19 de Julio de 2019
[Por: Luis Van de Velde]
En su libro “Una iglesia que nace del pueblo” Carlos Mesters escribe: “las comunidades son semejantes a un árbol. En el suelo, invisible a los ojos, está la raíz, cuyas puntas son al mismo tiempo el punto fuerte y el punto débil del árbol. El punto fuerte porque a través de las puntas de las raíces (millares y millares) el árbol chupa la savia de la tierra. El punto débil porque los extremos de las raíces son frágiles, muy frágiles. Cualquier pequeño desperfecto las daña y lastima. Sin esta fragilidad permanente de la raíz, la fuerza no puede surgir ni consigue mantenerse…
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