El feminismo, teoría crítica de la sociedad patriarcal

07 de Junio de 2019

[Por: Juan José Tamayo]




Toda ciencia y toda disciplina operan con categorías propias conforme al objeto de estudio. También la teoría de género. Pero, ¡cuidado con las definiciones de los diccionarios! En el caso de las categorías de esta teoría, los diccionaristas ejercen a veces un trato semántico inadecuado, quizá por desconocimiento de los estudios feministas.

 

Durante el curso 2018-2019 he impartido la asignatura “Principales categorías de la teoría de género” dentro del Postgrado de Gestión en Políticas de Igualdad, del Instituto Universitario de Estudios Género, de la Universidad Carlos III de Madrid, del que soy investigador. En este artículo ofrezco una reflexión sobre la primera de dichas categorías: el feminismo.

 

1. El feminismo es una teoría crítica de la sociedad que analiza y cuestiona la  estructura patriarcal del orden social, cultural, económico, simbólico, religioso, posibilita una nueva interpretación de la realidad y ofrece nuevas categorías de análisis.

 

2.  Es un movimiento social y político reivindicativo que ha permitido a las mujeres constituirse como sujeto colectivo con una historia común de opresión y exclusión y de lucha contra su discriminación y por la igualdad y la paridad en todos los ámbitos: legal, laboral, doméstico, político, económico.

 

3. Es una de las principales revoluciones de los últimos siglos que intenta recuperar la subjetividad de las mujeres negada en el Renacimiento, en la Ilustración, en la Revolución Francesa y en general en todas las revoluciones. Reconoce a las mujeres como sujetos políticos, morales con identidad propia, no en relación con los varones. Es una revolución incruenta, que está provocando una reacción violenta del patriarcado.

 

4. El feminismo es un estilo de vida coherente con la teoría, que se caracteriza por que cada mujer a nivel personal tenga tiene su proyecto, diseñe su propio futuro, viva con autonomía, sin depender caracterizado por un proyecto de vida propio, viva con autonomía, sin someterse a las dependencias que en todos los niveles le impone el patriarcado. 

 

En el epílogo de su Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, de 1791, que escribió como respuesta a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, de carácter patriarcal, la política francesa Olympia de Gouges escribió:

 

“¡Mujer, despierta!; el arrebato de la razón se hace oír en todo el universo; reconoce tus derechos. El potente imperio de la naturaleza ha dejado de estar rodeado de prejuicios, fanatismo, superstición y mentiras. La antorcha de la verdad ha disipado todas las nubes de la necedad y la usurpación. El hombre esclavo ha redoblado sus fuerzas y ha necesitado apelar a las tuyas para romper sus cadenas. Pero una vez en libertad, ha sido injusto con su compañera. ¡Oh, mujeres!, ¡mujeres!, ¿cuándo dejaréis de estar ciegas?, ¿qué ventajas habéis obtenido de la revolución?: un desprecio más marcado, un desdén más visible. […] Cualesquiera sean los obstáculos que os opongan, podéis superarlos; os basta con desearlo”. 

 

El 3 de noviembre de 1793, durante el gobierno de Robespierre y Murat, fue guillotinada, sin lograr que se cumpliera el artículo décimo de su declaración: “Si la mujer tiene el derecho de subir al cadalso, debe tener también igualmente el de subir a la Tribuna”. Subió al cadalso, pero, aun siendo una prestigiosa política, no logró subir a la Tribuna DE LA Asamblea Nacional Francesa  

 

5. El feminismo es una instancia crítica sobre nuestro legado de pensamiento, que critica el interés patriarcal de los discursos y desvela la contradicción en que incurren. Es una “filosofía de la sospecha” (Amelia Valcárcel) del discurso ilustrado de la universalidad de la razón y de los derechos humanos y de la igualdad de todos los seres humanos, que excluye a las mujeres y, por ello, desmiente su universalidad. De-construye los discursos de la tradición filosófica que perpetúan la desigualdad, denuncia el lado oscuro de quienes reclaman igualdad y libertad, pero no se las reconocen a las mujeres. Como ejemplo de tal contradicción Luisa Posada se refiere a Rousseau y a Kant1:

 

- El filósofo político Rousseau incurre en una crasa contradicción: en El Contrato social hace una defensa radical de la igualdad y en Emilio o de la educación presenta a la compañera del ciudadano como prototipo de la mujer recluida en el hogar y desigual por naturaleza. El Contrato social solo reconoce derechos políticos a los varones y los niega a las mujeres. El pacto social no tenía vigencia en el hogar, donde la mujer debía estar sometida al marido. Léase para comprobarlo el capítulo V del libro de Rousseau), cuya protagonista es Sofía, la compañera de Emilio, que en las relaciones morales debe ser pasiva y débil y cuya función es “agradar al hombre”:

 

“En la unión de los sexos, cada uno concurre de igual forma al objetivo común, pero no de igual manera. De esa diversidad nace la primera diferencia asignable entre las relaciones morales de uno y otro. Uno debe ser activo y fuerte, el otro pasivo y débil; es totalmente necesario que uno pueda y quiera, basta que el otro resista poco.  Establecido este principio, de él se sigue que la mujer está hecha para especialmente para agradar al hombre. Si el hombre debe agradarle a su vez, es una necesidad menos directa, su mérito está en su potencia, agrada por el mero hecho de der fuerte. Convengo en que no es esta la ley del amor, pero es la de la naturaleza, anterior al amor mismo”2

 

- Kant, prototipo de filósofo ilustrado, por una parte, reclama la autonomía y la auto-legislación de la razón humana y el lema ilustrado “¡Atrévete a pensar!”, y, por otra, afirma que: “una mujer letrada (...) tendría además que tener barba”.

 

Juan José Tamayo estudia el feminismo y su aplicación a la teología en varias obras, entre las que destacan: Otra teología es posible. Interculturalidad, pluralismo religioso y feminismo, Herder, Barcelona,  2012, 2ª ed.; Islam. Sociedad, política y feminismo, Dykinson, Madrid, 2018, 2ª ed.; Religión, género y violencia, Dykinson, Madrid, 2019, 2ª  edición, 2ª reimpresión. 

 

Notas: 

 

Cf. Luisa Posada Kubissa, Filosofía, crítica y (re)flexiones feministas, Editorial Fundamentos, Madrid, 2015.

2 Juan Jacobo Rousseau, Emilio o de la educación, Alianza Editorial, Madrid, 2011, segunda reimpresión, 565.

 

 

Imagen: https://www.publico.es/sociedad/feminismo-diccionario-feminista-miembros-atonitos-patriarcado-hombres-mujeres.html 

 

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