03 de Abril de 2020
[Por: César Luis Caro | Religión Digital]
Unos zonzos justo enfrente de la casa dedican mañanas y tardes a construir un bote. Ahí, pum pum con el martillo, rrruuunnn con la motosierra, como si nada. Se ve un motocarro pelao. Caminan por la vereda algunos sanitarios, con mascarillas y mochilas. Reina un silencio espeso (no se oye ni el karaoke de la vecina) agredido apenas por el parlante del carro de la municipalidad, que vocea las normas del toque de queda. Con el paso de los días se impone la desolación…
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