La cuarentena de la vida en el planeta

31 de Mayo de 2020

[Por: Marcelo Barros]




Este año, el 5 de junio, que la ONU consagra como un "día internacional del ambiente", nos encuentra a todos en plena cuarentena. En diversos países, los gobiernos ponen en riesgo la vida de la población para garantizar el comercio. Asimismo, desde hace décadas, en las grandes ciudades, el aire nunca ha sido más limpio. En la atmosfera, dos o tres meses de menos contaminación ya han disminuido el agujero de ozono que amenazaba a los seres vivos. En todo el mundo, aves, peces y animales aparecen en plazas y lagunas. Este fenómeno puede verse como señal de que la naturaleza se renueva, pero también puede interpretarse como alerta de que los animales y la tierra en sí ya no pueden defenderse. Y saben que tan pronto la pandemia comience a disminuir, todo tiende a volver a la normalidad.

 

Los organismos internacionales nos dicen: para satisfacer las necesidades de la humanidad, necesitaríamos, hoy, más de una Tierra. Garantizar lo que queda de esta sostenibilidad de la Tierra es la premisa indispensable para resolver otros aspectos de las crisis social, alimentaria, energética, económica y cultural. Desafortunadamente, gobiernos y instituciones internacionales continúan insistiendo en el modelo capitalista depredador. Cada año, asignan grandes sumas para armamentos y guerras. 

 

Para aquellos que viven la búsqueda espiritual, el cuidado amoroso de la Madre Tierra, el agua y todos los seres vivos son parte del testimonio de que Dios es amor, presente y activo en el universo. A pesar de todas las agresiones y crímenes contra el planeta, aún podemos salvarlo. 

 

Hace exactamente cinco años, el Papa Francisco dirigió a toda la humanidad la carta encíclica Laudato si sobre el cuidado de la Tierra, nuestro hogar común. Ahora, el Papa propone un año especial en lo cual, las personas, independientemente de religión, acepten releer la carta y rehacer una alianza de toda la humanidad para cuidar de la Tierra. Establece que religiones y tradiciones espirituales se unan en una espiritualidad ecológica. 

 

Debemos ver la Tierra, el Agua y todos los seres vivos como tabernáculos o iconos vivos del Espíritu Divino. Es necesario que la vida postpandémica se guíe por la ecología integral que une el cuidado del medio ambiente, la justicia social y la espiritualidad de la paz y la belleza universal. Como dice una oración que los cristianos de las iglesias más antiguas cantan en cada celebración eucarística: "Los cielos y la tierra están llenos de tu gloria, es decir, de tu presencia amorosa" (Salmo 19).

 

 

Imagen: https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20200401/48282464351/efectos-cuarentena-planeta.html 

 

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