El triunfo, en segunda vuelta, de la futura presidenta de Brasil es un revés para Estados Unidos, para las oligarquías del continente, y para todos aquellos que siguen viendo con preocupación el ascenso al poder de partidos democráticos que se niegan a bajar la cabeza ante el imperio, y buscan alternativas propias sin sujetarse a los dictados del neoliberalismo, esa nueva forma de explotación humana donde lo que importa es el lucro y la ganancia. Por Miguel Ángel Albizures

El triunfo, en segunda vuelta, de la futura presidenta de Brasil es un revés para Estados Unidos, para las oligarquías del continente, y para todos aquellos que siguen viendo con preocupación el ascenso al poder de partidos democráticos que se niegan a bajar la cabeza ante el imperio, y buscan alternativas propias sin sujetarse a los dictados del neoliberalismo, esa nueva forma de explotación humana donde lo que importa es el lucro y la ganancia. Por Miguel Ángel Albizures