Dios no murió, se trasformó en dinero

19 de Abril de 2018

[Por: Pablo Richard]




El tema si Dios murió o no murió, responde a una teología sobrepasada. El problema actual no es el ateísmo, sino la idolatría. No es relevante si creemos o no creemos en Dios, sino en cual Dios creemos. 

 

En la actualidad la idolatría tiene contextos históricos diferentes, donde caracterizamos la “idolatría” como “fetichismo”: fetichismo del mercado, del dinero y del capital: un nuevo dios trinitario, una nueva religión fetichista neoliberal, que reflexiona con una “teología profana” y un “humanismo radical”. 

 

Ya no existe una “secularización”, sino una “divinización” de toda la naturaleza y la humanidad. El “dios oro” está por encima del Dios cristiano. El mercado es el ser supremo para el ser humano. El mercado decida legítimamente sobre la vida y la muerte

 

La única opción radical contra a la idolatría del mercado es la “opción preferencial por los pobres”. 

 

El Papa Francisco entra en estos temas en su Exhortación Apostólica “Alegría del Evangelio”, especialmente en los números 52-60 y 176 -258: 

 

“No a la nueva idolatría del dinero”. “Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de una economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano”. 

 

“Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera.” “El afán del poder y del tener no conoce límites.”  “Hay intereses de un mercado divinizado, convertidos en regla absoluta”. 

 

“Así como el mandamiento de «no matar» pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir «no a una economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata”.  

 

 

Imagen: http://zasmadrid.com/la-iglesia-catolica-continuara-esquilmando-al-estado-y-a-los-ciudadanos-espanoles/ 

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