[Por: Tere Salazar y Luis Van de Velde]

(…) En nuestra bandera se lee: Dios – Unión – Libertad.  Aparte de los departamentos y las ciudades de La Libertad y de la Unión nuestro pueblo no tiene ninguna experiencia histórica ni de libertad, ni de unión.  Cuando no hay suficiente trabajo, ni salarios dignos, cuando los sistemas de salud y educación son marginales y descuidados, cuando no hay seguridad alimentaria, cuando el agua potable no es potable y casi no llega o no llega nunca, cuando muchas colonias viven aterrorizados por las pandillas, cuando se asesina o desaparece diariamente, difícilmente se puede hablar de libertad.  La oportunidad periódica para elegir a gobernantes impuestos por los partidos políticos, no cambian la situación.   Algo semejante podemos decir de la unión.  ¿Cuánto nos cuesta organizarnos en cooperativas, adescos, sindicatos, foros, mesas u otras formas organizativas?  La mayoría de nuestro pueblo prefiere ser masa, estar fuera de la cancha, observar y comentar, sobre todo lamentar.  Toda la experiencia de organización popular de los años 70 y 80 se ha ido diluyendo después de los acuerdos de fin de guerra…

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