29 de Noviembre de 2019
[Por: Pedro Pierre - Recopilador]
Las Conferencias Episcopales de América Latina marcan hitos significativos. La primera, en Río de Janeiro, Brasil, 1955, se dio unos 10 años del Concilio. Luego, los obispos latinoamericanos fueron los únicos a hacer una reunión especial para aplicar el Concilio en sus Iglesias: fue en Medellín, Colombia, 1968. Por los 500 años de resistencia indígena, negra y popular, en 1992, se dio una nueva reunión en Santo Domingo, República Dominicacna, donde la inculturación fue la gran novedad. La última de sus reuniones se dio en Brasil, a Aparecida en 2007. Ahí confirmaron el camino recorrido, precisando que la misión es la marca mayor de la Iglesia. En Puebla, México, 1979, los obispos retomaron las orientaciones de Medellín, a pesar de las orientaciones más tradicionalistas del Vaticano. Insistieron en la ‘comunión y la participación’, que quedó como una marca significativa del actuar de la Iglesia latinoamericana. La opción por los pobres adquirió ‘derechos de ciudadanía’ que se iban a universalizar en toda la Iglesia católica, como también su expresión privilegiada como “Iglesia de los pobres”. A los 40 años de la reunión en Puebla, es bueno recordar tal acontecimiento y celebrar el camino recorrido desde ese entonces. Así nos animamos a seguir renovados al servicio del Reino…
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