06 de Marzo de 2020
[Por: Víctor Codina, SJ]
Querida Amazonía
En medio de una gran expectación de los Medios, el 12 de febrero se presentó en el Vaticano la Exhortación postsinodal de Francisco, Querida Amazonía. Todo el mundo estaba mucho más interesado en la posibilidad de ordenar hombres casados que en los temas ecológicos.
Francisco no escribe un texto normativo sino una especie de carta de amor a la Amazonía, llena de poesías y cantos ante la misteriosa y sagrada belleza de la Amazonía. Y desarrolla su mensaje en forma de cuatro sueños: sueño social, sueño cultural, sueño ecológico y sueño eclesial.
Los tres primeros sueños son proféticos: indignación y defensa de la Amazonía frente a los proyectos criminales de los nuevos faraones que por lucro egoísta destruyen la naturaleza, crean devastación y expulsan de su territorio a los pueblos amazónicos; estima y respeto ante las culturas y espiritualidades amazónicas y ante su proyecto de “vivir bien”, en armonía comunitaria, con la naturaleza y con Dios; todo ello es obra creadora de Dios y de la presencia encarnada de Jesús.
En el sueño eclesial Francisco promueve para la Amazonía un laicado autóctono y bien formado, pluralidad de ministerios laicales, diaconado permanente de varones, comunidades de base, una vida religiosa encarnada e inculturada, reconocer la gran misión de la mujer en la pastoral y apreciar a la mujer en la Iglesia no solo por su funcionalidad sino por su identidad femenina, presencia de equipos itinerantes en territorios fronterizos, solicitar ayuda pastoral y misionera a otras Iglesias, sobre todo latinoamericanas, rogar por las vocaciones sacerdotales, pastoral no simplemente de visita sino de presencia, valorar la importancia de la eucaristía sin la cual la Iglesia se diluye y debilita. Pero silencio sobre ordenación de hombres casados y el diaconado femenino.
Muchos quedaron muy decepcionados ante este sueño eclesial y la única noticia que muchos medios difundieron fue que el Papa rechazaba la ordenación de hombres casados. También grupos eclesiales y teológicos se sintieron desconcertados, algunos teólogos afirmaron que una mano teológica extraña se había introducido en esta parte eclesial. Se extendió la noticia que el motivo de este cambio era debido a la presión de los sectores conservadores y al miedo a un cisma eclesial y con ello peligraba la primavera eclesial que Francisco había iniciado.
Claves de interpretación
¿Cómo entender e interpretar este silencio eclesial? Más que proponer hipótesis subjetivas, es mejor buscar en el mismo documento claves de interpretación.
Y lo primero que llama la atención es que Francisco no quiere sustituir el Documento final del Sínodo sino ayudar a una lectura creativa del camino sinodal (QA 2-3). Por tanto, como en Documento final aprobado por los tercios propone la ordenación de hombres casados y que se trabaje de cara al diaconado femenino (111 y 103 del Documento final), esto significa que estos temas quedan abiertos y por tanto es falso afirmar que el Papa los excluye o prohíbe. Francisco guarda silencio, no cierra ninguna puerta.
Y al final del texto se dice que hay que superar los conflictos pastorales a un nivel superior que mantenga las polaridades en pugna, lo cual no significa dejar las cosas como están, sino buscar una salida por desborde y reconocer el don superior que el Señor nos ofrece (QA 104-105). Como dijo en el Sínodo, no hay que poner remiendos nuevos en un traje viejo
De este modo Francisco se opone tanto a los conservadores que no quieren cambios ni abandonar el poder clerical, como se opone también a los progresistas con una postura más ideológica que pastoral que desean aprovechar el Sínodo para defender su visión eclesial sobre el celibato libre y el diaconado femenino, sin que les importe mucho la situación amazónica.
Frente a esta situación, Francisco no quiere tomar postura desde arriba, sino caminar por un diálogo sinodal eclesial, fomentar el tejido eclesial, fomentar un discernimiento eclesial y comunitario, iniciar una Iglesia no piramidal y vertical desde el centro jerárquico, sino una Iglesia centrada en el Pueblo de Dios, con amplio protagonismo laical capilar. Ya en el documento postsinodal La alegría del amor, sobre el matrimonio, había dicho que no todas las discusiones doctrinales, morales y pastorales se han de resolver por intervención del magisterio (AL 3).
Francisco quiere que los problemas de los ministerios eclesiales se discutan y disciernan en la base de la comunidad eclesial, en las Iglesias locales, concretamente en la Iglesia amazónica, para que sea una Iglesia con rostro amazónico. Las decisiones y reformas desde arriba sin diálogo eclesial fracasan.
Una pequeña nota pastoral inadvertida
Supuesto todo lo anterior ¿hay en Querida Amazonía algún camino concreto de solución pastoral?
La nota 120 dice que el Sínodo propuso un rito amazónico (Documento final 116-117). En la Iglesia católica hay 23 ritos diferentes que inculturan no solo la liturgia sino las estructuras eclesiales a los diferentes contextos sociales y culturales, y en muchos de estos ritos de la Iglesia oriental católica existen sacerdotes casados.
Esta nota abre caminos nuevos, como lo fue la nota 351 de La alegría del amor, que abría la posibilidad de reconciliación y comunión para divorciado vueltos a casar. Aquí se abre la posibilidad de un rito amazónico, que no solo inculture liturgias sino las estructuras eclesiales, en diálogo y discernimiento entre las Iglesias amazónicas y la Iglesia universal que preside en la caridad el obispo de Roma.
Francisco dijo en el sínodo que el protagonista era el Espíritu, un Espíritu que siempre nos sorprende y desconcierta con su riqueza y novedad desbordante. Un nuevo rito amazónico ¿no podría ser una de estas novedades del Espíritu que van más allá de nuestras discusiones y horizontes ordinarios?
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