Amatán: Peregrinar para buscar la paz

03 de Febrero de 2019

[Por: Juan Manuel Hurtado López]




El prisma de la injusticia

 

En esta región de Chiapas, olvidada de la geografía nacional, se encuentra Amatán, poblado que buscó su acomodo en las faldas de un cerro.

 

“Peregrinar para buscar la vida”, “peregrinar para buscar la paz”, esto llevábamos escrito, no sólo en las mantas y pancartas, sino en cada uno de nuestros pasos y en lo más profundo del corazón, los más de mil participantes en la peregrinación del día 1º de febrero. Acompañados de rezos, cantos, aclamaciones, estandartes con los santos de las parroquias vecinas y con mantas, caminamos dos kilómetros por la carretera, subiendo una pendiente sinuosa, hasta llegar al pequeño atrio parroquial. Ahí celebramos la Eucaristía.

 

Y fue una peregrinación por la vida y por la paz, porque en días anteriores ahí habían sido asesinadas tres personas que luchaban por la justicia y había sido amenazado de muerte el párroco del lugar: José Domínguez Domínguez.

 

Detrás, y añejadas ya por el paso de los años, yacían en los archivos del palacio municipal muchas injusticias, corrupciones, enriquecimiento ilícito, abandono total de las necesidades de la población como agua, caminos y hospital por parte del grupo en el poder. La carretera de Huitiupán a Amatán traza un recorrido de unas dos horas sobre un terreno montañoso y escarpado. Pero más que una carretera, parece un rosario de baches y zanjas engarzados por retazos de chapopote y de tierra. Es como recorrer las ruinas de lo que alguna vez fue una carretera de asfalto. Tal es el abandono por parte de las autoridades.

 

Pero la población se cansó y empezó a protestar. Crearon un movimiento y han iniciado un camino de reivindicación social integrado por organizaciones y por la población en general. Ahí entró el P. José Domínguez para acompañar a su pueblo. Han hecho varias marchas y peregrinaciones para exigir paz y justicia, alto a la corrupción y distribución de los recursos en todo el Municipio. 

 

Cuando iniciamos el recorrido nos enteramos de que el presidente de Amatán y su cabildo fueron destituidos. Con esto se abre una puerta de esperanza con la instalación de un consejo que dé cauce a las inquietudes y reclamos de la población.

 

Sentir con la Iglesia

 

Mons. Romero tomó como lema de su episcopado “Sentir con la Iglesia”. Sentir con la Iglesia que es el pueblo de Dios. Un pueblo que sufre en sus miembros la mordedura de la injusticia y de la corrupción, del abandono y de la violencia, de las carencias más elementales como la falta del servicio del agua y de atención médica, carreteras en pésimo estado e inseguridad. Aunado todo esto al trasiego de droga y proliferación de cantinas.

 

Sentir con la Iglesia es tocar las heridas del pueblo y caminar con él para buscar soluciones. En la recién concluida JMJ en Panamá afirmó el Papa Francisco que el pastor no debe estar lejos del sufrimiento de su pueblo. Sentir con la Iglesia es dejarse impactar por tanto dolor y abandono, atropello, injusticia y asesinatos, enriquecimiento ilícito a costa de los recursos del Municipio. Aquí la Iglesia de San Cristóbal de Las Casas se hizo pueblo y el pueblo muestra las heridas del Cristo sufriente.

 

El Papa Francisco nos invita a tocar las heridas del pueblo y a ser una Iglesia en salida a las periferias. Cuando íbamos en la peregrinación, un poco de todo esto cruzaba y estremecía nuestro corazón. Y muchas preguntas asaltaban nuestra mente: ¿Por qué todo este abandono? ¿Por qué todos estos abusos a costa de un pueblo empobrecido que languidece al borde de perder la esperanza de un cambio? ¿Por qué los asesinatos? Y la respuesta era unánime: por la ambición de poder y de dinero de unos pocos.

 

En la Eucaristía sonaron palabras de esperanza y de ánimo, de denuncia y de perdón, de búsqueda de justicia y de reconciliación; pero sobre todo, de amor a los demás. Ese mandamiento de Jesucristo –él único que nos dejó- que tenemos a veces tan olvidado: amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado. ¡Cuántas cosas encontrarían solución con aplicar este mandamiento!

 

La peregrinación fue una expresión de la búsqueda del Reino de Dios, de la implantación de la justicia y de la paz. Pero también, fue una búsqueda del perdón y de la inclusión. Justicia sí, venganza no. No vamos a construir una sociedad nueva, un tejido social nuevo con amenazas y con odios, con venganzas y con nuevos abusos. El cambio debe nacer del corazón. Por eso la peregrinación fue una oración. Cada paso nuestro era una gota de agua que hacía eco en el pozo de nuestro corazón. Sabemos bien que sólo con nuestras manos no vamos a poder construir la casa. “Si el Señor no construye el edificio, en vano se fatigan los obreros” (Salmo 127,1).

 

 

Imagen: http://www.cuartopoder.mx/chiapas/realizan-peregrinacion-por-la-paz-y-la-justicia/274427/ 

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