Huevo de Serpiente

25 de Setiembre de 2018

[Por: Marcelo Barros]




n Brasil, faltan pocos días para las elecciones que serán presidenciales, así como para el Congreso y para gobiernos y asambleas provinciales. Muchos ya han llamado atención sobre el hecho de que, en todo el país, se propaga una ola de odio y de rechazo a la izquierda (dirigida más directamente al Partido de los Trabajadores). De hecho, casi siempre, la política es más un acto de pasión que de racionalidad. Y la pasión es buena cuando va hacia el amor y la sensibilidad humana. Pero cuando se agudizan odios e intolerancias, puede convertirse en una histeria colectiva que se vuelve, en primer lugar, contra las propias personas que la viven. 

 

Si miramos la historia reciente del mundo y de nuestro continente, percibimos que la extrema derecha ha dominado la política, sea de los Estados Unidos, sea de países de Europa. También en nuestro continente ha logrado que el pueblo pobre y los trabajadores voten contra sí mismos y su clase. Pronto se preguntan: ¿Como eso pudo ocurrir? La elección de Trump, la votación del No en los acuerdos de Paz en Colombia y algunas elecciones que tuvimos en países de la América del Sur se pueden explicar por fallas y errores de compañeros, pero las razones más importantes son la actuación agresiva de la prensa al servicio de las elites y la inversión de un Capitalismo internacional que perdió la vergüenza y se impone como jamás había hecho, abandonando cualquier disfraz de democracia, incluso formal. Es una nueva versión del ‘huevo de serpiente” como se llamaba un filme de Ingmar Bergman sobre cómo, en la Alemania de los anos 30, se han creado las condiciones que hizo posible el Nazismo.

 

En nuestro contexto actual, lo más triste es percibir que también en las Iglesias cristianas, es fuerte la ola de odio, de intolerancia y de rechazo al nuevo. El papa Francisco ha denunciado que “¡ese sistema mata!”. Sin embargo, ese no parece ser el pensamiento de la mayoría de obispos, curas e incluso de los grupos laicos que dominan las Iglesias. 

 

El próximo 14 de octubre, el Papa va canonizar Monseñor Oscar Romero, mártir de la justicia y de una política vivida a servicio del pueblo. En una de sus homilías, el declaró: “Mi posición de pastor me obliga a ser solidario con toda persona que sufre y a empeñar toda mi vida en la defensa de la dignidad de todo ser humano” (07/01/1979).

 

Como sería bueno que, ahora, pastores y creyentes pudieran tener en su actuación ese mismo criterio espiritual. El proceso social y político debe ser laico y pluralista. Sin embargo, como decía Che Guevara, sin un ser humano nuevo y ético, no hará jamás sociedad nueva y transformadora. 

 

 

Imagen: http://www.lostiempos.com/click/cine/20160529/lunes-pelicula-huevo-serpiente?page=3 

 

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