.)

3. Una economía ecológica (producción sostenible, comercio justo, consumo ético, inversiones éticas, desinversiones en combustibles fósiles y en cualquier actividad que cause daño al planeta y a las personas, e inversiones en   energía renovable, etc.).

4. Adopción de estilos de vida sencilla (sobriedad en el uso de los recursos y de la energía, evitando los plásticos desechables, adoptando dietas más vegetarianas y reduciendo el consumo de carne, utilizando más el transporte público, evitando transportes contaminantes, etc.)

5. Educación ecológica (replanteo y reformulación de los programas educacionales y reformar las instituciones en el espíritu de la ecología integral  con el fin de crear conciencia e impulsar acciones concretas, promoviendo la vocación ecológica de los jóvenes, de los maestros y de los líderes en materia de educación, etc.)

6. Espiritualidad ecológica (recuperar una visión religiosa de la creación de Dios, estimular el contacto con el mundo natural con espíritu de admiración, alabanza, gozo y gratitud, promover celebraciones litúrgicas centradas en la creación, elaborar enfoques ecológicos de catequesis, oración, retiros, formación, etc.)

7. Hacer hincapié en el empeño comunitario y la participación activa en el cuidado de la creación a nivel local, regional, nacional e internacional (promoviendo campañas promocionales y populares, alentando el arraigo en el territorio y en los ecosistemas locales, etc.)

 

Así, es creer y crear que los católicos desde cada familia, parroquia, diócesis, colegio, universidad, empresa, finca, hospital, centro de salud, provincia, podemos contribuir al logro de los ODS viviendo los OLS. Los ODS son los Objetivos de Desarrollo Sostenible previstos en la Agenda 2030 de la ONU. Nuevamente como en septiembre 2015, el mensaje del Papa Francisco entra en diálogo con los grandes acuerdos multilaterales, esta vez para apostar por el último gran esfuerzo de la humanidad antes de la hecatombe que vislumbran los científicos ante la gravedad de la emergencia climática, la inequidad planetaria, la pasividad gubernamental. La pandemia es una muestra adelantada de lo que puede suceder si no actuamos ya. “El tiempo es breve” (1 Co 7, 29) dice el documento interdicasterial, recientemente publicado. “Despertemos humanidad, ya no hay tiempo” profetizó Berta Cáceres al recibir el premio Goldman en 2015.

 

La barca y la tormenta. El Mesías del Cosmos durmiendo. La frágil canoa, el buque, el barquito de papel. Los meandros. Cada quien con su miedo y su sesgo. Cada cual con su punto de vista y la vista de un punto. En medio de tal tempestad, llegó la hora. No bastan libros bonitos ni discursos elocuentes. Es el momento de las buenas prácticas y las pautas de acción como en los ejemplos esbozados en el documento “En camino para el cuidado de la casa común”, dado a conocer en Roma, el 18 de junio, durante la primera rueda de prensa presencial después de la cuarentena.

 

En el documento, se entrecruzan doce (12) escenarios de educación en ecología integral con doce (12) aspectos que tienen que ver con el desarrollo humano integral. Desde el propósito de una conversión espiritual y la protección de  la vida humana, se aborda la familia y los jóvenes, educación de la infancia, escuela secundaria, universidad, educación permanente, catequesis, dialogo ecuménico, diálogo interreligioso, comunicación para observar la alimentación, agua, energía, tierra, mares y océanos, economía circular, trabajo, finanzas, urbanización, instituciones públicas, salud, clima como factores claves para poner en marcha las directrices emanadas de la encíclica Laudato si´.

 

La visión prospectiva del mundo post pandemia se convierte en un punto de convergencia y puerto de referencia de la nave de la historia. “Cuando pensamos en la situación en que se deja el planeta a las generaciones futuras, entramos en otra lógica, la del don gratuito que recibimos y comunicamos. Si la tierra nos es donada, ya no podemos pensar sólo desde un criterio utilitarista de eficiencia y productividad para el beneficio individual. No estamos hablando de una actitud opcional, sino de una cuestión básica de justicia, ya que la tierra que recibimos pertenece también a los que vendrán. Los Obispos de Portugal han exhortado a asumir este deber de justicia: «El ambiente se sitúa en la lógica de la recepción. Es un préstamo que cada generación recibe y debe transmitir a la generación siguiente». Una ecología integral posee esa mirada amplia” (LS 159)

 

Tal como lo expresó Monseñor Bruno Duffé en la presentación del documento interdicasterial: “Laudato si’ es un camino para los protagonistas del futuro. Es importante apoyar a los compañeros de viaje”. El Jubileo es una fiesta prometida bajo el techo de nuestro globo azul. Es la casa común que, como familia de Dios Creador, hemos de convertir en nuestro hogar común. 

 

Naveguemos cantando Laudato si´. “Que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten el gozo de la esperanza. (LS 244)

 

BIBLIOGRAFIA SUGERIDA:


Amazonía: Nuevos Caminos para la Iglesia y  para una Ecología Integral  ( Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica, Ciudad del Vaticano, 6 - 27 Octubre 2019 ) http://www.sinodoamazonico.va/content/sinodoamazonico/es/documentos/documento-final-de-la-asamblea-especial-del-sinodo-de-los-obispo.html
Exhortación Apostólica Postsinodal Querida  Amazonia del Santo Padre Francisco al Pueblo de Dios ya  todas las Personas de Buena Voluntad  
http://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20200202_querida-amazonia.html
Año Laudato si´ http://www.humandevelopment.va/es/news/laudato-si-ano-aniversario-especial-2020-2021.html
Presentación del Documento “En camino del cuidado de la  casa común – A cinco años de Laudato si’ ” http://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2020/06/18/0345/00782.html
Conferencia de prensa: EN CAMINO PARA EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN. A cinco años de la Laudato si' https://www.youtube.com/watch?v=0mBrqb5pbwQ&feature=youtu.be
Objetivos de Desarrollo Sostenible: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/
Campaña Revolución Laudato si´ https://www.laudatosirevolution.org/es/

 

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