29 de Marzo de 2019
[Por: José Manuel Vidal]
Ya tardaba. Era necesaria, justa y absolutamente necesaria la decisión del Papa Francisco de aceptar la renuncia del cardenal Ezzati a la sede de Santiago de Chile. Y creo que ha tardado tanto, porque el Papa ha estado esperando a que saliese toda la porquería acumulada en la arquidiócesis, para entregársela más o menos limpia al sucesor de Ezzati, un hombre sencillo, de comunión, con sobrada experiencia y, sobre todo, con mucha serenidad interior…
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