[Por: Sandra Robles | UCM]

El autor no solo aprecia la experiencia que personas y grupos hacen de la trascendencia incoada en su cotidianeidad, sino que desde allí nos invita a leer, a valorar y a transformar esta experiencia. Nos sitúa en la crudeza de la vida, y nos invita a reflexionar, a dialogar con el Dios de Jesucristo y a comprometernos con cambios medulares allí donde la humanidad y el cosmos están en peligro. El encuentro con el Dios trinitario en los avatares de la vida (donde nos trastoca el gozo y el dolor) es la hebra que atraviesa el libro que hoy nos regala Diego Irarrázaval.

Raíces con alas: es el título poético y sintético de esta obra. La raíz está constituida en la experiencia misma, con lo perdido y lo ganado. Para Diego, gracias a la permanente asistencia del Espíritu, el ser humano es capaz de volar en búsqueda de posibilidades para la civilización actual. Es un Espíritu que abre inteligencias, ilumina lo confuso, impulsa y fortalece para emprender nuevos desafíos.

Hoy se requieren líderes que, movidos por la fuerza del Espíritu, asuman e inviten a otros a tomarse en serio (y siempre con una cuota de humor) la necesidad de dar pasos que nos muevan de situaciones deshumanizantes a otras más humanas.

Transformar desde sus bases la sociedad actual es el norte que ha acompañado a muchos líderes del pasado y del presente. Líderes que no necesariamente han sido cristianos, pero que han actuado bajo el ímpetu y valentía del Espíritu de Dios y, desde allí han despertado en hombres y mujeres la capacidad de volar y transformar. 

A Dios se le siente y se le degusta. Este es el llamado amoroso que el mismo instala en cada persona. La teología, en algunas etapas de su historia, se olvida de la experiencia y se instala en erudiciones que la alejan de lo esencial. El pensamiento teológico deriva, simultáneamente, en una ética. El autor, fundado en la Biblia, en la tradición de la Iglesia y en la situación actual del pueblo latinoamericano, centra su mirada en el Espíritu Santo.

Este libro abarca tres dimensiones: vivencias básicas, reflexiones, servicios hacia los demás. No sobrevuela el universo, ni entrega cátedras de cómo vivir mejor. Centrado en Jesucristo y en su comunidad eclesial, se deja conducir por la experiencia de fe y por las necesidades de la sociedad latinoamericana, que sin duda, son urgentes.

De aquí la invitación que realiza la obra a sus lectores (al concluir cada capítulo). Primero, una pregunta, con la cual es examinada la realidad. Segundo, son delineadas propuestas para superar la situación actual y juntos generar más vida. Finalmente, lo que no puede faltar en una tarea como esta: la plegaria, un diálogo sincero con el Dios del amor.