[Por: Luis Van de Velde]

Cuando Monseñor Romero ya estaba viendo hacia la III conferencia general del episcopado latinoamericano a celebrar en Puebla a partir del 27 de enero de 1979, citó en su escrito del 7 de enero de ese año, al cardenal Lorscheider. “El Vaticano II … fue un paso adelante. … La Iglesia es peregrina en la historia de los hombres. Sigue, por tanto, en gran parte, los pasos de los hombres para ser, con el Evangelio, un fermento en medio de la humanidad … Hay nuevos problemas, nuevas situaciones, y por tanto nuevas orientaciones pastorales, nuevos aspectos doctrinales.  Por otra parte, Medellín no ha sido la última palabra de la Iglesia en América Latina. Fue más bien la primera palabra, la Iglesia no es estática sino dinámica.  La Iglesia no se puede detener en un cierto período de la historia, sino debe avanzar siempre. ¡Hay de la Iglesia si se detuviese!”... 

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