12 de Diciembre de 2018
[Por: Pablo Richard]
“La Biblia, el segundo libro de Dios, fue escrita para ayudarnos a descifrar el mundo, para devolvernos la mirada de la fe y de la contemplación, y para transformar toda la realidad en una revelación de Dios” (San Agustín)
Sin la Biblia podríamos perdernos e identificar a Dios con el mercado, con el dinero, con los opresores. Sin la Biblia Dios puede ser manipulado de cualquier manera y como sea el interés personal. Si uno lee los cuatro Evangelios, y toda Biblia, podrá discernir con mayor seguridad quién es Dios y donde está Dios.
Hay tres espacios donde encontramos la Biblia: El primer espacio es la liturgia de Palabra de Dios. El segundo espacio es la academia, donde la Biblia es estudiada en forma científica y crítico. El tercer espacio es el Movimiento Bíblico de Base, el movimiento bíblico popular y pastoral. Los tres espacios, cada uno con su identidad propia, los consideramos inspirados por la Teología de la Liberación.
Entre el estudio académico de la Biblia y el movimiento de lectura popular de la Biblia hay un ministerio que es muy importante y nunca puede faltar: “el ministro popular de la Biblia”. Este ministro tiene autonomía, autoridad, legitimidad, creatividad y libertad propia. Tiene el apoyo de los estudiosos de la Biblia y el apoyo del movimiento bíblico pastoral y popular de base.
Todos los sujetos de lectura bíblica popular son laicos y laicas. El Movimiento Bíblico y La Palabra de Dios es memoria y canon para una reforma de la Iglesia, por eso es temido.
El Movimiento Bíblico es ecuménico. En su seno no hay fronteras y obstáculos confesionales.
La Biblia es también una escuela de meditación y oración. En este sentido, la Lectura Orante de la Biblia tienes sus etapas o momentos:
- Que dice el texto
- Que nos dice el texto como Palabra de Dios
- Cuál es nuestra respuesta a la Palabra de Dios.
- Qué cambió en mi vida al escuchar la Palabra de Dios.
Problema: He participado en varios encuentros continentales, regionales, nacionales y otros encuentros inspirados por una pastoral o por la Teología de la Liberación donde hay mínimas referencias bíblicas. No tomamos en cuenta lo que nos dice San Agustín: “La Biblia, el segundo libro de Dios, fue escrita para ayudarnos a descifrar el mundo, para devolvernos la mirada de la fe y de la contemplación, y para transformar toda la realidad en una revelación de Dios”.
Imagen: http://www.cebcontinental.org/index.php/destacados/637-lectura-popular-de-la-biblia
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