10 de Abril de 2019
[Por: Pablo Richard]
Hay dos relatos de la creación:
El primero en Génesis 1,1 al 2,4a (llamado texto “sacerdotal”). El segundo en Génesis 2,4b al 4,26 (llamado texto “yavista”). El primer relato narra la creación en 7 días que fue escrito por sacerdotes exilados en el siglo VI aC. y es un relato mas bien esquemático y teórico. El segundo relato es mas antiguo, nace en tiempos del rey David (siglo XI) en un contexto claramente campesino.
El proyecto del Dios Yavé (2, 4-25): “en la tierra no había arbusto ni hierba, pues todavía no llovía, ni había un humano que la labrara. Dios Yave modelo con tierra (adamá) a un humano y sopló un aliento de vida en sus narices y el humano llegó a ser un ser viviente” ( 2, 4-7). “Adam” no es un nombre propio, quiere decir simplemente “barroso”, es una “tierra que camina que con un aliento divino”.
Plantó Yave en el jardin del Eden toda clase de árboles, en el medio el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal” (2, 8-9). “Tomó Dios Yavé al se humano y lo puso en el jardín del Eden para que lo labrara y lo cuidara (2, 15). Yavé impuso una ley bajo pena de muerte: “puedes comer todo lo que quieras de los árboles del jardín, pero no comerás del árbol de la ciencia del bien y del mal. El día que comas de él, con seguridad vas a morir” (2, 16-17).
La serpiente, que simboliza la sabiduría, revela como falso el sentido de la ley que prohibe bajo pena de muerte comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. La mujer y su marido Adan, violan la ley y no mueren. La serpiente les revela que “se les abrirán sus ojos”. Dios no los condena, pero reconoce dos peligros: “el se humano ha llegado a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal”, y también “podrá alargar la mano, comer del árbol de la vida y vivir para siempre” (vv. 21-22).
La violación de la ley impuesta por Yavé, bajo pena de muerte de no comer del árbol de la fruta del bien y del mal, no es un pecado, sino una liberación de la ley, una conquista de libertad que les permite abrir los ojos y conquistar la posibilidad de comer del árbol de la vida. La desobediencia de la ley no es un pecado, sino un acto de libertad. No se tata aquí de lo que muy posteriormente se llamará “pecado original” El verdadero pecado original será el asesinato de Caín que mata a su hermano Abel.
Las consecuencias de la “violación de la ley” son el parto con dolor, la dominación del marido sobre la mujer, la maldición de la tierra, donde el alimento para comer será con el sudor de la frente. Toda esta realidad no es un castigo por violar una ley, sino las consecuencias reales de una vida liberada no sometida a la ley. En la interpretación dominante se presenta el dolor de parto, el trabajo duro y el dominio del hombre sobre la mujer como castigos por violar la ley. ¿Como hubiera sido la vida de la tierra y del ser humano si en los orígenes la mujer y su marido no hubieran “violado la ley” ? ¿los partos serían sin dolor, la tierra daría su fruto sin trabajo y sin sudor?
Si no hubiera “violación de la ley” todavía estaríamos en el jardín del Edén, felices, pero encerrados y aplastados por una ley con pena de muerte, que obliga no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Estaríamos con los ojos cerrados y sin ningún acceso al árbol de la vida. El así llamado “pecado” nos liberó de esa Ley. No podemos interpretar el Génesis con las categorías de pecado original, de culpa y castigo. Debemos romper con una teología que condiciona la vida al sometimiento de la ley y que presenta la libertad frente a la ley como un pecado.
Eva engendró dos varones: Caín y Abel. Abel fue pastor de ovejas. Cain fue labrador que hizo a Yavé una oblación con los frutos de la tierra. Yavé miro a Abel y su oblación y la aceptó, pero rechazó la ofrenda Caín el cual se irritó y dijo a su hermano Abel: vamos afuera. Cuando estaban en el campo, se lanzó Caín contra su hermano Abel y lo mató.
Caín tuvo un hijo que lo llamó Henoc. Construyó una ciudad y la llamó con su mismo nombre. Abel es pastor de ovejas, por eso no tiene tierra propia. Los pastores no tenían tierra, eran los sin-tierra, eran pobres, no construían ciudades, por eso Dios recibía con mas afecto la ofrenda de Abel.
Debemos rescatar a Eva: ella no es pecadora. Lo que hizo fue un acto de rebeldía, que nos liberó de la ley. Es lo que Pablo de Tarso nos dice: “Cristo nos liberó de la maldición de la ley” (Gal.3, 13). “Todos cuantos buscan la justicia en el cumplimiento de la ley han roto con Cristo, han caído en desgracia” (Gal 5, 4) .
https://www.imagenesmi.com/imágenes/paintings-of-cain-and-abel-d6.html
©2017 Amerindia - Todos los derechos reservados.