25 de Mayo de 2018
[Por: Leonardo Boff | Texto en español y en portugués]
La crisis brasileira generalizada, que afecta a todos los sectores, puede ser interpretada con diferentes claves de lectura. Hasta ahora han prevalecido las interpretaciones sociológicas, políticas e históricas. Pretendo presentar una derivada de las categorías de C. G. Jung en su psicología analítica pues es iluminadora.
Avanzó ya la hipótesis de que el escenario actual no es una tragedia, por más perversas que sigan siendo las consecuencias para las mayorías pobres y para el futuro del país al establecer un techo de gastos (PEC 55), que es más que la congelación de gastos; significa la imposibilidad de crear un Estado Social y, con esto, tirar a la basura el bien común que incluye a todos.
La tragedia, como lo muestran las tragedias griegas, termina siempre mal. Creo que no es el caso de Brasil. Estimo que estamos en el centro de una inconmensurable crisis de los fundamentos de nuestra sociedad. La crisis acrisola, purifica y permite un salto cualitativo rumbo a un estadio más alto de nuestro devenir histórico. Saldremos de la crisis mejores y con nuestra identidad más integrada.
Cada persona y también los pueblos revelan en su historia, entre otras, dos dimensiones: la de sombra y la de luz. Otros hablan de demens (demente) y sapiens (sapiente) o de la fuerza de lo positivo y la fuerza de lo negativo, del orden del día y del orden de la noche, o de thanatos(muerte) y de eros (vida), o de lo reprimido y lo concientizado. Todas estas dimensiones vienen siempre juntas y coexisten en cada uno.
La crisis actual ha hecho aparecer las sombras y lo reprimido durante siglos en nuestra sociedad. Como observaba Jung «reconocer la sombra es indispensable para cualquier tipo de autorrealización y por eso, en general, se enfrenta a una resistencia considerable» (Aion &14). La sombra es un arquetipo (imagen orientadora del inconsciente colectivo) de nuestras manchas y llagas y hechos repugnantes que procuramos ocultar porque nos dan vergüenza y despiertan culpa. Es el lado «sombrío de la fuerza vital» que alcanza a personas y a naciones enteras, observa el psicólogo de Zúrich (&19).
Así, existen manchas y llagas que constituyen nuestro reprimido y nuestra sombra, como el genocidio indígena en todo tiempo de nuestra historia hasta hoy; la colonización que hizo de Brasil no una nación sino una gran empresa internacionalizada de exportación que, a decir verdad, continúa hasta los días actuales. Nunca pudimos crear un proyecto propio y autónomo porque siempre aceptamos ser dependientes o fuimos refrenados. Cuando empezó a formarse como en los últimos gobiernos progresistas, fue pronto atacado, calumniado y prohibido por otro golpe de las clases adineradas, descendientes de la Casa Grande, golpe siempre ocultado y reprimido como los de 1964 y 2016.
La esclavitud es nuestra mayor sombra pues durante siglos tratamos a millones de seres humanos traídos a la fuerza de África como “piezas”, compradas y vendidas. Una vez libertos, nunca recibieron compensación alguna, ni tierra, ni instrumentos de trabajo, ni casa; están en las favelas de nuestras ciudades. Negros y mestizos constituyen la mayoría de nuestro pueblo. Como bien lo mostró Jessé Souza, el desprecio y el odio lanzados contra el esclavo ha sido transferidos a sus descendientes de hoy.
El pueblo en general, según Darcy Ribeiro y José Honório Rodrigues, es el que nos ha dado lo mejor de nuestra cultura, la lengua y las artes, pero como bien subrayaba Capistrano de Abreu fue «capado y recapado, sangrado y resangrado», considerado inútil e ignorante y por eso colocado en la marginalidad de donde nunca debería salir.
Paulo Prado en su Retrato de Brasil: ensayo sobre la tristeza brasilera (1928), de forma exagerada pero en parte verdadera, anota esta situación oscura de nuestra historia y concluye: «Vivimos tristes en una tierra radiante» (en Intérpretes de Brasil, vol.2 p.85). Esto me recuerda la frase de Celso Furtado que llevó a la tumba sin respuesta: «¿Por qué hay tantos pobres en un país tan rico?» Hoy sabemos por qué: porque fuimos dominados siempre por elites que jamás tuvieron un proyecto de Brasil para todos, solo para sí y su riqueza. ¿Cómo es posible que 6 multimillonarios tengan más riqueza que 100 millones de brasileros?
La crisis actual ha hecho irrumpir nuestra sombra. Descubrimos que somos racistas, prejuiciosos, de una injusticia social que clama al cielo y que todavía no hemos podido refundar otro Brasil sobre otras bases, principios y valores. De ahí la difusión de la rabia y de la violencia. No vienen de las mayorías pobres. Vienen difundidas por las elites dominantes, apoyadas por medios de comunicación que conforman el imaginario de los brasileros con sus novelas y con desinformación. Para Jung «la totalidad que queremos no es una perfección, pero sí un ser completo» (Ab-reação, análise dos sonhos e transferência & 452) que integra y no reprime la sombra en una dimensión mayor de luz. Es lo que deseamos como salida de la crisis actual: no reprimir la sombra sino incluirla, concienciada, en nuestro devenir superando los antagonismos y las exclusiones, para vivir juntos en un mismo Brasil que Darcy Ribeiro solía decir que era «la más bella y risueña provincia de la Tierra».
*Leonardo Boff es filósofo, eco-teólogo y ha escrito Brasil: ¿Concluir la refundación o prolongar la dependencia (Vozes 2018).
Traducción de Mª José Gavito Milano
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A crise brasileira e a dimensão de sombra
A crise brasileira generalizada, afetando todos os setores, pode ser interpretada por diferentes chaves de leitura. Até agora prevaleceram as interpretações sociológicas, políticas e históricas. Pretendo apresentar uma derivada das categorias de C.G.Jung com sua psicologia analítica pois é esclarecedora.
Avanço já a hipótese de que o atual cenário não representa uma tragédia, por mais perversas que continuam sendo as consequências para as maiorias pobres e para o futuro do país com o estabelecimento do teto de gastos (PEC 55). É mais que o congelamento de gastos, significa a impossibilidade de se criar um Estado Social e com isso jogar no lixo o bem comum que inclui a todos.
A tragédia, como mostram as as tragédias gregas, terminam sempre mal. Creio que não é o caso do Brasil. Estimo que estamos no centro de uma incomensurável crise dos fundamentos de nossa sociedade. A crise acrisola, purifica e permite um salto de qualidade rumo a um patamar mais alto de nosso devir histórico. Sairemos da crise melhores e com nossa identidade mais integrada.
Cada pessoa e também os povos revelam em sua história, entre outras, duas dimensões: a de sombra e a de luz. Outros falam de demens (demente) e sapiens (sapiente) ou da força do positivo e a força do negativo, da ordem do dia e da ordem da noite ou do thanatos (morte) e de eros (vida) ou do reprimido e do conscientizado. Todas estas dimensões sempre vêm juntas e coexistem em cada um.
A atual crise fez aparecer as sombras e o reprimido por séculos em nossa sociedade. Como observava Jung o “reconhecimento da sombra é indispensável para qualquer tipo de autorealização e, por isso, em geral, se confronta com considerável resitência”(Aion &14). A sombra é um arquétipo (imagem orientadora do insconsciente coletivo) de nossas nódoas e chagas e fatos repugnantes que procuramos ocultar porque nos causam vergonha e até despertam culpa. É o lado “sombrio da força vital”que atinge pessoas e inteiras nações, observa o psicólogo de Zurique.(&19).
Assim existem nódoas e chagas que constituem o nosso recalcado e a nossa sombra como o genocídio indígena em todo tempo de nossa história até hoje; a colonização que fez o Brasil não uma nação mas uma grande empresa internacionalizada de exportação e que, na verdade, continua até os dias atuais. Nunca pudemos criar um projeto próprio e autônomo porque sempre aceitamos ser dependentes ou fomos refreados. Quando começou a se formar, como nos últimos governos progressitas, logo foi atacado, caluniado e barrado por mais um golpe das classes endinheiradas, descendentes da Casa Grande, golpe sempre ocultado e reprimido como o de 1964 e a de 2016.
A escravidão é a nossa maior sombra pois durante séculos tratamos milhões de humanos trazidos à força de Àfrica como “peças”, compradas e vendidas. Uma vez libertos, nunca receberam qualquer compensção, nem terra, nem instrumentos de trabalho,nem casa; eles estão nas favelas das nossas cidades. Negros e mestiços constituem a maioria do povo. Como mostrou bem Jessé Souza, o desprezo e ódio jogado contra o escravo foi transferido aos seus descententes de hoje.
O povo em geral segundo Darcy Riberio e José Honório Rodrigo, são os que nos deram o melhor de nossa cultura, a língua e as artes mas, como Capistrano de Abreu bem sublinhava foi “capado e recapado, sangrado e ressangrado”, considerado um jeca-tatu, um ignorante e por isso colocado à margem de onde nunca deveria sair.
Paulo Prado em seu Retrato do Brasil :ensaio sobre a tristeza brasileira,1928) de forma exagerada mas, em parte, verdadeira, anota esta situação obscura de nossa história e conclui:”Vivemos tristes numa terra radiosa”(em Intérpretes do Brasil,vol.2 p.85). Isso me faz lembrar a frase de Celso Furtado que levou ao túmulo sem resposta: “Porque há tantos pobres num país tão rico?” Hoje sabemos: o porquê: fomos sempre dominados por elites que jamais tiveram um projeto Brasil para todos apenas para si e sua riqueza. Como é possível que 6 milhardários tenham mais riqueza que 100 milhões de brasileiros?
A atual crise fez irromper a nossa sombra. Descobrimos que somos racistas, preconceituosos, de uma injustiça social de clamar aos céus e que ainda não nos foi possível refundar um outro Brasil sobre outras bases, princípios e valores. Daí a difusão da raiva e da violência. Ela não vem das maiorias pobres. Vêm difundidas pelas elites dominantes, apoiadas por meios de comunicação que conformam o imaginário dos brasileiros com suas novelas e a desinformação. Para Jung “a totalidade que queremos não é uma perfeição, mas sim um ser completo”(Ab-reação,análise dos sonhos e transferência & 452) que integra e não recalca, a sombra numa dimensão maior de luz. É o que desejamos como saída da atual crise: não reprimir a sombra mas incluí-la, conscientizada, no nosso devir superando os antagonismos e as exclusões, para vivemos juntos no mesmo Brasil que Darcy Ribeiro costumava dizer ser:”a mais bela e ridente provincia da Terra”.
Leonardo Boff é filósofo,eco-teólogo e escreveu Brasil: Concluir a refundação ou prolongar a dependência (Vozes 2018)
Imagem: https://www.urgente24.com/248856-brasil-arrastra-a-la-crisis-a-venezuela-y-ecuador
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