Las mujeres y sus derechos en la Iglesia

19 de Diciembre de 2019

[Amerindia Bolivia]




Las mujeres en el contexto social y patriarcal del siglo primero

 

Ser mujer judía en aquel entonces, según José Antonio Pagola “significaba estar destinada a vivir en un estado de inferioridad y sumisión a los varones”. “Es impensable una mujer con autonomía” “…las mujeres judías, siervas de su propio esposo, recluidas en el interior de la casa, sospechosas de impureza ritual, discriminadas religiosa y jurídicamente, constituían un sector profundamente marginado en la sociedad judía”(1).

 

A pesar de ello, durante la vida de Jesús y los primeros años de organización de las comunidades cristianas, las mujeres desempeñaron un rol importante. Sin embargo esto no ha durado y, cuando la iglesia y sus autoridades se aliaron con los emperadores, se volvió a la situación imperante en la sociedad del siglo primero.

 

Las mujeres perdieron lo logrado con Jesús y en las primeras comunidades. Aún más se denigró y rebajó lo realizado por ellas con especial dureza contra la líder de las mujeres, María Magdalena También se redujo la importancia y el rol de María, la madre de Jesús ensalzándola de tal manera que ya no parecía ser una humana que se podía imitar, sino solamente una casi-diosa que había que venerar e implorar.

 

Es importante ubicar nuestro relato en el contexto social de inferioridad de las mujeres de aquel tiempo. Las teólogas brasileñas Yvone Gebara y María Clara Bingemer lo explican así: El cuerpo femenino lleva en sí diversos anatemas que la ponen en situación inferior y la confinan en una condición subalterna: a) ser portadora o causante de la entrada del pecado en el mundo (Gn 3); b) tener el ciclo biológico mensual, considerado como impureza, c) no valerse por sí misma, sino sólo como receptáculo de reproducción del semen masculino. Su situación en la legislación religiosa es equiparada a la de los esclavos paganos y los hijos menores” (2).  

 

¿Y ahora?

 

Así pasaron casi dos milenios antes que teólogas y teólogos empiecen a investigar y recuperar la importancia de María y de las primeras líderes de la iglesia cristiana, poniendo en el tapete una realidad desplazada y silenciada que ha hecho sufrir a tantas mujeres en la historia de la Iglesia, no podemos continuar negando una presencia que enriquece la vida de la comunidad eclesial. 

 

En Colombia, hablando a los representantes del CELAM, el Papa Francisco subrayó la importancia de las mujeres en la Iglesia enfatizando que representan: “Una esperanza con "rostro femenino", pues "sin las mujeres, la Iglesia del continente perdería la fuerza de renacer constantemente. Son ellas quienes con meticulosa paciencia encienden y reencienden la llama de la fe", las que acompañaron a Jesús, "no se retiraron del pie de la cruz" e "inundaron al mundo" con la Resurrección”.   El Papa continua: "Si queremos una nueva etapa de la fe en este continente, no la vamos a obtener sin la mujer. Ellas son protagonistas en la Iglesia latinoamericana". (Papa Francisco al CELAM, 07.09.2017).

 

El Papa parece decidido en avanzar hacia una progresiva implantación de la igualdad mujer-hombre en la Iglesia. Es importante que las y los teólog@s den los apoyos necesarios por un lado y, por otro, que los pastores ayuden a todas y todos a cambiar su mentalidad y sus perspectivas y ver como normal, necesario y urgente que las mujeres asuman al mismo nivel que los hombres, su rol en la Iglesia. 

 

Amerindia-Bolivia desea compartir sus reflexiones y sueños sobre esta realidad para avanzar hacia una Iglesia más cercana a lo que Jesús deseaba y sigue deseando. Nuestra intención es desarrollar una serie de temas para reflexionar sobre el ROL DE LA MUJER EN LA IGLESIA siguiendo las enseñanzas de Jesús y el ejemplo de las primeras cristianas. Buscamos y soñamos una iglesia con plena participación de las mujeres a nivel de igualdad con los hombres.

 

Nuestros sueños

 

Soñamos que a partir de la gran devoción de nuestros pueblos latinoamericanos hacia María, se presente a la gente humilde esas facetas poco conocidas de su “mamita” para que, inspirándose en ella, sepan que al luchar por mejores condiciones de vida, por su liberación de toda clase de opresiones y a favor de sus derechos, están en plena sintonía con su “mamá” y ella las/los bendice, guía y protege.

 

Soñamos que sean valoradas otras grandes figuras femeninas seguidoras de Jesús, entre ellas María de Magdala, coordinadora del equipo femenino de seguidoras de Jesús, que lo acompañó hasta su muerte en la cruz, que fue la primera testigo de su resurrección, la primera en anunciar a los incrédulos apóstoles que Jesús había resucitado y una pieza clave en la formación de las primeras comunidades cristianas.

 

Soñamos que se ponga en evidencia la hermosa profesión de fe de Marta de Betania “Si Señor, yo creo que tu eres el Cristo, el hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo” (Jn 11, 27). Hermosa profesión de fe que fue adoptada y proclamada por todas y todos los cristianos de las primeras comunidades. Por supuesto fue también retomada por Pedro. 

 

Soñamos con una mayor puesta en valor de la Samaritana que, a pesar de su pasado turbulento y no ser judía, se ha convertido en una excepcional misionera que ha atraído a toda su comunidad hacia Jesús.   

 

Soñamos que se estudie más a fondo el rol y carisma de las líderes de las primeras comunidades: la diácona Febe, Prisca, Aquila (Rm 16,1-4), Lidia (He 16, 14-15), Trifena y Trifosa (Rm 16, 12), Evodia y Síntique (Flp 4, 2-3) y muchas otras que funcionaban como “diaconas” y aun como responsables (equivalentes a sacerdotes de hoy) en sus comunidades.

 

 

Imagen: https://www.religiondigital.org/america/Colectivo-Mujeres-Iglesia-Chile-parte-Papa-abusos-democracia-politica_0_2184981505.html 

 

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