La gloria de Dios es el hombre vivo

02 de Mayo de 2020

[Por: Pablo Richard]




“La gloria de Dios es el hombre vivo

y la vida del hombre la visión de Dios”

(Gloria Dei vivens homo gloria autem homo visio Dei ). 

      

La gloria de Dios se hace visible en la carne viva del hombre.

(San Irineo de Lyon. “Contra los Herejes.  Libro IV  20.7”)       

 

En la actualidad la idolatría tiene contextos históricos diferentes, donde caracterizamos la “idolatría” como “fetichismo”. Un dios trinitario: fetichismo del mercado, del dinero y del capital. Ya no existe una “secularización”, sino una “divinización” de toda la naturaleza y la humanidad. 

 

El “dios oro” está por encima del Dios cristiano. El mercado es el ser supremo para el ser humano. El mercado decida sobre la vida y a muerte del ser humano.

 

La opción por los pobres es la fuerza para enfrentar el dios trinitario: mercado-dinero-capital. “La Gloria de Dios es el pobre vivo y la vida del pobre la visión Dios”

 

El Papa Francisco entra en estos temas en su Exhortación Apostólica “Alegría del Evangelio”, especialmente en los números 52-60 y 176 -258: “No a la nueva idolatría del dinero”. “Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de una economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano”. 

 

“Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera.” “El afán del poder y del tener no conoce límites.”  “Hay intereses de un mercado divinizado convertidos en regla absoluta”. 

 

Teología de la Liberación 

 

La teología de la Liberación  debe  salir  fuera de sí misma y caminar por en camino de San Inrineo: “Gloria Dei vivens homo”. No entramos en el campo de la filosofía, de la economía, de las ciencias en general. Quedamos encerrados en un biblisismo, espiritualismo, moralismo. También encerrados a una perspectiva de género. Lo peor es cuando no hacemos teología sino propaganda teológica, o peor cuando hacemos propaganda de nosotros mismos. 

 

La Iglesia Católica especialmente jerárquica está marcada todavía por el Concilio de Trento  (1545-1563) y el Concilio Vaticano I (1869-1870). Cuando el papa Juan XXIII en 1963  convocó el Concilio Vaticano II habían pasado 400 años desde el Concilio de Trento. En este  Concilio se prohibió  la traducción de la Biblia en  lengua vulgar. El Pueblo  de Dios no tuvo Biblia  durante 400 años. Trento fue un Concilio totalmente antirreforma protestante. El Concilio Vaticano I fue contra la modernidad. “Fuera de la Iglesia no hay salvación”.

 

El Concilio  Vaticano II, Medellin, Puebla y el papa Francisco, nos mostraron un camino radicalmente diferente,entre el Evangelio y la Ley. La Iglesia busca y encuentra su identidad: “La gloria de Dios es el hombre vivo y la vida del hombre la visión de Dios”.

 

Imagen: http://www.genuirestaurante.com/genui_blog/museo-guayasamin-ciudad-de-quito-ecuador/ 

 

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