[CECR]

Nosotros, los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, conscientes de la gravedad de los acontecimientos que padece el pueblo y la Iglesia nicaragüense, por su misión profética, expresamos nuestra fe en “Dios grande, fuerte y terrible, que no es parcial ni acepta soborno, que hace justicia al huérfano y a la viuda, y que ama al emigrante, dándole pan y vestido. Amen al emigrante porque emigrantes fueron ustedes en Egipto” (Dt. 10, 17-19). Por ello, debemos mostrar nuestra solidaridad a los hombres, mujeres y niños que se ven forzados a buscar, en tierra costarricense, una tienda donde acampar (cf. Gn 18,1-5), para sentirse protegidos de la barbarie como consecuencia de la insensata violencia. Muchos de estos hermanos nicaragüenses han encontrado un bálsamo y alivio en gestos de acogida de parte del pueblo costarricense, generoso y fraterno con el que sufre…

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