18 de Julio de 2019
[Por: Rosa Ramos]
“…la ética sin danza se convierte en fariseísmo,
y la danza sin ética se convierte en egoísmo”
Juan Ignacio González Faus
Hace unos meses cité esta afirmación de González Faus señalando las dos vías por las que se deja experimentar la Gracia. Volví a ser tocada, esta vez por ambas vías simultáneamente.
La semana pasada tuvo lugar en Belo Horizonte, Brasil, en el 32° Congreso de la Sociedad de Teología y Ciencias de la Religión. Pudimos saborear con fruición la conjunción del rigor académico de las conferencias y la cuidada estética con que los organizadores nos regalaron. Dos vías que ayudan a integrar lo que otros tiempos y otros intereses distanciaron y aún nos cuesta unir, pues nuestras subjetividades están profundamente colonizadas y heridas.
El tema convocante del Congreso fue Decolonialidad y prácticas emancipatorias. Participamos 550 personas, la inmensa mayoría brasileños de distintas procedencias y universidades, con una pequeña representación de Amerindia con teólogos y teólogas de otros países. Ya fueron publicados los informes que preparó Óscar Elizalde para la web. Aquí me enfocaré en algunas provocaciones que aportó el Congreso.
Me provocó la Estética-Mística tanto como los contenidos académicos que yo inscribiría bajo el título de Ética, si bien el término no fue mencionado. Los organizadores parecen haber tenido especial cuidado en esa armonía. Evidentemente la directiva de la Soter estuvo atenta a que todo funcionara muy bien con una clara distribución de responsabilidades a distinto nivel.
El tema del Congreso, la decolonización y valoración de las prácticas emancipatorias, fue muy bien expresado en formas poético-musicales por los artistas presentes así como en formas –imágenes- no verbales que veíamos -y que nos miraban- desde el estrado, como el enorme rostro de Marielle Franco y otros que formaban parte de un colage: Monseñor Romero, Dorothy Stang, Invonne Gevara, Martin Luther King, Joan Bautista Libanio, etc. Varios de ellos víctimas del necropoder del que mucho se habló y otros fieles seguidores de Jesús que haciendo una lectura profética de la historia se colocaron del lado de las víctimas.
Me sorprendió gratamente la puesta en escena según los temas y conferencistas, logrados con pocos y escogidos objetos: unos sillones rojos, dos plantas de orquídeas, un cántaro, unas telas, fotos, dibujos y palabras bien escogidas dispuestas sobre cartones y papel de diario. Todos elementos sencillos, muy bien seleccionados y armonizados; los cambios, movimientos y rotación de los objetos-símbolos constituían realmente la puesta en escena de una obra teatral siendo parte del mensaje del Congreso.
Cada día tuvo su “momento cultural”, que a su vez era mensaje y oración en formas laicas. Así el primer día nos acompañó con su canto Rubinho do Vale con hermosas canciones suyas que muchos conocían y cantaban. Los otros días nos abrieron la jornada Tom de Minas, Odilio Esteves y el trío Bodocó Mamur bo (música africana) que animó la última jornada a cantar y bailar con música ancestral. Pudimos la segunda mañana disfrutar de poemas de Fernando Pessoa (varios son conocidos en las musicalizaciones de María Bethania).
Por otra parte, desde el lenguaje verbal académico fueron también muchas las provocaciones:
- Urge deconstruir y cambiar la lógica moderna instrumental que en América Latina hace 500 años viene dando lugar a dominación, sometimiento, despojo y muerte, desde la trilogía capitalismo, patriarcado, colonialismo. Y hoy lo sigue haciendo con la perversión del poder al servicio de la muerte –necropoder-, con otros instrumentos y argumentos que precisamente hemos introyectado como la “basurización de la vida” (Mendoza) y la “deshumanización del ser humano” a la vez que profundizando la desacralización de la naturaleza (Tavares)
- Es necesario reconocer el papel que ha tenido la religión en su versión sacrificial (Mendoza) desde la cual se ha justificado la muerte, la destrucción de territorios, pueblos y culturas, se ha sometido cuerpos, emociones y moldeado subjetividades (Pacheco, Tavares).
- Por otra parte hay que afirmar que esta fase de decolonización de las conciencias o giro decolonizador que hoy procuramos es una nueva exigencia en continuidad con el paradigma y proceso que asumió la Teología de la Liberación en este continente desde hace medio siglo (Tavares, Pacheco, Magalhaes Pinto, Cormie, Tamayo). Hoy se hace patente y urgente la opción entre imágenes de Dios opuestas: el dios de los opresores y el dios de los subalternos, que no puede ser sino un Dios subalterno, o en otros términos más conocidos igual escandalosos: un Dios humilde, kenótico, encarnado, masacrado.
- Superar las injusticias y asimetrías profundas exige tomar conciencia de la colonización epistemológica eurocéntrica y aprender a desaprender (la cuestión epistemológica y sus desafíos fue planteada por todos los expositores), abrirnos los otros saberes negados tanto tiempo, para dar paso a una ecología de saberes que nos enriquezca a todos. Ninguna epistemología es neutral, ni es absoluta, ninguna da cuenta de la totalidad y la complejidad, de ahí la urgencia de prestar atención a las epistemologías desde el sur -expresión tomada de Sousa Santos- para un diálogo horizontal y fecundo.
- Hay que desenmascarar y resistir las nuevas formas de colonizaciones y extractivismos (Tavares): la finanancierización de la vida como alienación fundamental, de la mano del extractivismo digital que acumula datos (que proporcionamos gratis por las redes) y los convierte en acumulación de dinero en pocas manos, que a la vez usan para manipular hasta para imponer políticas y políticos a su servicio… Estamos en una fase tan poderosa como sutil de colonización de los deseos y emociones a la que nos entregamos inconscientemente. El resultado es el despojo de la energía para indignarse, “pues cegados los ojos, no ven, y anestesiado los cuerpos, no sienten.”(Sinivaldo Tavares)
¿Dónde entonces encontrar una esperanza que no sea descolgada de la realidad? Todos los conferencistas concluyeron con una apelación a la resistencia y a la esperanza. Desde una fuerte espiritualidad que incluya la ancestral que estuvo en la base de los pueblos africanos e indígenas y aún corre por nuestras venas (Pacheco, Mamani, Rangel). Desde las víctimas concretas –mujeres, jóvenes, activistas de DDHH- y desde el cuidado de la vida de sus familias indignadas (Mendoza). Desde una cosmovisión dialogal e inclusiva (Pacheco, Cormie). Evitando la atomización de las distintas luchas y aceptando la experiencia de sabernos tierra (Tavares).
Cierro incómoda este loco intento de compartir en pocas líneas las muchas provocaciones del Congreso citando nuevamente a González Faus: “(la Ética) sitúa toda la vida humana en el horizonte profético de la justicia y de la fraternidad; (la Mística) sitúa toda la vida humana en el horizonte agradecido de la gratuidad y la filiación.”. El Congreso logró integrar y armonizar muy bien ambos horizontes, lo cual viví y comparto como buena noticia para nuevas epistemes.
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