24 de Mayo de 2019
[Por: Robson Sávio Reis Souza | Religión Digital]
El pontificado de Francisco representa una primavera para la Iglesia. Bergoglio, que salió de los “confines del mundo” e, elegido Papa, se autodenominó Francisco – en homenaje al santo que “reconstruyó la Iglesia -, retoma y mira su pontificado teniendo como punto de apoyo las principales directrices del Concilio Vaticano II (1962 – 1965) y de la iglesia latinoamericana. Propone un proceso de renovación teológico-pastoral para lanzar a la Iglesia fuera de su ensimismamiento (característico en los papados de Juan Pablo II y Benedicto XVI), hacia las periferias y sus sujetos violados por la "economía que mata", a los pobres…
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