En relación a la situación en Chile

29 de Octubre de 2019

[Por: Manuel Hidalgo]




En estos días se ha producido y continúa en desarrollo un tremendo estallido popular, que es consecuencia de una larga acumulación de malestar y de frustración en amplios sectores de la población. Porque más allá de las cifras de crecimiento económico que se difunden, la concentración de los beneficios del mismo en una ínfima minoría y las enormes desigualdades que se mantienen ha sido una tónica fundamental de ese crecimiento. Una amplia mayoría de la población si bien ha accedido a mayores niveles de consumo, lo ha hecho más a punta de endeudamiento que a costa de empleos precarizados y mal pagados que son los que esa mayoría tiene. Y la sobrevida se ha hecho cada vez más costosa y difícil en estos últimos años.

 

Lo preocupante del estallido popular es que, junto a las mayoritarias expresiones de desobediencia civil se están registrando hechos de violencia -saqueos e incendios- que pueden descarrilar el proceso hacia una masacre, con una respuesta represiva de las fuerzas del orden y militares que sería fatal. Detrás de esa violencia, opera no sólo la delincuencia común -hija de la extrema pobreza-, sino que también la acción de grupúsculos políticos que creen en la violencia como camino antisistémico, así como infiltrados por las fuerzas represivas del sistema. ¿Quién es el ganador de esa violencia? No hay duda que las clases dominantes, que justifican así la contención de la protesta popular con la represión. Es así como estamos desde hace 4 dias con Estado de Emergencia y toque de queda, en buena parte del país. Es de temer que esto conlleve muertos, en un número imprevisible. Por ahora ya van 19 muertos en 7 días de protestas masivas.               

 

Desde las organizaciones y movimientos sociales, se está estructurando un par de espacios unitarios para buscar una salida a la crisis, en diálogo con los actores políticos, todos los cuales están ampliamente sobrepasados por los hechos.  La cuestión previa que estos espacios unitarios exigen, lo mismo que el PC y el Frente Amplio -las fuerzas de izquierda parlamentaria-, para ese diálogo es que se ponga fin al Estado de Emergencia y se saque a los militares de las calles. 

 

Para el miércoles fue convocada por estos espacios una Huelga General Nacional.  Pero sabemos que el Pueblo y sus organizaciones, objetiva y subjetivamente, producto de casi 50 años de neoliberalismo militar y civil, no están en condiciones de asumir lugares críticos en la dirección de los acontecimientos; la CUT fue llevada su bancarrota por los partidos, así también los gremios mayoritarios e incluso algunas organizaciones nuevas que rápidamente tienden a despegarse de las bases y son tentadas por el parlamentarismo. Por ello, en esta coyuntura y su desenlace, la franja de militantes políticos-sociales, sus organizaciones y los múltiples colectivos populares deben fortalecer su organización, su madures política, su afiliación militante y disponerse a buscar líneas de convergencia que permitan forzar el paso hacia la constitución de Referencias Políticas locales, regionales y de nivel nacional. La crisis nacional no se resolverá de inmediato ni con la profundidad que se requiere, porque la patronal, sus intelectuales y las instituciones de bases son parte de esa misma crisis; carecen de propuesta estratégica para el país. 


No hay correlación de fuerzas políticas para una reversión conservadora o salida por la derecha de esta crisis. No habrá golpe ni autogolpe. Tampoco insurrección popular ni revolución. Vendrá un giro con medidas inmediatas para calmar la furia y frustración de las mayorías que protestan. Medidas parciales e insuficientes, pero que tendrán un efecto paliativo para bajar la presión de la calle. Más eficaces mientras más actores logren comprometer las clases dominantes con el acuerdo que alcancen para tomarlas. Lo relevante será si se impone o no, por las fuerzas sociales a favor de los cambios profundos, un proceso refundacional, constituyente, desde abajo. Si parte un proceso de construcción de poderes comunales, territoriales, de sectores populares, que empiezan a ejercer control y dominio de procesos de cambios desde sus localidades. Es en ese proceso que puede ir cuajando un instrumento político nacional, hoy no existente, para disputar un auténtico cambio histórico. 


Adjunto  un link con un artículo escrito a raíz de esta coyuntura por un viejo militante revolucionario, Manuel Cabieses, director de la Revista Punto Final, hoy fuera ya de circulación.  El fue un reconocido militante y dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, desarticulado ya hace casi 30 años. Con el que me ligan muchos años de lucha y convicciones que han marcado por igual nuestras vidas. 


https://www.puntofinalblog.cl/blog/asamblea-constituyente-para-un-nuevo-chile

 

 

Quizás añadir que, el gobierno salió la noche del martes pasado en cadena de televisión a anunciar 10 medidas de una agenda social, pretendiendo responder con ellas al malestar ciudadano y encauzar un proceso de solución. Como era previsible, ese anuncio no sólo fue tardío sino que ampliamente insuficiente, con medidas que en lo fundamental reasignan y aumentan el gasto fiscal, pero no recaen en un mayor aporte del gran empresariado y por tanto no golpean la enorme desigualdad que irrita a las mayorías. No sólo no contemplan ninguna reforma estructural, que pueda afectar al modelo neoliberal en aplicación, sino que tampoco implican descartar por completo las reformas previsional, tributaria y laboral que Piñera y su gobierno venían tramitando en el parlamento con anterioridad al estallido popular, de claro carácter pro-patronal. 

 

Los movimientos sociales y las fuerzas tanto de la izquierda parlamentaria como de franjas de militancia más resueltamente anticapitalista han rechazado enérgicamente esta agenda, haciéndose eco del sentimiento mayoritario de la población. Y en las movilizaciones de ayer la consigna que se escucha con mayor fuerza es la de Renuncia de Piñera. Haciendo presente que ya no basta con un cambio de ministros o del gabinete ministerial completo, sino que debe ponerse fin a este gobierno e instalarse un gobierno provisional para la transición a un nuevo régimen político y/o el llamado a nuevas elecciones generales. Cuestión que estará en juego en los próximos días. 

 

El reclamo por una Asamblea Constituyente va creciendo y ganando también un lugar central. Así quedó de manifiesto en el balance de la Huelga General de ayer realizada por Unidad Social, el espacio unitario de las mayores organizaciones sindicales y de trabajadores y pobladores, que se había constituido hace poco meses antes y que ha cobrado mayor amplitud y vigencia en estos días.      

 

Adjunto un par de links sobre esta situación y un material del Partido Igualdad, una formación que hace parte del sector más de izquierda del Frente Amplio sobre la coyuntura.

 

Un abrazo, 

 

Manuel  Hidalgo

 

https://www.facebook.com/coordinadora.nacionaldetrabajadores/videos/8030864301

 

  https://radio.uchile.cl/2019/10/23/fundacion-sol-por-anuncios-de-sebastian-pinera-el-modelo-no-se-toca/

 

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