10 de Agosto de 2018
[Por: Carolina Vásquez Araya]
Las macabras historias de los “hogares seguros” en donde van a parar niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad revelan hasta dónde son capaces de operar las organizaciones criminales y cómo la sociedad calla y tolera. Estas aberraciones suceden no solo en Guatemala, Argentina o Chile; también en países más desarrollados en donde los derechos de la niñez pasan por debajo de la vista pública y se violan sin control alguno. Las víctimas, al pertenecer a los sectores más débiles de la población –NNA pobres, abandonados y sometidos a la autoridad de otros- no poseen la menor credibilidad frente a los sistemas de justicia…
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