Construyendo la paz en mundos de violencias

15 de Febrero de 2019

[Por: Rosa Ramos]




“Danos, Señor, aquella Paz extraña
que brota en plena lucha como una flor de fuego;
que rompe en plena noche como un canto escondido; 
que llega en plena muerte como un beso esperado…”

Pedro Casaldáliga

 

Creo que ya he utilizado estos versos de Don Pedro en otra oportunidad, pero son los primeros que me surgen al intentar abordar este tema tan arduo y esquivo.

 

Estoy llegando del XIX Congreso de Cáritas Latinoamericana y Caribeña, que tuvo lugar en Honduras la semana pasada animada por el lema: “Iglesia en salida que transforma y cuida la casa común”. Cada vez que me toca andar por aquellas tierras donde la vida es tan frágil y está tan amenazada día a día y hora a hora, en ese “triángulo de la muerte”, vuelvo con el corazón encogido. Debo hacer un esfuerzo por remontar y volver a decir “Creo”. 

 

Creo que otro mundo es necesario, urgente y deber de todos poner manos en la obra de construirlo. Sólo así será posible. “Creo, Señor, pero aumenta mi fe” (Mc. 9, 24).

 

Además de conferencias generales el Congreso contó con 7 talleres, yo elegí participar en el de Violencia, aún a sabiendas de que sería muy duro. Lo fue. Me conmovieron y a la vez animaron a participar, los datos que en la apertura del Congreso presentó el P. German Calix, Director Ejecutivo de Cáritas, sobre la realidad de Honduras, así como la valentía en sus denuncias. 

 

Algunos datos de esa apertura: el 2016 se cerró con un promedio de 59 homicidios por cada 100 mil habitantes. Unos 14/16 al día (cifra menor unos años antes en que era de 20). De los 9 millones de habitantes, 6 viven en la pobreza y 100 mil cada año intentan migrar por las condiciones miserables de vida. 36 mil jóvenes integran las “maras” dedicándose al menudeo del narcotráfico o al servicio del crimen organizado. No hay trabajo, no hay jubilaciones, no hay políticas sociales del Estado, la debilidad institucional y la corrupción son alarmantes. No hay voluntad política, el presupuesto se va en militares y armas. Cada hondureño puede tener 5 armas… ¿Cuántas armas hay en una familia? La violencia doméstica, las violaciones a mujeres, además de los crímenes diarios, cuentan total con impunidad, 95% de los crímenes no son investigados, denunció el Director de Cáritas. 

 

El taller fue conducido por Sara Orellana, joven responsable del Proyecto “Construyendo una Cultura de la Paz”, cuyo objetivo es contribuir a la transformación de la realidad y la exclusión que viven los jóvenes, niños y las familias, pero principalmente  pretende impulsar el liderazgo de la juventud;  ser reconocidos y ser promotores del desarrollo en su comunidad. Vimos un video elaborado por Caritas Honduras, que si bien es de hace algunos años, las referencias históricas y el planteo de la situación fruto de esa historia es muy claro: 

 

Las raíces de la violencia https://youtu.be/tggShB0zHaA

 

En este taller participamos miembros de Cáritas de diferentes países del continente, también un norteamericano que trabaja en Cáritas de El Salvador, una española y una francesa de Cáritas Europa muy interesados en la temática. Fue muy dinámico y participativo, contamos con el testimonio de dos jóvenes, Aníbal, joven de una de las colonias más pobres y violentas en las periferias de Tegucigalpa, involucrado en el Proyecto, y Edith, otra joven de El Salvador. Ambos desde su realidad. Al día siguiente contamos con la presencia del P. Germán y el tercer día con el testimonio del P. Alexis, párroco totalmente involucrado en este trabajo con los jóvenes para pasar de una cultura de muerte a una cultura de paz. El taller muy bien armado, comenzó con una dinámica sobre la violencia, y cada día se cerró con un momento de oración, teniendo en cuenta tantas víctimas. Nos permitió conocer, cuestionarnos y rezar esa realidad.

 

Me interesa destacar (pueden acceder a información en la página de Cáritas Honduras) el esfuerzo de este Proyecto por transformar la realidad. El trabajo de incidencia se realiza a tres niveles, con Niños: “Sembradores de Paz”, con Jóvenes: “Artesanos de Paz” y con familias: “Familias fuertes”, ya que en la fragilidad familiar está uno de los graves problemas que deja a la intemperie y a merced de las maras y del narcotráfico a tantos niños y jóvenes. Cuentan con diversos materiales de apoyo para los talleres, sobre todo libros y dinámicas.

 

En  uno de los materiales de divulgación se lee: ¿Qué es construcción de Paz? “La construcción de paz es el proceso que nos permite hacer cambios en las personas, las relaciones y las estructuras, de manera constructiva para tener menos violencia y aumentar la justicia, respondiendo a los problemas de la vida real en las relaciones humanas. Sus bases son la justicia y la reconciliación. Ello implica reconstruir las relaciones, transformar las instituciones y los sistemas injustos.”

 

Los adultos y jóvenes que trabajan en este Proyecto plantean que tienen esperanza, se los ve entusiastas, convencidos… Y, ¿resultados? Algunos de ellos, la mayor integración de las familias, los niños que pueden terminar Primaria, los jóvenes que pueden decir “no” a las ofertas fáciles de dinero en las maras o logran liberarse de las cadenas de violencia institucionalizada, los jóvenes que dan cursos o talleres a otros jóvenes, con lo poco que saben. Se trata de una coeducación, muy solidaria que fortalece a todos.

 

Un ejemplo concreto: un chico que tuvo sus primeras clases de dibujo y pintura a cargo de una jovencita que apenas sabía algunos trazos pero que los puso a disposición en sus “clases” de expresión. Este chico allí no sólo se hizo un joven constructor de paz, sino que descubrió su vocación por el arte, algo extraño para alguien procedente de esa colonia Nueva Capital, tan estigmatizada: culminó Primaria, Secundaria y la Universidad, allí hizo Bellas Artes. Es hoy un artista y su primera muestra de arte no la hizo en una galería, o en la propia Universidad, quiso hacerla allí en el barrio y en el Centro donde recibió las primeras nociones que despertaron su vocación. 

 

Verdadero modelo y signo de esperanza para otros jóvenes y para los que cooperan en este y otros Proyectos transformadores. No sé si allí en Honduras conocen la canción Color Esperanza, podría ser un himno para el Proyecto:

 

Saber que se puede querer que se pueda
Quitarse los miedos sacarlos afuera
Pintarse la cara color esperanza
Tentar al futuro con el corazón

 

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